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Atención sanitaria e investigación en catástrofes y desastres

3.               MATERIAL Y MÉTODOS

Se ha realizado un proceso de revisión bibliográfica a partir de fuentes documentales (revisiones sistemáticas y artículos originales) en las bases de datos de literatura científica (Pubmed, Cochrane), bibliotecas electrónicas (Scielo, ScienceDirect, BidMed, Medigraphic) y en organismos (OMS-WHO) que pudiesen aportar información útil para el tema abordado. Se restringieron las fechas de publicación entre 1990-2016. Los Descriptores en Ciencias de la Salud (DECS) utilizados, han sido: ‘’Investigación en Emergencias’’, ‘’Emergencias y Desastres’’, ‘’Actuación sanitaria en catástrofes’’, ‘’Investigación en Gestión y Financiación en desastres’’, ‘’Intervención Sanitaria en Catástrofes’’, ‘’Desastres en España’’, “health catastrophe,” “ health in disasters” ,” nurse health in disasters’’. La Tabla 1 (al final del artículo) muestra de manera resumida el proceso de búsqueda y selección bibliográfica.

  • Criterios de inclusión: se consideraron todos aquellos artículos que hicieron referencia a los conocimientos, formación y a posibles nuevas líneas de investigación para la mejora de la asistencia sanitaria en catástrofes y también aquellos que estudiaron la financiación, gestión y políticas a seguir ante la aparición de las mismas.
  • Criterios de exclusión: no se incluyeron en el estudio, aquellos artículos o investigaciones que no cumplieron los criterios anteriormente expuestos.

Tras la lectura completa de 44 artículos y tras aplicar los criterios de selección finalmente se incluyeron 23 artículos en el trabajo.

4.               RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El sistema actual de asistencia sanitaria en emergencias está protocolizado a través del denominado decálogo de actuación prehospitalaria, el cual define la asistencia urgente de los profesionales sanitarios fuera del hospital. El objetivo del mismo es simplificar y sistematizar la actuación de los servicios de emergencia mediante unos pasos ordenados y bien definidos para así poder facilitar una respuesta efectiva, eficiente y segura ante cualquier situación crítica(7).

Para el afrontamiento de estos acontecimientos debemos destacar la necesidad de un abordaje multidisciplinar donde trabajarán conjuntamente diferentes profesionales tanto sanitarios, como de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Antes de proceder a exponer el propio decálogo, es imprescindible definir y clasificar primero las diferentes fases por las que pasa un desastre, sin olvidarnos de las intervenciones que se requieren en cada una de ellas(1):

  • Fase anterior o previa al desastre

La fase anterior a la ocurrencia de un desastre tiene gran importancia por la posible prevención de los efectos del mismo. Implica la detección y anticipación del acontecimiento, así como la difusión de la información y datos relacionados con las medidas de protección adoptadas por la comunidad. Durante esta fase se ponen en marcha los programas para situación de desastre, se establecen centros de operación de emergencia, y se evacúa el área afectada o se ofrece protección dentro de la misma. Para ello, es esencial contar con un sistema de comunicaciones eficaz.

Si bien es verdad que algunas calamidades, como explosiones, terremotos y accidentes de transporte no dejan ver ninguna señal de advertencia, o si la dan es pequeña, otras ocurren con alguna señal previa de peligro. Con la ayuda de los satélites y las redes de estaciones meteorológicas, es posible predecir innumerables desastres meteorológicos (huracanes, tornados, tormentas invernales graves, ondas de calor, sequías…) y situaciones que pueden generar avalanchas y deslizamientos de tierra.

  • Fase de impacto

Es la fase en la que ocurre el desastre. Puede durar desde unos segundos o minutos (terremotos, choques de aviones o explosiones) hasta días o semanas (inundaciones y ondas cálidas) e incluso meses (sequías y epidemias). Es esencial realizar una valoración inicial de los daños para poder determinar las prioridades, necesidades y limitaciones de la respuesta de emergencia.

  • Fase posterior al desastre

Se incluye aquí la fase de emergencia que comienza al finalizar el impacto y se mantiene hasta que ha pasado el peligro inmediato de destrucción. Son primordiales las labores de restablecimiento y rehabilitación. Cabe destacar que el periodo de recuperación comienza durante la fase de emergencia y termina poco a poco, al reanudarse las funciones y el orden de la comunidad. Para las personas que se encuentran en el área del impacto, la recuperación es un proceso de reajuste. Se llevarán a cabo las actividades de reparación, reconstrucción de las propiedades dañadas y restauración de todos los servicios públicos.

Una vez detectada la catástrofe se pondrá en marcha el plan de emergencias y catástrofes que contará con las siguientes características (7),(8):

  • Debe estar constituido de una evaluación inicial rápida con el objetivo de comprender la naturaleza, magnitud del impacto y emergencia para poder conocer las necesidades y brindar una asistencia pertinente.
  • Debe garantizar las prioridades de intervención y actuación.
  • Debe facilitar una acción rápida y efectiva para salvar vidas, proteger la salud y estabilizar la situación.
  • Debe determinar la estructura jerárquica y funcional de las autoridades y organismos intervinientes.
  • Debe establecer un sistema de coordinación de los recursos y medios.
  • Debe ser flexible y adaptativo a distintas situaciones.

