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Abordaje hospitalario y extrahospitalario a un paciente ahogado

Abordaje hospitalario y extrahospitalario a un paciente ahogado

La actuación inmediata en el paciente que sufre un cuadro de ahogamiento es fundamental para lograr la supervivencia, y así, evitar las graves complicaciones asociadas que puede conllevar. Se estima que los daños irreversibles secundarios a la inmersión se desarrollan entre 3 – 10 minutos, siendo este tiempo modificable por la temperatura del agua, la ingesta de barbitúricos, alcohol, etc.

Abordaje hospitalario y extrahospitalario a un paciente ahogado

Lucia Jiménez Cupet. Diplomada en Enfermería. Enfermera en el hospital Raymond Poincaré. Paris.

María Garrido Piosa. Diplomada y Master en Enfermería. Enfermera en el hospital Raymond Poincaré. Paris.

Ossama Nasser Laaoula. Diplomado y Master en Enfermería. Enfermero en el hospital Raymond Poincaré. Paris.

Palabras clave: reanimación cardiopulmonar, ahogamiento, prevención, alcohol

INTRODUCCIÓN

La reanimación precoz y las medidas encaminadas a prevenir complicaciones tardías son fundamentales en el manejo de estos pacientes, que deben ser trasladados lo antes posible al Hospital.

En cuanto al manejo del enfermo ahogado es fundamental tener en cuenta que la muerte clínica no implica muerte cerebral, especialmente en niños y en situaciones en las que el proceso se enlentece (hipotermia –la hipotermia protege al cerebro de la hipoxia, y se han observado recuperaciones completas después de inmersiones en agua muy fría durante más de treinta minutos–, intoxicación por barbitúricos, de alcohol, otras drogas…).

Así pues hay que reanimar siempre, y prolongar la reanimación cardiopulmonar (RCP) en las situaciones mencionadas, especialmente en la hipotermia.

A continuación, abordaremos y trataremos un caso clínico de ahogamiento desde que se produce hasta su llegada a la UCI (Unidad de Cuidados Críticos).

SITUACIÓN CLÍNICA

  1. C. es un varón de 23 años que se encuentra de celebración con unos amigos en un bar de copas cerca de la playa. M.C. se encuentra en estado de embriaguez cuando se mete en el agua. Una vez dentro, no puede nadar. Sus amigos se dan cuenta que se está ahogando por lo que se meten en el agua y consiguen sacarlo. Una vez fuera sus compañeros se realizan llaman al 061 y le realizan la reanimación cardiopulmonar (RCP), le quitan la ropa mojada y lo cubren con mantas.

PASOS EN LA ACTUACIÓN CON EL PACIENTE AHOGADO

En el manejo extrahospitalario conviene tener presente (1):

  • Tener especial precaución con la columna cervical y, ante la duda, inmovilizarla y actuar como si fuese un lesionado medular realizando la apertura de vía aérea mediante tracción mandibular, con mantenimiento de la cabeza en posición neutra.
  • Respiración boca a boca en cuanto se pueda, tratar de extraer posibles cuerpos extraños en boca o faringe. La reanimación inmediata en la escena es esencial para la supervivencia y correcta recuperación neurológica después de un proceso de ahogamiento (2), por eso aunque los amigos de Miguel no sean profesionales cualificados deberán comenzar la reanimación cardiopulmonar (RCP) (en caso de que sea necesario) hasta que la asistencia sanitaria llegue. Según la European Resuscitation Council de 2010 todos los reanimadores, entrenados o no, deberían proporcionar compresiones torácicas a las víctimas de parada cardiaca.
  • No se recomienda la aplicación sistemática de las maniobras de Heimlich o de drenaje postural sin evidencia de obstrucción de vía aérea, pues no mejora los resultados de la resucitación y, sin embargo pueden producir vómitos y aspiración, complicando aún más el caso.
  • Masaje cardíaco externo, si se comprueba ausencia de pulsos mayores.
  • Control de la hipotermia ya que a menor temperatura corporal, menos necesidad de consumo de oxígeno (y mejor pronóstico de recuperación de posibles daños neurológicos causados por hipoxia), una hipotermia puede dar lugar a diversas alteraciones en el organismo, como arritmias y alteraciones metabólicas, sobre todo cuando la temperatura corporal comienza otra vez a ser normal.
  • Traslado inmediato al hospital más cercano sin interrumpir las maniobras de reanimación.

En el manejo a nivel hospitalario:

  1. Interrogar sobre una posible pérdida de conciencia previa al ahogamiento: traumatismo (tener en cuenta las posibles lesiones cráneo – encefálicas, medulares, etc), consumo de drogas, enfermedad de base (epilepsia, cardiopatía isquémica, etc). Ante la duda hay que manejar al enfermo como un TCE, inmovilizando con collarín.
  2. Exploración física:

El equipo de emergencias que llegará al lugar del accidente realizara una valoración exhaustiva sobre la respiración/oxigenación, comprobando siempre la permeabilidad de la vía aérea; la hemodinámica, obteniendo la frecuencia cardiaca, la tensión arterial, etc.; el estado neurológico, valorando el nivel de conciencia mediante la Escala de Glasgow y valorando también la reacción pupilar; la termorregulación y la eliminación (2):

  • Apnea, disnea, taquipnea (atención al uso de músculos accesorios).
  • Cuerpo extraño en vía aérea.
  • Traumatismo craneoencefálico, cervical o de otros órganos.
  • Hipotensión arterial.
  • Hipotermia.
  • Arritmias.
  • Alteraciones neurológicas (aplicar escala de coma de Glasgow).

Una vez valorado y estabilizado en la medida de lo posible por un equipo de emergencias entrenado para realizar el SVA, el paciente llegará al hospital donde, en el caso de que se le haya realizado una reanimación o de que tenga un bajo nivel de conciencia se le trasladará a la unidad de cuidados intensivos (UCI).

Una vez ingresado en UCI, se procederá a la monitorización del paciente, como es habitual en esta unidad, para posibilitar una vigilancia continua y adelantarse a posibles complicaciones que podrían llegar a ser mortales. Vamos a tratar este tema separando funciones fisiológicas con su posible tratamiento:

Función respiratoria: En los pacientes en los que fracasan las medidas iniciales de oxigenación con mascarilla de oxigeno con reservorio o la ventilación no invasiva (CIPAP, BIPAP), o disminuye el nivel de conciencia debe considerarse la intubación orotraqueal y ventilación precoz. La intubación está indicada en apnea, dificultad respiratoria grave o hipoxemia refractaria al oxígeno.