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Potencialidades conservadas en el adulto mayor

ancianos que en sociedades científicas actuales han adoptado hasta el momento: persona mayor sana (sin enfermedad ni problemática funcional o social), persona mayor enferma (con patología aguda o crónica, no incapacitante), anciano frágil (con alto grado de vulnerabilidad biopsicosocial, en base a la presencia de algún factor de riesgo) y paciente geriátrico (paciente mayor de 75 años con varias enfermedades que tienden a la cronicidad e incapacidad y con deterioro mental y/o problemática social añadida). (Benítez Rivero & Caballero García, 2011)

Además la clasificación de los ancianos según la dependencia:

  1. a) Persona mayor autónoma: Incluye a los mayores de 65 años, sanos y afectos de enfermedades agudas o crónicas no potencialmente incapacitantes, en este grupo la intervención va enfocada a prevención;
  2. b) Persona mayor frágil o de alto riesgo de dependencia: indica situación de riesgo de dependencia pero sin padecerla aún, siendo potencialmente reversible o pudiendo mantener la autonomía mediante una intervención específica, en este grupo para la intervención se debe tomar en cuenta si son mayores de 80 años, si existe alguna situación clínica que pueda producir pérdida funcional, además tomar en cuenta si vive solo, es viudo y hace que tiempo, nivel socioeconómico, si tiene apoyo social, aislamiento social, cambios frecuentes de domicilio, si ha sido hospitalizado en los últimos 12 meses o si utiliza más de 4 medicamentos; por lo tanto a este grupo se le debe hacer una valoración integral la misma que debe ser individualizada y orientada a la funcionalidad, y reevaluable, y en el que cualquier señal de autonomía deberá considerarse una gran ganancia en salud individual, familiar y social
  3. c) Persona mayor dependiente: Se refiere a la situación de dependencia es decir pacientes con pérdida funcional importante en las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, incapacitados en sus domicilios, situaciones terminales, ingresos hospitalarios y descompensaciones clínicas frecuentes, en los que hay escasa posibilidad de revertir su estado funcional, a este grupo las intervenciones están orientadas a la rehabilitación y la prevención de complicaciones, así como a la atención familiar en especial a la cuidadora y la continuidad asistencial hasta el fallecimiento del paciente.(Espinosa Almendro et al., 2011)

En cuanto a las características de los adultos mayores deben aceptarse como inevitables; pero es difícil determinar en qué medida son consecuencia de deterioro neurológico y mental, porque también obedecen al cambio de situación social, psicológica y fisiológica. La pérdida de facultades físicas que quizá obligue a aceptar el cuidado de otros; el fin de la vida laboral, el aislamiento, la pérdida de contacto social que da el trabajo y la viudez y la muerte de los amigos disminuyen la autoestima de los adultos mayores y provocan depresión. (Corregidor Sánchez & Alegre Ayala, 2010)

Sin embargo, existen adultos mayores que mantienen vivo el interés por muchas cosas y que disponen de más dinero que en ninguna otra época de su vida; pero en muchos casos lo normal es la falta de dinero, la soledad, la incapacidad física y la falta de estímulos mentales. La rapidez con la que cambia la sociedad moderna la desorientación del adulto mayor y la forma de vida actual no contribuyen a mejorar su situación; el resultado es apatía, pérdida de interés, resentimiento y estancamiento mental, que con frecuencia se explican atribuyéndolos a senilidad inevitable. En el lado positivo, a la jubilación temprana, la mejor atención médica, el aumento de las pensiones y la mejora de las viviendas puede hacer de la vejez una época de oportunidades y experiencias nuevas.(Gutiérrez, García, Arango, & Pérez, 2012)

