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Alimentación infantil durante el primer año de vida. Conceptos básicos e intervenciones de Enfermería

de vida de nuestro país hacen menos frecuente esta circunstancia salvo en enfermedades crónicas, y comienzan a aparecer problemas de sobrepeso y obesidad. En el periodo de lactante, especialmente tras la introducción del beikost, debemos estar alerta, ya que si se instaura la obesidad a estas edades será más difícil erradicar este trastorno de manera posterior. 6

Gracias a este tipo de alimentación, con menos volumen se le proporciona la misma cantidad de energía, comienza la maduración del colon, mejora la saciedad y se potencia el aprendizaje de los diferentes sabores y texturas, proceso que si no se inicia desde una edad muy temprana, podría dar lugar a rechazos posteriores.

Los motivos para la introducción de la alimentación complementaria son de índole nutricional, de desarrollo fisiológico de diversas funciones, como la digestiva, renal e inmunológica, así como de madurez psicomotriz, es decir, este proceso debe iniciarse cuando el niño ya haya desarrollado las habilidades que permitan un control sobre la alimentación, como mantenerse sentado, aceptar la cuchara, mostrar interés por la comida y dar señales de hambre y saciedad.

El tipo de alimento que se elige para introducirse dependerá de la disponibilidad de alimentos locales, de las costumbres familiares y comunitarias y de la maduración del niño, así como de la aceptación de los alimentos que se le van ofreciendo.

La forma habitual de introducir la alimentación complementaria es ir sustituyendo, de una en una, las tomas de leche que recibe el lactante por los distintos componentes de la alimentación complementaria con un intervalo de tiempo suficiente para que el niño vaya aceptando los nuevos alimentos, probando su tolerancia y adaptando su organismo.

Los alimentos complementarios se ofrecen después de la leche materna o artificial, sin forzar, y en pequeñas cantidades. Las primeras comidas deben considerarse como la introducción a un nuevo modo de comer y no como un sustituto de la leche. Siempre se les debe dar, como mínimo, 500 ml de leche al día.

Se recomienda introducir los alimentos de uno en uno, separados por un período de 7 a 10 días, para qué en caso de que se presente algún tipo de alergia o intolerancia se pueda determinar qué alimento es el responsable.

Se inicia con una cantidad pequeña, que se va aumentando poco a poco a lo largo de la semana, hasta llegar a la cantidad que el niño o niña quiera. Se repite el mismo alimento cada día hasta que llegue el momento de introducir otro. Cada nuevo alimento se puede dar solo o añadido a los ya introducidos previamente, si no aparece ninguna reacción se añade un nuevo alimento al anterior, al principio en pequeña cantidad.

La elección de alimentos y el orden de introducción es diferente, quedando a elección de los progenitores, siempre siguiendo una serie de recomendaciones:

r  Los alimentos con más capacidad de producir alergias se retrasarán hasta el año de edad, como por ejemplo pescado y marisco, fresas, aquellos que contengan gluten, lácteos y derivados…Si además existe historia familiar de alergia a determinados alimentos, se retrasará la introducción de los mismos hasta los dos o tres años. Es muy importante no apresurarse con los cereales con gluten, que es una proteína presente en el trigo, cebada, centeno y avena, y que suele ocasionar problemas de tolerancia, ya que puede causar una patología denominada enfermedad celíaca.

r    Se deben introducir antes los alimentos ricos en hierro, como las carnes o las legumbres.

r    Es recomendable ofrecerles los alimentos en su sabor natural. Los aditivos para acentuar los sabores dulces o la incorporación de sal pueden engañar al paladar. Si el niño rechaza un alimento, no se le debe forzar, sino que se intentará más adelante.

r    Las legumbres mezcladas con cereales o patatas aportan proteínas de calidad similar a las de la carne.

r    No es conveniente darle al bebé miel ni verduras ricas en nitratos hasta el año.

r    Los frutos secos enteros son peligrosos antes de los tres o cuatro años de edad por peligro de atragantamiento.

r    Uno de los primeros alimentos que se le ofrecen son las frutas, se inicia con unas cucharaditas de zumo, y si lo tolera bien, se comienza con las papillas de frutas.

En la siguiente tabla se presentan los diferentes alimentos y el orden cronológico de introducción recomendado por grupos de edad.

Tabla 4: Orden cronológico de introducción de alimentos.

EDAD – ALIMENTOS

0-5 MESES

  • Leche materna o leche de inicio

5 MESES

  • Leche materna o leche de inicio
  • Primeras papillas, cereales sin gluten y arroz.
  • Zumos de frutas y compotas de frutas (Plátano, manzana, pera)

6-7 MESES

  • Leche de continuación
  • Verduras y hortalizas (patata y zanahoria)

7 MESES

  • Leche de continuación
  • Carnes magras (Pollo, pavo, ternera, cerdo…)

8 MESES

  • Yogur y leches fermentadas
  • Aceite de oliva, preferiblemente virgen

9-10 MESES

  • Yema de huevo, pescado blanco
  • Legumbres

11 MESES

  • Verduras de hoja verde

12 MESES

  • Huevo completo, queso fresco
  • Todas las verduras

13 MESES

  • Leche de vaca, Queso más curado
  • Embutidos y patés
  • Pan y galletas
  • Legumbres, algunos frutos secos y soja
  • Pescados azules
  • Miel y azúcares

Fuente: Elaboración propia.

Como todos los cambios en la alimentación, el paso a la alimentación complementaria tiene sus limitaciones:

r    El lactante no tiene dientes, de manera que hay que ofrecerle alimentos que no necesiten masticación.

r    Su capacidad gástrica es limitada, por lo que hay que ir aumentando el volumen progresivamente.

r    La producción de sales biliares es muy limitada, así, las grasas deben aportarse de manera muy digerible.

La introducción de todos estos alimentos permite que la alimentación del niño se vaya pareciendo poco a poco a la del resto de su familia, y así se vayan instaurando hábitos alimentarios correctos.

6. CONCLUSIONES