            4.1. FASES DEL DECÁLOGO PREHOSPITALARIO (9), (10), (11), (12)

  1. Fase de alerta

Se define como la fase de espera en la que el sistema está preparado para afrontar cualquier situación de emergencia. Requiere, por tanto:

  • Que el ciudadano tenga acceso al sistema de emergencias (112).
  • Que el centro de coordinación esté funcionando las 24 horas del día. El personal tiene que estar entrenado en la recepción de la llamada y en la realización del interrogatorio, el cual, debe ser guiado por protocolos para recabar la máxima información en el menor tiempo posible. El coordinador decidirá el mejor recurso para dar respuesta a la situación que se presenta.
  • Contacto fácil, rápido y eficiente con los dispositivos de atención que tengan que dar esta respuesta al usuario. El sistema de comunicaciones estará en buen estado y coexistirán varios dispositivos de comunicación tanto en el centro de coordinación como en los equipos de emergencias.
  • Los integrantes del dispositivo de intervención tienen que tener una preparación adecuada y un adiestramiento continuo y periódico.
  • El vehículo de intervención tiene que estar en un estado adecuado, así como los materiales que integra.
  1. Fase de alarma.

El comienzo de la fase de alarma se inicia en cuanto es recibida la llamada de emergencia, que va a ser la desencadenante de la movilización de los medios de actuación. Implica la puesta en marcha del Sistema de Emergencias. Incluye dos aspectos:

  • Análisis y resolución de la llamada para garantizar que se emita una respuesta proporcional a la dimensión de la emergencia: lugar y suceso, número y repercusión en las victimas, etc…
  • Desplazamiento de los equipos de intervención, recursos y materiales.
  1. Fase de aproximación.

Se entiende como la llegada al lugar del suceso de forma segura y eficiente, visualizando la ruta más adecuada, menos duradera y más rápida. Se trata de identificar los riesgos sobreañadidos y diferentes puntos de acceso para posteriores ayudas o apoyos.

El primero de los intervinientes que llegue a la zona del suceso, debe realizar una evaluación de la misma para informar al Centro Coordinador de Urgencias (CCU). Deberá tener en cuenta:

  • Se valoran los peligros para los propios intervinientes y para las víctimas de la tragedia. La protección incluye medidas pasivas (equipo de protección adecuado, alarmas acústicas y visuales, etc…) y activas (balizar y acotar zonas seguras, prevención de incendios, etc…).
  • Se evalúa el grado y tipo de daño producido.
  • Situación. Se evalúan los aspectos asistenciales estimando la gravedad del suceso.
  1. Fase de aislamiento

Conocida también como fase de emergencia o impacto. Los principales objetivos de esta fase son evitar nuevos accidentes, controlar el acceso a la zona y realizar una segunda evaluación para conocer el alcance real del accidente y para estimar necesidades. Se caracteriza por:

  • Aislamiento: se acota y baliza la zona. Los policías o bomberos suelen ser los encargados de realizarlo. Se dividirá en:
    • Área de salvamento: se realizan maniobras o técnicas para estabilizar a los pacientes lo más pronto posible.
    • Área de socorro: Es la zona donde se encuentra la mayor parte de la asistencia sanitaria. Los equipos de rescate son los encargados de trasladar a las víctimas a esta zona. El nido (zona de agrupación de todas las victimas), el redil (zona donde se encuentran las personas ilesas o con autonomía suficiente) y el puesto médico avanzado, deben situarse en esta área.
    • Área de base: Es la zona desde la que se comienza el traslado de las víctimas. Y donde se encuentra el puesto de mando avanzado. En ella debe haber ambulancias, personal de seguridad y personal de apoyo. La morgue (almacenamiento de cadáveres) se sitúa en esta área.
  • Rescate: comienza con los primeros auxilios realizados por los propios supervivientes y continúa con la llegada de voluntarios cercanos o equipos de emergencias.
  • Ayuda externa: Comienza con el establecimiento de las operaciones de auxilio organizadas con personal profesional. De este modo, se brindan auxilios médicos, ropas, alimento y albergue, supervisados por profesionales. Se llevan a cabo maniobras definitivas de mitigación destinadas a evitar lesiones y daños posteriores y comienza a prestarse atención a las medidas sanitarias y a otros aspectos de la salud pública.
  1. Fase de triage

Se define triage («elegir o clasificar») como un proceso de clasificación de las víctimas o pacientes según la gravedad de su salud que permite. Sus principios básicos son salvar el mayor número de vidas y optimizar las subsistencias disponibles. Está marcado por unos objetivos:

  • Establecer prioridades asistenciales.
  • Actuación sanitaria adecuada donde se encaminarán unos cuidados, técnicas y maniobras con el fin de hacer mejorar a las víctimas o pacientes.
  • Dejar constancia de lo realizado.