Según César Coll el adulto mayor sano debe reunir las siguientes características: Permanecer físicamente saludable y ajustarse a las limitaciones, mantener un ingreso adecuado y medios de sostenimiento, ajustarse a nuevos roles de trabajo, establecer condiciones adecuadas de vivienda y de vida, mantener la identidad y el estatus social, encontrar compañía y amistad, aprender a usar el tiempo libre de manera placentera, establecer nuevos roles en la familia, lograr la integridad mediante la aceptación de la propia vida; pero con todas estas características surge la pregunta de cómo lograrlo, para ello es necesario identificar las causas que dificultan conservar las potencialidades del adulto mayor lo cual lo se puede realizar aplicando test psicológicos, APGAR familiar, modelo de Macmaster (diferencia dimensiones como solución de problemas, comunicación, roles, involucramiento afectivo y control conductual; etc.(García, 2012). Así mismo es importante identificar factores que ayuden a conservar las potencialidades del adulto mayor lo cual lo se puede lograr iniciando un cambio cultural que signifique un mejor trato y valoración de los adultos mayores en nuestra sociedad, lo que implica una percepción distinta sobre el envejecimiento y, alcanzar mejores niveles de calidad de vida para todos los adultos mayores, es decir fortalecer la responsabilidad intergeneracional en la familia y la comunidad, fomentar el uso del tiempo libre (crear actividades acorde a sus necesidades); entre otros aspectos.(Durán, Orbegoz Valderrama, Uribe-Rodríguez, & Uribe Linde, 2010)

Es importante destacar el rol que desempeña la familia en esta etapa de la vida, primeramente la familia, según autores brasileños, es la que proporciona los aportes afectivos y sobre todo materiales necesarios para el desarrollo y bienestar de sus miembros. Ella desempeña un rol decisivo en la educación formal e informal, es en su espacio donde son absorbidos los valores éticos y humanísticos, y donde se profundizan los lazos de solidaridad. Es también en su interior donde se construyen los límites entre las generaciones y son observados los valores culturales. (Universitario et al., 2011)

Además es importante conocer que la familia se clasifica según la ontogénesis, según el número de miembros, según el lazo de consanguineidad y ésta cumple funciones las cuales están sujetas a variaciones relacionadas con los cambios de estructura y con la etapa que atraviesa. En el proceso de adaptabilidad ante estos cambios la familia se encuentra vulnerable ante todo tipo de crisis, siendo estas normativas o transitorias; o paranormativas o no transitorias y mixtas.(Arés, Dsc, & Habana, 2009)

Estas crisis son las que mayor influencia tienen sobre los ancianos por ejemplo ellos mismos pueden recibir en su hogar a un hijo divorciado o ser quien tenga que unirse al grupo familiar de un hijo, sufrir la muerte de un hijo o del otro cónyuge antes del período esperado, como respuesta a este tipo de crisis el adulto mayor, independientemente de los factores que influyan sobre la familia, debe enfrentar nuevos roles familiares por ejemplo ser padres de hijos adultos, eventualmente ser viudo.

Así mismo cumple funciones gratificantes como la de ser abuelos ya que surge una relación afectiva con el nieto con lo cual puede llegar a reparar las relaciones anteriores con los hijos, puede realizar la trasmisión de valores y cultura familiar, ser imagen de identificación para los nietos y recuperación del patrimonio consanguíneo y perpetuación de la descendencia.(García, 2012)

Cuando los padres entran en la vejez y no pueden cuidarse por sí mismos pasan a ser cuidados por los hijos lo que puede provocar fricciones, llegando a convertirse en una crisis que algunos llaman de desvalimiento. La mejor solución, según plantean estudiosos del tema, es la aceptación realista de las fuerzas, limitaciones y las habilidades para permitirse ser independiente por parte del anciano y que el hijo adulto, tenga la habilidad de aceptar el papel de cuidador y simultáneamente siga siendo hijo.(Vera, 2012)

Los adultos mayores tienen mucho por contribuir: tienen sabiduría y experiencia y al mantenerlos saludables, funcionales e independientes, pueden continuar contribuyendo a sus comunidades y a sus familias y serán más felices.(Fernanda et al., 2010). De ahí que se recomienden actitudes que le permitan al adulto mayor ser un integrante respetado y valorado en todo momento en el marco de la familia por ejemplo una actitud de comprensión hacia los miembros de la familia, aceptar a cada uno con sus cosas buenas y malas, mostrarse prudentes, discretos y con mucho tacto en su actuar con las personas de la familia, no inmiscuirse en la vida de los hijos sino dejar que ellos hagan su vida como estimen conveniente, no ser quejumbroso y negativos.(Pino, 2013)