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Alimentación en el niño con diabetes mellitus tipo I

El aporte de energía (en forma de calorías) debe cubrir los gastos del organismo, los que permiten el crecimiento y los relacionados con la actividad física.

Los hidratos de carbono tienen que ser controlados de forma esencial para mantener las glucemias dentro de la normalidad. Se tienen que conocer perfectamente qué alimentos contienen hidratos de carbono y qué cantidad aportan las porciones consumidas diariamente. Hay dos tipos de hidratos de carbono: los almidones, que se encuentran en el arroz o la patata y los azúcares, que se encuentran en postres o frutas. Pero según los últimos estudios el efecto sobre la glucemia es similar si se toma uno u otro. Los hidratos de carbono son nutrientes esenciales para cubrir las necesidades energéticas del organismo (igual que las proteínas y las grasas) por lo que su consumo debe adecuarse a la edad del niño y a su grado de actividad física. [2]

Las proteínas no elevan la glucemia, no obstante, su déficit o exceso en la alimentación habitual puede influir en el peso corporal y ser la causa de otras alteraciones del organismo. Las grasas tampoco elevan la glucemia, pero una ingesta insuficiente o un abuso pueden ocasionar problemas de bajo peso o sobrepeso con enfermedades cardiovasculares asociadas. La fibra dietética es necesaria en la alimentación ya que ayuda a prevenir y combatir el estreñimiento, a reducir los niveles de colesterol y a incrementar la sensación de saciedad. Las vitaminas son esenciales para la alimentación. Las necesidades de vitaminas son las mismas también en un niño diabético como en un niño sano. Se aconsejan que se tomen 5 raciones entre frutas y verduras al día para adquirir un aporte adecuado de vitaminas. Los minerales, igual que las vitaminas son esenciales para una dieta equilibrada en el niño. El calcio, el hierro, el yodo y el flúor no deberían de faltar en las cantidades apropiadas en la dieta del niño diabético, igual que en la del niño sano. [2]

Bases del tratamiento dietético en la diabetes tipo 1

Para controlar la diabetes tipo 1, tanto la familia como el niño deben de ser capaces de conocer las características nutricionales de los alimentos. Cuanto mayor sea su conocimiento en este tema, mejor controlarán la diabetes. Esto es necesario para fomentar la autonomía en el niño y la familia para adaptarse a la enfermedad.

Lo primero que tienen que saber son los alimentos que contienen hidratos de carbono. Deben de saber que los hidratos de carbono se encuentran en las harinas, las hortalizas, las verduras, las frutas, los lácteos, las bebidas y en otros como la bollería, los dulces, etc. También es importante que sepan leer las etiquetas de los alimentos ya que no todos los edulcorantes tienen los mismos efectos sobre la glucemia. [2]

  • Edulcorantes calóricos: Sacarosa (o azúcar de mesa), glucosa o fructosa, son los edulcorantes naturales por excelencia. Aportan energía (4 Kcal por cada gramo) y elevan la glucemia, por lo que su consumo necesita la administración de insulina.
  • Edulcorantes no calóricos: Acesulfame K (E950), Aspartamo (E951), Ciclamato (E952), Sacarina (E954) y Sucralosa (E955). No aportan energía ni tampoco hidra­tos de carbono. Actualmente su consumo habitual se considera seguro incluso en niños, si bien, se recomien­da evitar su abuso.
  • Polialcoholes o polioles: Sorbitol (E420), Manitol (E421), Isomalt (E953), Maltitol (E965), Lactitol (E966) y Xilitol (E967). Son edulcorantes producidos a partir de azúcares naturales (como de la glucosa o la fructosa) pero modificando su estructura por lo que su absorción es menor y elevan menos la glucemia que los edulcorantes caló­ricos. Su consumo elevado puede dar lugar a molestias digestivas e incluso diarrea.

Se considera que se llegan a absorber aproximadamente el 50% de los polioles que se ingieren. Por tanto, se debe consultar la etiqueta nutricional del producto para cono­cer su contenido final en hidratos de carbono.

