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Ascenso gástrico en la adolescencia. Realidad socioeconómica e implicaciones psiquiátricas de un intento de autolisis

INTRODUCCIÓN

El suicidio se encuentra atravesado por una serie de factores que escapan del terreno estricto de la patología entendida desde las ciencias médicas hasta factores culturales, religiosos, idiosincráticos, sociales, de creencias, morales, éticos, étnicos, entre otros.

Durkhaim define: «se llama suicidio a todo caso de muerte que resulte, directa o indirectamente, de un acto positivo o negativo, realizado por la íntima misma, sabiendo ella que debía producir ese resultado. La tentativa es el mismo acto que hemos definido, detenido en su camino antes de que dé como resultado la muerte». (1)

La tasa de incidencia de suicidio es a predominio de aquellas personas en estado civil soltero, en donde la población femenina supera a la masculina y a su vez, se asevera que ni los estados psicópatas ni el alcoholismo son factores determinantes del suicidio. (1)

Según Pierre Morón siguiendo Durkheim clasifican el suicidio de acuerdo a la sobre integración o la falta de esta en el grupo social, en el curso de crisis económicas o políticas o en casos excesos de reglamentación social.

Tomando en cuenta lo anteriormente mencionado, se debe reconocer que el suicidio representa un fenómeno constante que no pueden explicar los actos individuales; por ello, lo considera la resultante de un acondicionamiento conjunto: influencia familiar, social, religiosa, etc. (1)

Según diferentes autores, el suicidio se inscribe en el cuadro de las afecciones mentales en proporciones variables. Es necesario destacar que no siempre se necesita contar con estudio acerca de sus antecedentes para reconocer esa afección, ya que el suicidio es, a menudo, el síntoma revelador de un cuadro hasta entonces desconocido. Si el suicidio no se consuma, el hecho va a constituir, unos de los elementos del diagnóstico y también del pronóstico.

Se reconoce que dentro de los desórdenes afectivos es en la melancolía donde el suicidio aparece en todas sus formas, y en todos los estados de su evolución, pues en el curso de la misma se elaboran las ideas de muerte, el dolor moral, la culpabilidad, la autoacusación, y hasta la inhibición que impide toda descarga dirigida en el exterior.

La tentativa de suicidio puede marcar el comienzo del absceso. En las formas ansiosas y en el estupor, se la encuentra sobretodo en los momentos de mayor intensidad. Se trata de un rapto brutal, a veces más o menos consciente, en el que se utilizan todos los medios. Más temible es el suicidio previamente premeditado, cuidadosamente disimulado, acompañado muchas veces de una cierta serenidad, que traduce el deseo de muerte en el melancólico, estando esta afección circunscrita mayormente en mujeres adolescentes.

El suicidio también puede estar presente en estados conductuales, como estados neuróticos, de histeria, entre otros, la cual es considerada como un suicidio teatral, a menudo como respuesta a una sensibilidad muy particular frente a las frustraciones. Toma a significación de una verdadera demanda afectiva

Otros desordenes psiquiátricos también tienen relación con el suicidio, sin embargo los mismo no están vinculados directamente con la epidemiología o hechos narrados por la paciente.

A su vez desde el entender psicológico el pasaje de la idea al acto del suicidio depende de modificaciones orientadas según procesos de facilitación, inhibición o derivaciones siendo el ultimo el mas importantes en donde el proceso defensivo confiere el valor de una reacción de defensa del individuo ante la situación vital, psicológica o social en la que se encuentre, sea normal o patológica, asociado a sentimientos de inferioridad

Los actos suicidas involucran un sinfín de medios con los que se llevan a cabo el acto de autolisis, los eventos paralelos al acto condicionaran el móvil con lo que se perpetua el evento. A partir de esta premisa, se reconoce el uso de cáusticos en los últimos años como sustancia electiva para una muerte silenciosa en aquellos individuos en que la fobia al dolor o cualquier evento de automutilación impidan la consolidación del acto lesivo final. A su vez el desconocimiento de los efectos lesivos que ocasiona el consumo de este agente conlleva una sensación de enigma de lo que experimentara el individuo hasta llegar a la muerte.

Las sustancias químicas son causas importantes de lesiones del tracto gastrointestinal y suelen afectar dos grupos de pacientes: los niños menores de 5 años y los adultos que intentan el suicidio. Los agentes que suelen relacionarse con las lesiones causticas incluyen: los álcalis, la lejía (hipoclorito de sodio), los ácidos y detergentes. Los cáusticos producen una necrosis por licuefacción. Antes de 1967, los álcalis (soda cáustica, hidróxido de sodio) estaban en el mercado en forma sólida y en 1967 comienzan a introducirse las preparaciones alcalinas, esto significó un cambio en la extensión y la localización de las lesiones que primero estaban limitadas a la mucosa de la orofaringe y comienzan a producirse lesiones extensas del esófago y estómago. Los pacientes quienes sugieren cáusticos tienen como sintomatología dolor intenso subesternal, disfagia y odinofagia.

En pacientes donde las lesiones cáusticas se acompañan de una perforación esofágica, se suele presentar una mediastinitis química que se transforma en una mediastinitis bacteriana que puede evolucionar a un choque séptico. El esofagograma con contraste con permite identificar la presencia de estenosis y es de gran ayuda diagnóstica cuando se sospecha perforación esofágica. La endoscopia precoz en los pacientes con lesiones causticas permite establecer la gravedad de lesiones que incluyen tres grados; I: hiperemia y edema de la mucosa; II: úlceras mucosas con ampollas y exudados; III: úlceras profundas con quemaduras y escaras.

Los pacientes quienes presentan necrosis de segundo y tercer grado, deben ser observados por un periodo prolongado debido al riesgo de perforación esofágica, y en los casos donde se presentan necrosis esofágica y perforación, es necesario el tratamiento quirúrgico de emergencia y entre los hallazgos radiológicos que deben tenerse en consideración son: la presencia de aire libre intraperitoneal (neumoperitoneo) o en mediastino (neumomediastino).