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Cuidados de Enfermería en la anemia ferropénica

Cuidados de Enfermería en la anemia ferropénica

Resumen

La anemia ferropénica es uno de los trastornos hematológicos crónicos más frecuentes, se observa en el 30% de la población mundial. Se desarrolla su etiología, manifestaciones clínicas y los principales cuidados de colaboración e intervenciones de Enfermería. Se ha realizado una revisión de la literatura científica en las bases de datos Scielo, Cuiden, Elsevier, Cochrane con los descriptores: anemia, anemia ferropénica, hierro, atención de Enfermería.

Cuidados de Enfermería en la anemia ferropénica

Mari Carmen García García. Diplomada en Enfermería. Servicio Andaluz de Salud.

La anemia ferropénica

Uno de los trastornos hematológicos crónicos más frecuentes, se observa en el 30% de la población mundial. El hierro se encuentra en todos los eritrocitos, formando el grupo hemo de la hemoglobina y en depósitos en forma de ferritina y hemosiderina en la médula ósea, el bazo, el hígado y los macrófagos. En condiciones normales, cada día se pierde 1 mg de hierro por las heces, el sudor y la orina. Cuando los depósitos de hierro no se reponen, la producción de hemoglobina (Hb) disminuye.

Etiología

El déficit de hierro puede deberse a un aporte insuficiente en la dieta, a una hipoabsorción, a hemorragias o a hemólisis. La cantidad de hierro procedente de la alimentación es suficiente para satisfacer las necesidades de los hombres y mujeres ancianas, pero puede no bastar para las personas que tienen mayores necesidades de hierro. La hipoabsorción de hierro se produce después de determinadas intervenciones quirúrgicas digestivas y en los síndromes de malabsorción. El hierro se absorbe en el duodeno.

La hemorragia es una de las causas más importantes del déficit de hierro en los adultos. Las principales fuentes de pérdida crónica de sangre son, los aparatos digestivo y genitourinario. En ocasiones, la hemorragia digestiva no es evidente y es posible que transcurra un tiempo antes de identificar el trastorno. Para que las heces se vuelvan negras (melenas) es necesario sangrar entre 50 y 75 ml en el tubo digestivo alto. Algunas causas de hemorragia digestiva son la úlcera péptica, las gastritis, la esofagitis, los divertículos, las hemorroides y las neoplasias. Las pérdidas genitourinarias de sangre se deben principalmente a la menstruación (45ml, que supone 22 mg de hierro). En el embarazo se contribuye a la ferropenia por la desviación del hierro hacia el feto para la eritropoyesis, por la hemorragia durante el parto y por la lactancia.

Manifestaciones clínicas

Asintomático en las primeras fases de la anemia. A medida que la enfermedad se va haciendo crónica aparecerá cualquiera de las manifestaciones generales de la anemia que se muestra en la tabla anterior. También es posible que aparezcan síntomas clínicos específicos en relación con la anemia ferropénica. La palidez es el hallazgo más habitual, seguido por la glositis, queilitis (inflamación de los labios). Cefalea, parestesias y una sensación urente en la lengua, todo ello por una falta de hierro en los tejidos.

Cuidados de colaboración

El objetivo principal es tratar la enfermedad subyacente que está causando la disminución del aporte o de la absorción del hierro. Se aumentará el aporte de hierro en la dieta. Hay que enseñar al paciente que alimentos son una buena fuente de hierro. Si la nutrición es adecuada posiblemente no resulte práctico aumentar la ingesta, se suministrarán complementos de hierro orales y, en ocasiones, por vía parenteral. Si la ferropenia se debe a una hemorragia aguda, es posible que el paciente necesite una transfusión de concentrado de hematíes.

Tratamiento farmacológico

El hierro se administrará por vía oral, la ferroterapia debe tener en cuenta:

  1. El hierro se absorbe mejor en el duodeno y en la porción proximal del yeyuno.
  2. La dosis diaria debe aportar entre 150 y 200 mg de hierro elemental. Esta dosis se puede ingerir en tres o cuatro tomas diarias, con cápsulas o comprimidos de 50 a 100 mg de hierro.
  3. El hierro se absorbe mejor en forma de sulfato ferroso y en un medio ácido. Por esta razón se debe tomar una hora antes de las comidas. La ingestión de hierro con vitamina C también favorece la absorción.
  4. El hierro líquido concentrado puede teñir los dientes.
  5. La administración de hierro puede causar efectos secundarios digestivos tales como pirosis, estreñimiento y diarrea.

En algunas situaciones es preciso suministrar el hierro por vía parenteral, por ejemplo, cuando existe una alteración de la absorción, o en el caso de intolerancia al hierro oral entre otras.

Intervenciones de Enfermería

  1. Conocer qué grupos de personas están más predispuestas a padecer una anemia ferropénica (premenopáusicas, embarazadas, personas de estado socioeconómico bajo, ancianos, etc.)
  2. Informar sobre una dieta correcta, indicando que alimentos son ricos en hierro.
  3. Informar sobre las pruebas diagnósticas para establecer la causa de la anemia.
  4. Determinación de Hb y recuento de eritrocitos para valorar la respuesta del tratamiento.
  5. Hacer hincapié en el cumplimiento de la dieta y tratamiento farmacológico:

Bibliografía

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