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Abordaje psicosocial del paciente con enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII). Papel de Enfermería

(60%) que en remisión (29-35%).

Efecto de las emociones negativas sobre la propia enfermedad inflamatoria intestinal (EII):

–         Se asocian a un mayor número de recaídas.

–         Genera gran incapacidad

–         Impacto muy negativo en el curso, adherencia y resultado del tratamiento

–         El momento más vulnerable para sufrir un trastorno de ansiedad son el diagnóstico y durante los brotes.

El cansancio es un síntoma predominante, por la enfermedad en sí misma, la desnutrición, la diarrea y la anemia.

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) implica una pérdida del bienestar, tanto a nivel físico como mental y social, que es percibida como una modificación de la calidad de vida. Por otro lado, existen estudios que demuestran que aquellos pacientes que refieren una menor calidad de vida aumenta el uso de servicios sanitarios.

El estilo de vida y el entorno tienen una influencia muy importante en la salud y la morbilidad.

Diferentes estudios revelan además que los pacientes de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) demandan una mayor información sobre la enfermedad, el tratamiento y su desarrollo, así como poder participar más activamente en su proceso e implicarse en la elección del tratamiento, por lo que el profesional de Enfermería debe disponer de un amplio conocimiento del tema para poder dar respuesta a sus necesidades y poder ofrecer una educación sanitaria de calidad.

Las estrategias de afrontamiento se relacionan con un mejor pronóstico de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Son efectivas aquellas que conllevan un afrontamiento activo, como, por ejemplo, la búsqueda de soluciones, el autocontrol y los pensamientos de autoayuda, la búsqueda del apoyo social, la aceptación y adaptación a la enfermedad y la realización de actividades gratificantes (Schmitt 1997).

Existen distintas categorías de afrontamiento en las enfermedades crónicas, entre las que destacan:

  • Búsqueda de información
  • Acción directa
  • Inhibición de la acción ( no quejarse ante familiares…)
  • Distanciamiento o negación
  • Búsqueda de apoyo social

Hay que tener en cuenta, por otro lado, que el momento de debut de la enfermedad va a ser clave en la forma de afrontarla. De hecho, existen diferencias significativas, de tal modo que cuanto más temprana es la aparición más complejo se hace el afrontamiento. Además las repercusiones en el paciente también pueden ser distintas, como el retraso en el crecimiento y en el desarrollo puberal cuando el diagnóstico se realiza en la infancia.

Enfermedad Inflamatoria Intestinal en la infancia y adolescencia:

Los adultos generalmente llevan mejor la enfermedad que los jóvenes que rechazan la enfermedad, por lo que aumenta el riesgo de abandono del tratamiento. Los niños con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) aceptan mal su enfermedad. Los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) suelen ser embarazosos por lo que es difícil hablar públicamente de ellos y suelen negar sus problemas. Esta manera de sobrellevar la enfermedad produce síntomas, sobre todo de ansiedad y depresión.

Engström realiza un estudio comparando cuatro grupos de niños de 9 a 18 años: un grupo de pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII), otro de diabéticos, otro de niños con cefalea tensional crónica y otro grupo control sano. En dicho estudio evalúa el ajuste emocional, el bienestar, la depresión, la ansiedad, la autoestima y la inteligencia con diversas medidas estandarizadas aplicadas a los niños y a sus madres, y una entrevista con diagnósticos de acuerdo con la clasificación DSM-III-R. Los niños con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) presentaban las mayores puntuaciones en la escala de problemas en el comportamiento, con diferencias significativas en comparación con el grupo sano.

Las relaciones sociales y los estudios pueden verse afectados por el curso de la enfermedad. Las bajas hacen que pueda retrasarse en el colegio, las actividades sociales como campamentos, excursiones se hacen a veces imposibles de realizar a causa de las diarreas, el dolor y cansancio, por lo que pueden sentirse excluidos y además es frecuente un retraso en la pubertad etc. Todo ello puede producir problemas de autoestima en los niño/as.

Otro problema añadido, sobre todo en las niñas y adolescentes es su imagen corporal: la cara de luna llena como consecuencia de los corticoides, las diarreas, el acné, las cicatrices de operaciones, el estoma en los casos en los que exista, la delgadez, tiene una gran influencia en su autoestima pudiendo aparecer depresión o la actitud de rebeldía, con la negación de la enfermedad, la negativa a tomar el tratamiento y un comportamiento irritable.

El papel de los padres y de la familia es fundamental para establecer un contexto adecuado que facilite una buena calidad de vida al paciente. Además diversos estudios han demostrado la importancia del apoyo familiar a la adherencia al tratamiento (DiMatteo y Robin 2004).

  • Se debe aceptar la existencia de la enfermedad y dar respuesta a las preguntas de los niños adaptando la información a su madurez y edad. Se puede apoyar la información con esquemas y dibujos.
  • Permitir el desarrollo y autonomía del paciente.
  • Evitar la actitud sobreprotectora
  • Debe practicar algún deporte para mantener un buen estado físico
  • Adoptar hábitos saludables. Los enfermos de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) presentan hipercoagulabilidad, por lo que tienen más riesgo de trombosis y embolias. El tabaco aumenta dicho riesgo.
  • Conocer cuando un niño entra en brote, lo más llamativo suele ser el cansancio. Un niño que no juega, que pierde el apetito y está cansado, suele ser previo al resto de síntomas específicos.
  • Se debe personalizar la dieta. No existe una dieta igual para todos los pacientes.
  • No ser estricto con el horario de comidas. A veces es conveniente que el niño coma varias veces al día menos cantidades.
  • Detectar las señales de alarma de necesidad de ayuda psicológica; aislamiento social y depresión, aburrimiento e intranquilidad, comportamiento infantil no acorde a su edad…

En la escuela: La colaboración de profesores y cuidadores es esencial para garantizar un estado óptimo de salud del paciente.

Se debe informar a los profesores sobre la enfermedad, ya que su colaboración es de gran importancia.

– Dejar libertad absoluta para acudir al wc incluso durante los exámenes.

– Supervisar que el niño tome la medicación

–      Facilitar el régimen de comidas

–      Ofrecer apoyos pedagógicos personalizados.

–      El deporte es saludable en la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), pero se debe adecuar la intensidad al estado de salud