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Ametropías. Caracterización clínica en jóvenes

la tensión sobre su superficie de las fibras zonulares. (3, 4)

El ojo contiene un complejo sistema de lentes transparentes en su parte anterior, compuesto por la córnea y el cristalino, que le permite enfocar los rayos de luz y las imágenes en la retina. Cuando las imágenes se forman justo en la retina, se obtiene una visión nítida y se dice que el ojo es emétrope (sin defectos refractivos). Por el contrario, si en los ojos las imágenes no se forman exactamente en la retina se dice que hay una ametropía, o sea un trastorno refractivo. (4)

Los defectos de refracción o ametropías son todas aquellas situaciones en las que, por mal funcionamiento óptico, el ojo no es capaz de proporcionar una buena imagen. Existen muchas otras circunstancias en las que la imagen a nivel de la retina es defectuosa, pero que no dependen directamente de un mal funcionamiento óptico. (4, 5) Se reconocen 3 tipos principales de ametropías: miopía, hipermetropía y astigmatismo. Para catalogar como ametropía o trastorno de refracción una reducción de la agudeza visual, debe ser susceptible de corregirse mediante medios ópticos.

Las ametropías constituyen un motivo de consulta frecuente dentro de la oftalmología y tienen una gran importancia económica y social ya que constituyen un serio problema de salud, tanto por los costos que implica su tratamiento y manejo, como por ser causa frecuentes de disminución de la agudeza visual.

Son muchas las personas que tienen un defecto refractivo, siendo el principal síntoma la mala visión o el cansancio visual. La hipermetropía causa dificultad para ver de cerca y cansancio visual. La miopía, del griego myops formado por myein (entrecerrar) y ops (ojo) es el problema visual responsable del 5 al 10% de ceguera legal en los países desarrollados. Su prevalencia está estimada en un 70 a un 90% en Asia, de un 30 a un 40% en Europa y América y un 10 a un 20% en África. En tanto, el astigmatismo que procede del griego a (sin) y stigma (punto) es una ametropía muy frecuente. Se plantea que aproximadamente el 95% de los ojos presenta algún grado de astigmatismo que se considera fisiológico. Es relativamente estable y no suele presentar variaciones importantes a lo largo de la vida. 6 Puede ser simple o combinarse con algún grado de miopía o hipermetropía. Del 100% de pacientes miopes, 50% de ellos presentan cierto grado de astigmatismo. (6)

En 1772 Janin describió el primer caso clínico de hipermetropía (H) y después los ingleses Walls (1811) y Ware (1812) comentaron de jóvenes que precisaban de cristales convexos para la visión lejana. (7) También en ese siglo el astrónomo Bidell Airy (1801-1892) midió su propio astigmatismo e instruyó al óptico Fuller para que le hiciera unas lentes cilíndricas. A principios del siglo XX cabe mencionar las importantes mediciones ópticas del ojo, por las cuales Gulldstrand recibió el premio Nobel en 1911. El siglo XIX fue el de los grandes avances en la óptica diseñándose varias formas de corregir un defecto refractivo. Entre estas se cuentan los anteojos y lentes de contacto. En el siglo XX se desarrolló vertiginosamente el tratamiento quirúrgico de las ametropias y se introdujeron novedosas técnicas que revolucionaron las terapias y el pronóstico en este campo de la oftalmología tales como: la corrección con láser y la cirugía incisional. (8)

La importancia de este tema reside en la necesidad de un tratamiento precoz y adecuado para corregir defectos visuales que si dejamos evolucionar mermaran de forma importante la capacidad visual de los jóvenes. Los defectos refractivos son una entidad frecuente en la población y uno de los principales motivos de consultas, por ello, la importancia de su estudio radica en lograr el tratamiento eficaz que mejore la calidad de vida de estos pacientes, pues aunque no es menos cierto que no se trata de una enfermedad, si constituye un problema frecuente en la población.

En Cuba, la existencia de estos defectos se ha convertido en un problema que afecta a la sociedad, tanto por los daños orgánicos y físicos que puede provocar en el sistema visual, como por los trastornos psicológicos que se presentan en quienes los padecen, ya sea por cuestiones estéticas o de incapacidad de realizar determinadas actividades cotidianas. La disminución del rendimiento escolar y laboral debido a problemas refractivos es un aspecto social y educacional importante que debe ser llevado a consideración, ya que en la actualidad existen criterios de que con el incremento de las facilidades educativas, la introducción de los diversos medios audiovisuales y la educación masiva y a distancia, la prevalencia de las ametropías pudiera crecer aún más en las próximas décadas. (6)

Por todo lo dicho anteriormente se propone este estudio para caracterizar, desde el punto de vista clínico, las principales ametropías en adultos jóvenes que acudieron a la consulta de oftalmología del Policlínico “28 de Septiembre” de la provincia de Santiago de Cuba, en el segundo semestre del 2013.

Material y Método

Se realizó un estudio observacional, descriptivo de corte transversal con el objetivo de caracterizar las principales ametropías en 729 adultos jóvenes, de 18 a 40 años, que acudieron a la consulta de oftalmología del Policlínico “28 de Septiembre” de la provincia de Santiago de Cuba en el segundo semestre del 2013.

Se emplearon variables socio demográficas como: grupo de edades y sexo; y variables oftalmológicas como: ametropía y síntomas astenópicos.

Se llevó a cabo a través de la revisión documental (historia clínica del paciente, revisión de citas en revistas médicas cubanas, otros sitios Web, internacionales, bibliotecas de la provincia (Policlínico “28 de Septiembre”, Hospital Clínico Quirúrgico “Dr. Juan Bruno zayas Alfonso”, Hospital provincial “Saturnino Lora”, Hospital Militar “Dr. Joaquín Castillo Duany”, Facultad 1 de Medicina, Centro de Información Provincial de Ciencias Médicas).

La información se recopiló a través de la historia clínica de optometría (Anexo 1) que se convertirá en el registro primario de la información.

Se realizó el examen físico oftalmológico con un interrogatorio del paciente: nombre y apellidos, edad, sexo, dirección, la historia de la enfermedad: los síntomas que presentaban y cómo había sido la perdida visual, si padecían de alguna enfermedad o no, si usaban lentes anteriormente, y así descartar aquellos pacientes con alteraciones visuales de causa orgánica.

En el examen subjetivo se les realizara una refracción dinámica a los mayores de 38 años y visión con acomodación paralizada a los menores de 38, los resultados serán anotados en una historia clínica que se le