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Prevalencia de ablactación y estado nutricional en preescolares de la zona 7

Prevalencia de ablactación y estado nutricional en preescolares de la zona 7

Las alteraciones nutricionales se debe a que son pocos los niños que reciben alimentación complementaria segura y adecuada debido a que influyen factores, económicos, culturales, y familiares; considerando que las personas más involucradas en la alimentación infantil es la familia garantizando un buen desarrollo y prevención de enfermedades inmunitarias, patologías agudas, desnutrición y obesidad, propias de las edades preescolares.

Prevalencia de ablactación y estado nutricional en preescolares de la zona 7

Autores: Md Janina C. Medina Espinosa 1, Dra. Cristina Aldaz 2.

1 Medica General, R3 Programa de Especialización de Medicina Familiar y Comunitaria, Universidad Nacional de Loja; 2 Médica General, Especialista de Medicina Familiar y Comunitaria, Docente del Programa de Especialización de Medicina Familiar y Comunitaria, Universidad Nacional de Loja.

Ing. José Eduardo González Estrella

Asesor Metodológico, Magíster en Desarrollo Sostenible, Docente Asesor de Investigación y Gestión en Salud, Programa de Especialización de Medicina Familiar y Comunitaria, Universidad Nacional de Loja.

Auspiciado por el Programa de Postgrado de Medicina Familiar y Comunitaria de la Universidad Nacional de Loja, en convenio con el Ministerio de Salud Pública del Ecuador y financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo.

Revisado por la Dra. Lupita Rivera Pediatra, Docente de la Universidad Nacional de Loja.

Resumen:

La nutrición en los niños es de fundamental importancia de ello depende su desarrollo físico, mental y psicosocial. La Convención sobre los Derechos del Niño, señala que los lactantes y niños tienen derecho a una buena nutrición, iniciando con la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad y una adecuada ablactación.

Objetivo: Determinar la prevalencia de la ablactación y el estado nutricional de los preescolares de la zona 7 de salud.

Metodología: Tipo prospectivo, descriptivo, analítico y transversal; la población objetivo fue de 4.970 niños de los Centros Infantiles del Buen Vivir de la zona 7, con una muestra de 423 niños de 1 a 3 años de edad; y previo consentimiento informado se aplicó una encuesta a las madres y tutores. En el análisis estadístico se usó el software SPSS v.16, con variables de 2 x 2, se realizó la prueba de Chi2 y V Cramer y odds ratio; con valores estadísticamente no significativos con relación a los factores asociados descritos en esta investigación; concluyendo, que el inicio de la alimentación complementaria no tiene una relación estadísticamente significativa para el estado nutricional actual de los preescolares.

Palabras clave: desnutrición, obesidad, sobrepeso, preescolar, alimentación complementaria.

INTRODUCCIÓN:

En 2013, a nivel mundial, 161,5 millones de niños menores de 5 años sufrían retraso del crecimiento y 50,8 millones presentaban un peso bajo para su talla; 41,7 millones tenían sobrepeso o eran obesos. (OMS 2013).

La nutrición de los niños es un parámetro de gran importancia ya que de ello depende su desarrollo biopsicosocial; según la OMS la Alimentación Complementaria se define “Como el proceso que inicia cuando la leche materna ya no es suficiente para cubrir todas las necesidades nutrimentales del niño y por lo tanto otros alimentos son necesarios para complementarla”.

En la familia es importante capacitar a la madre o persona que se encuentra al cuidado de los niños, sobre los riesgos que implica la introducción, prematura de alimentos sólidos a la dieta de niño; y como interferir en la disminución de la producción de leche materna, el tiempo de lactancia, trastornos del apetito, efectos perjudiciales, aditivos, contaminantes de alimentos industrializados para los niños, cantidades inadecuadas de nutrientes o excesos de sal, debido a que lo niños pequeños son incapaces de expulsar a través de la orina concentraciones elevadas de proteínas y sodio, incrementando el riesgo de infecciones, de alergias, desnutrición o malnutrición, y el impacto que esto representa en la familia.

Los objetivos que persigue la alimentación complementaria o también denominada ablactación, son prevenir las deficiencias debidas a la disociación entre la disponibilidad de nutrimentos y los requerimientos del niño en función de su crecimiento, principalmente en lo que se refiere al hierro y al zinc, procurando desarrollar su gusto por las diferentes texturas, olores y sabores de los alimentos, al mismo tiempo desarrollar los buenos hábitos de alimentación y habilidades que le permitan tanto la autonomía de su alimentación, como la autorregulación de los alimentos que consumen fortaleciendo su sistema inmunitario para prevenir la incidencia de enfermedades alérgicas, desnutrición y obesidad.

LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

DEFINICIÓN

La introducción de alimentos complementarios seguros y nutricionalmente adecuados a partir de los seis meses, asegura el desarrollo y crecimiento adecuado de los niños y se indica continuar la lactancia materna hasta los dos años.

ADECUADA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

El estado nutricional de un niño menor de dos años hasta los 5 años, depende directamente de su alimentación, ya que una adecuada nutrición durante la infancia y niñez temprana es esencial para garantizar que los niños alcancen todo su potencial en relación al crecimiento, salud y desarrollo asegurando un buen desenvolvimiento en la familia y la sociedad. La evidencia demuestra que las prácticas óptimas de alimentación del lactante y del niño pequeño, es una de las intervenciones con mayor efectividad para mejorar la salud de la niñez.(Zapata, Fortino, Palmucci, & Padros, 2015).

