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Análisis modal de fallos en un servicio de urgencias. AMFE

las áreas afectadas.

Resultados y discusión

Paso 1: Seleccionar el proceso, diseño o servicio que hay que analizar

Se elegiría aquel que presente mayor riesgo en base a:

  • Que implique la participación de distintas categorías o niveles asistenciales.
  • Que no exista protocolo o que no esté actualizado.
  • Que sean procedimientos que se llevan a cabo en situaciones de estrés.
  • Que sea un proceso nuevo.
  • Que últimamente estén apareciendo muchos problemas.

Es necesario ser muy específico en cuanto al proceso que hay que analizar.

Paso 2: Creación del equipo de trabajo

El grupo de trabajo debe estar formado entre 3 y 12 personas para que resulte operativo, y deben estar representadas las categorías profesionales involucradas (grupo multidisciplinar para contemplar los diferentes puntos de vista). El grupo debe incluir a personas con experiencia y conocimiento en el ámbito en que se desarrolla el estudio. Por ello, se formará un grupo diferente por cada proceso que se vaya a analizar.

Es recomendable que algún miembro del grupo conozca la metodología y tenga experiencia en su aplicación práctica. En algún momento también puede ser necesario llamar a otras personas en calidad de consultores.

El grupo de trabajo debe contar con el apoyo de la dirección para que se pueda llevar a cabo de forma efectiva y alcanzar los objetivos perseguidos.

Debe haber un coordinador que será el encargado de fijar y convocar las reuniones y conducir el grupo. Es importante fijar los plazos adecuados y determinar los límites del estudio.

Paso 3: Hacer un diagrama del proceso

Describir detallada y gráficamente el proceso. Para ello, los miembros del equipo deben desarrollar y consensuar el diagrama de flujo del proceso que se va a estudiar, poniendo de manifiesto cada uno de los pasos.

En el caso de que se trate de un proceso complejo, es recomendable dividirlo en subprocesos y éstos a su vez en pasos, y desarrollar posteriormente su diagrama de flujo. Es importante establecer la cadena de sucesos en el orden correcto para una mejor comprensión del proceso que se va a estudiar.

Paso 4: Hacer análisis de riesgos

Centrándose en cada uno de los pasos, los miembros del equipo seguirán los siguientes puntos:

  1. Elaborar una lista de todos los modos de fallo o errores potenciales, para determinar posteriormente su probabilidad de aparición. Esto se puede realizar mediante la técnica de lluvias de ideas (brainstorming), que es una herramienta de trabajo grupal para generar ideas sobre todos los posibles fallos que puedan ocurrir en cada uno de los pasos.
  2. Suponiendo que el fallo potencial hubiera ocurrido, describir los posibles efectos de los fallos que se han identificado anteriormente. Puede ser que se identifiquen diferentes efectos para el mismo fallo, en este caso se elegirá el más grave. Igualmente, se puede utilizar la tormenta de ideas.
  3. Detallar las causas potenciales atribuibles a cada modo de fallo. Las causas relacionadas deben ser lo más concisas y completas posibles para que sea más fácil decidir las acciones correctoras o preventivas pertinentes. Se puede usar la misma técnica que en los puntos anteriores. Es importante tener en cuenta que el fallo puede estar originado por una o más causas.
  4. Listar controles o métodos de detección para los fallos anteriores. Se reflejarán todos los controles existentes actualmente para prevenir las causas del fallo y detectar el efecto resultante.
  5. Para cada una de las causas se analiza y puntúa:
    1. La frecuencia con que ocurren los fallos (ocurrencia, O). Los valores van de 1 a 10, siendo 1 la menor frecuencia y 10 la ocurrencia máxima.
    2. La gravedad (G) de los efectos, las consecuencias resultantes de un posible fallo. Los valores van de 1 a 10, siendo 1 la menor gravedad y 10 la gravedad máxima.
    3. La probabilidad de detección (detectabilidad, D), la posibilidad de que el fallo se pueda detectar antes de que se produzca el daño. Los valores igualmente oscilan de 1 a 10, dando una puntuación de 10 cuando es muy difícil la detección.

Para determinar el valor de estos índices (gravedad, ocurrencia y detectabilidad) el grupo puede establecer su escala para el proceso o se puede apoyar en una matriz de puntuación. Existen diferentes matrices, en la Tabla I se presenta un ejemplo.

  • Los DCCU son escenarios complejos con pacientes susceptibles de padecer un Evento adverso.
  • La seguridad del paciente es un aspecto inherente a la calidad que prestamos los profesionales de la salud. Por ello se deben buscar las iniciativas metodológicas que prevengan la aparición de errores.
  • Existe una evidencia científica suficiente sobre de cómo influye la aplicación de Análisis Modal de Fallo (AMFE) sobre los Servicios de urgencias.
  • La elaboración de Análisis Modal de Fallo (AMFE) en los SU permite cuantificar y valorar las repercusiones de un error si se produjera disminuyendo la morbimortalidad.

Bibliografía

  1. Chanovas Borras M, Campodarve I, Tomas Vecina S. Eventos adversos en los servicios de urgencias: ¿El servicio de urgencias como sinónimo de inseguridad clínica para el paciente? Monografías Emergencias 2007; 3: 7-13.
  2. Estudio Nacional sobre los Efectos Adversos ligados a la Hospitalización. ENEAS 2005. Ministerio de Sanidad y Consumo. Madrid, 2006. Depósito legal: M. 19200-2006.
  3. Marco Conceptual de la Clasificación Internacional para la Seguridad del Paciente. Versión 1.1. Informe Técnico Definitivo. Enero de 2009. WHO.
  4. Documento marco sobre estándares de calidad de la atención urgente a los ciudadanos y a las ciudadanas en el Sistema Sanitario Público de Andalucía. Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. Servicio Andaluz de Salud. Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias. 2012.
  5. Plan funcional de los Dispositivos de Cuidados Críticos y urgencias. Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. Servicio Andaluz de Salud. Estrategia de Cuidados de Andalucía. Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias. 2012