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Aproximación sobre el afrontamiento del paciente ante la enfermedad cardiovascular

Aproximación sobre el afrontamiento del paciente ante la enfermedad cardiovascular

INTRODUCCIÓN

Según Méndez de León et al (1) el afrontamiento son los elementos o capacidades, internos o externos con los que cuenta la persona para hacer frente a las demandas del acontecimiento o situación potencialmente estresante, entre los que destacamos: el entorno, la capacidad biológica del individuo, la capacidad intelectual, los recursos psicológicos en el que se incluyen las creencias, las destrezas para la solución de problemas, la autoestima y la moral, los aspectos culturales, la red social del individuo y sus sistemas de apoyo social.

Aproximación sobre el afrontamiento del paciente ante la enfermedad cardiovascular

Autor:

Manuel Luque Oliveros

Adscrito al Bloque Quirúrgico del AHVM

Lazarus (2) establece dos tipos de afrontamientos:

  1. Afrontamiento centrado en el problema. Relacionado con los esfuerzos para mejorar la situación cambiando el curso de eventos o realizando alguna actividad. Son formas de afrontamiento centrados en la acción. Estos modos de afrontamiento predominan en situaciones donde puede hacerse algo constructivo. El objetivo es cambiar la interacción persona-medio ambiente, que incluye la lucha, la solución de problemas, el enfoque positivo, la búsqueda de apoyo social, y la búsqueda de información.
  2. Afrontamiento centrado en la emoción. Relacionado con los pensamientos o acciones que alivian la angustia emocional producida por la situación, haciendo que la persona se sienta mejor. Dirigido a reducir o manejar el estado emocional relacionado con la situación e incluye principalmente pensamientos más que acciones, para cambiar las relaciones persona-ambiente.

Estos modos de afrontamientos toma en cuenta los esfuerzos afectivos, cognitivos y psicosociales que un sujeto emplea para poder controlar las situaciones estresantes a fin de reducirlas o eliminarlas. Como sucede en el paciente que hace frente a la enfermedad cardiovascular (ECV), donde siente que su enfermedad es algo perdurable y no hay nada que se pueda hacer (2).

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN

El uso de una u otras estrategias de afrontamiento suele estar determinado por la naturaleza del hecho estresante y las circunstancias en que se produce, de modo que las situaciones que tienen remedio estimulan estrategias focalizadas en la solución del problema, y las que no lo tienen favorecen el uso de estrategias focalizadas en la emoción (3).

No obstante, las estrategias no son excluyentes, sino que pueden interferirse entre sí en el proceso de afrontamiento, facilitando o impidiendo cada una la aparición de la otra. Muchos autores (4) afirman que el mejor afrontamiento es el que implica una mezcla de resolución de problemas y de enfoque hacia las emociones, ya que esta amenaza, genera en el individuo una sensación de dolor cuando la experiencia es negativa, teniendo un afrontamiento ineficaz sobre la causa (5).

Melzack y Wall (4) desarrollaron la Teoría de la Compuerta hasta llegar a la Teoría de la Neuromatriz. El desarrollo de estas teorías, ha permitido la consolidación del paradigma del dolor como multidimensional, considerando tres dimensiones básicas las que configuran la experiencia álgica: la motivacional-afectiva, sensorial-discriminativa y la cognitiva-evaluativa, siendo el afecto una variable moduladora de la percepción álgica.

Pero además, estas dimensiones se integran en lo que Melzack (5) llama una neuromatriz. Esta matriz neuronal, aparte de ser activada por las señales que vienen de la periferia del cuerpo, se activa intrínsecamente. Así la matriz no sólo analiza la información de entrada sino que genera la información que experimentamos como sensación o dolor.

VALORACIÓN DEL PACIENTE

De forma paralela, la dinámica del afrontamiento de las personas sigue un mismo esquema. Desde la perspectiva de la teoría cognitiva de la emoción tanto la cualidad como la intensidad de una emoción depende de la propia valoración que el individuo realiza, planteándose que el afrontamiento actúa como mediador de la emoción (5).

Además, se ha observado que determinadas emociones son indicadoras de daño, beneficio, amenaza o desafío. En este modelo también se plantea que los antecedentes causales (características pertenecientes tanto al individuo como a la situación), pueden actuar como causas en el proceso emocional y en las consecuencias adaptativas a corto o largo plazo, donde la familia juega un importante papel en su resolución. Los antecedentes causales, familiares, sociales, económicos y personales actúan como predictores del afrontamiento del paciente con enfermedad cardiovascular (ECV) (6).

Existen también, otros factores de riesgos que se encuentran en fase de desarrollo y que dependen de causas familiares. Estas causas suponen un riesgo a padecer una enfermedad cardiovascular o aparición / potenciación de factores de riesgo sobre un individuo que presente una enfermedad cardiovascular en el seno familiar (3).

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

1-   Méndez de León C et al. Psychosocial characteristics after acute myocardal infarction: the ENRICHD pilot study. Enhancing recovery in coronary heart disease. Journal cardiopulmonary rehabilitacion. 2001;21(6):353-62

2-   Lazarus R. Estres y emocion manejo e implaciones en nuestra salud. 2000. Bilbao: Desclé de Brouwer

3-   Abreu A. Calidad de vida, apoyo social y autoeficacia en personas con infarto agudo de miocardio en un área sanitaria de la provincia de Huelva. 2011.[Tesis doctoral] leída el 21 de noviembre del 2011.

4-   Melzack R, Wall PD. Pain mechanisms: a new theory. Science 1965: 150: 971-9.

5-   Melzack R. Phantom limbs and the concept of a neuromatrix. TINS, 1990; 13 (3): 88-92.

6-   Lazarus R, Kanner A, Folkman S. Emotions: a cognitive phenomenological analysis. En Plutchik R, Kellerman H. (eds.): Theories of emotion. N.Y., Academic Press. 1980. p. 189-217.