Para garantizar el inicio de la alimentación complementaria el destete debe realizarse lentamente y de forma progresiva y aprovechar los factores protectores presentes en la lactancia materna como son; Los anticuerpo, lactoferrina, diversas hormonas (leptina y grelina), etc.

En el caso de los niños alimentados con formula adaptada, se debería adelantar la Alimentación Complementaria con el objeto de aumentar los aportes de nutrientes. (Perdomo Giraldi & de Miguel Durán, 2011)

Es por ello que la introducción de la Alimentación Complementaria puede aumentar el valor energético en un menor volumen de alimento proporcionado y aportar otros nutrientes, como: hierro, cinc, calcio, fósforo, ácido linoleico y vitaminas; aun así, la ingesta mínima diaria de leche no debe ser inferior a 500 mL que sería un 50% la ingesta energética, aproximadamente y de esta forma suministrar el calcio suficiente para una eficaz osteogénesis. El inicio de la Alimentación Complementaria es hoy en día muy controversial ya que existen factores geográficos, económicos, sociales, culturales e individuales que influyen en los requerimientos relacionados con la edad y sexo; que son muy superiores durante los primeros meses de vida; La Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica recomienda que el inicio de la AC debería ser entre los 4-6 meses de edad, siendo ideal a los 6 meses, sin embargo otros estudios, no demostraron ninguna ventaja, por lo que se decidió, respetar la particularidad de cada niño, y las costumbres familiares.

FACTORES PROTECTORES Y DE RIESGO

Es importante destacar que la introducción temprana de los alimentos puede causar complicaciones en la nutrición de los niños así como:

  • Actividad competitiva con la lactancia materna
  • Riesgo de hipersensibilidad y alergia alimentaria
  • Introducción precoz del gluten enmascarado
  • Efectos adversos de aditivos
  • Falta de control de la ingesta
  • Riesgo de trastornos de la regulación del apetito
  • Riesgo de sobrealimentación
  • Tendencia a vómitos y/o diarreas
  • Accidentes por deficiente coordinación oral motora
  • Situaciones carenciales por déficit de absorción (Fe, Zn,…)
  • Sobrecarga renal de solutos
  • Aumento del riesgo de infecciones
  • Síndrome del biberón
  • Desarrollo del hábito por el azúcar y sal en un futuro
  • Diarrea por mala calidad del agua o alimentos contaminados
  • Aporte energético insuficiente (malnutrición)
  • Aumento de aporte de fibra dietética
  • Aporte de compuestos potencialmente perjudiciales: sacarosa, gluten, contaminantes, nitratos. (Perdomo Giraldi & de Miguel Durán, 2011)

Es de fundamental importancia saber cuándo, cómo y a qué edad debemos introducir los alimentos distintos a la leche materna, los mismos que deben ser introducidos en forma gradual, firme y sin forzar al niño entre 7 a 15 días.

Los cereales sin gluten: sobre los 4-5 meses se añaden 2 a 4 porciones en el último biberón del día preparado habitualmente.

Las papillas se deben administrar con cuchara en los niños tenga 5-6 meses y alimentos que contienen gluten a partir de los 7 meses como galletas, pan etc.

Las papillas de frutas: sobre el 5° mes, iniciar con zumos, añadir una nueva fruta al día como manzana, pera, plátano. Antes del año de edad no dar fresas, kiwi, ni cítricos por su relación estrecha con las alergias; la fruta se puede administrar en forma natural o compota (cocida) sin agregar azúcar o miel.

El puré de verduras: sobre el 5°-6° mes, comenzar con caldo de verduras y seguir con la patata, zanahoria, calabacín, calabaza, apio, puerro, judías verdes, etc., evitando verduras de hoja larga (espinacas, acelgas, col, remolacha, espárragos, nabos).

Se recomienda darlas al mediodía y añadir aceite de oliva crudo antes de comer, no agregar sal, ni azúcar, ni colorantes, pueden congelarse en tarros bien cerrados.

La carne: iniciar a los 6 meses añadiendo 25-50 g/día de pollo, posteriormente ternera, pavo o cordero y se darán junto con la verdura, los higaditos se pueden dar a partir del año; El pescado introducir a los 10º mes, con puré de verduras 2 veces por semana.

La yema de huevo comenzar a los 10 meses añadiendo a la verdura 1/4 parte de yema cocida 2 veces por semana, la segunda semana será 1/2 yema y la tercera ya se le dará 1 yema dos veces por semana, la clara comenzar a partir de los 12 meses.

Al año tomará: carne (3-4 veces/semana), pescado (2), hígado (1), huevo (1-2), legumbres con o sin verduras, dos raciones por semana condimentadas de la forma habitual y el yogurt de forma habitual al igual que el queso blando.

Desde los 15 meses podrá tomar comidas preparadas para el resto de la familia, siempre que no sean saladas, picantes o grasas, evitando los fritos, comidas muy dulces, derivados del cerdo (chorizo, hamburguesas, salchichón, menudos) hasta los 2 años.