Las normas actuales sobre el etiquetado no son muy claras y pueden dar lugar a error. Podemos encontrar las siguientes indicaciones respecto a los hidratos de carbono que lleva el alimento:

  • “Bajo contenido de azúcares”, cuando contiene menos de 5g de azúcares por 100g del producto (2.5g/100ml en productos líquidos).
  • “Sin azúcares”, cuando contiene menos de 0.5g de azúca­res por 100g o 100ml del producto.
  • “Sin azúcares añadidos”, cuando no se ha añadido ningún tipo de azúcar. Si los azúcares están presentes de forma natural en el producto, debe indicarse como “contiene azúcares naturalmente presentes”.

Esta norma no hace alusión a la cantidad total de hidratos de carbono presentes en el alimento, por lo cual es importante mirar la etiqueta nutricional. [2]

Como norma general, los alimentos que en su composi­ción tienen una gran cantidad de azúcares y los encon­tramos en forma líquida elevan la glucemia con mucha rapidez. Por el contrario, aquellos alimentos que contienen pocos azúcares o que contienen gran cantidad de grasas o fibras y están en forma sólida, suelen elevar la glucemia de forma mucha más lenta (un helado rico en grasas aumenta la glicemia más lentamente que un trozo de pan). [2]

Lo segundo que tienen que saber es la cantidad de hidratos de carbono que tienen los alimentos. Sabiendo que una ración equivale a 10 gr. de hidratos de carbono, en la siguiente tabla encontramos la equivalencia de los alimentos con las raciones que contienen: (Tabla 1)

Consideraciones

Una vez que, tanto las familias como los niños diabéticos, conocen las raciones o equivalentes de hidratos de carbono, podrán calcular la cantidad que toman habitualmente en cada comida del día. De esta manera podrán hacer intercambios entre diferentes alimentos, con el mismo aporte de hidratos de carbono, para variar y no caer en la monotonía. Tienen que tener en cuenta que las raciones de hidratos de carbono en cada comida deben de ser las mismas y no pueden quitarle raciones a una comida para dárselas a otra. Una vez esté estipulada la cantidad de hidratos de carbono que habrá en cada comida, el endocrino calculará la insulina necesaria que se deberá administrar el niño. [2]

Es adecuado hacer 6 comidas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda, cena y resopón o recena, cada día adecuando los mismos hidratos de carbono en cada comida, procurando hacer una dieta variada, con las mismas equivalencias en raciones de hidratos de carbono.

No tenemos que olvidar la práctica del ejercicio físico para nivelar los requerimientos de hidratos de carbono y por lo tanto prevenir hipoglucemias. Durante la práctica del ejercicio físico se debe controlar la glicemia, para tenerlo controlado y saber hasta cuando hay que continuar con el ejercicio. [2]

CONCLUSIONES

El niño con diabetes debe de seguir una alimentación variada, exactamente igual que la que se aconseja a un niño sano. Una alimentación saludable es aquella que es rica en hidratos de carbono, moderada en proteínas y baja en grasas, especialmente en grasas saturadas. El etiquetado de los alimentos ayuda a identificar este tipo de nutrientes, teniendo en cuenta que a veces podemos tener confusión en aquellos alimentos en los cuales pone “bajo en grasas”, “sin azúcares añadidos”, etc. La diferencia es que el diabético no puede saltarse las normas porque su salud depende de una forma más inminente, de su cumplimiento.

La diabetes es una enfermedad en la cual se necesita un control y una exactitud muy precisa de la cantidad de hidratos de carbono que contienen los alimentos, para así hacer el cálculo proporcionado de ellos e incluirlos en las comidas diarias. Es necesario controlar la cantidad de raciones que existen en los alimentos con hidratos de carbono para adecuarlas a las dietas. De esto, junto con el ejercicio y las pautas de insulina dependerá el buen manejo de la enfermedad. Es necesario que tanto el niño como la familia estén involucrados en la praxis del tratamiento para garantizar un control adecuado de la diabetes.

Anexo – Alimentación en el niño con diabetes mellitus tipo I

Anexo – Alimentación en el niño con diabetes mellitus tipo I

BIBLIOGRAFÍA

  • Hernández, M., Sánchez, A. “Tratado de Nutrición” Ediciones Díaz de Santos. Pág. 940. Madrid. 2000
  • Murillo, S. “La alimentación de tus niños con diabetes” Fundación para la Diabetes. Madrid, 2009.
  • Arce, V. M. “Endocrinología” Ed. Universidad de Vigo. Pág. 269-73. Vigo, 2013