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Bases moleculares y fisiopatológicas de los nutrimentos no energéticos

3- Magnesio

El magnesio es integrante de la clorofila, por lo que se encuentra en las verduras de hoja verde y en los alimentos que contienen calcio y fósforo: leche, y sus derivados, las carnes, el pescado, los mariscos, las oleaginosas y los cereales.

La absorción se lleva a cabo en el duodeno y depende, de su concentración en la dieta, así como de la cantidad de calcio presente en la misma, dicha absorción es inversamente proporcional a ambos factores.

El magnesio es importante para el crecimiento, puesto que participa en la mineralización de los tejidos duros; también interviene en la irritabilidad nerviosa y muscular en la conservación de la integridad de los ribosomas y de los ácidos nucleicos. En el metabolismo desempeña un papel importante en la síntesis de aminoácidos y en la utilización de la tiamina, es un cofactor en las reacciones que interviene el trifosfato de adenosina, existen enzimas que lo requieren como las de la desfosforilación oxidativa y las cinasas del metabolismo energético de los carbohidratos y lípidos.

La carencia de este mineral se manifiesta con temblores y convulsiones debidos a un incremento en la irritabilidad neuromuscular con temblores y convulsiones, disminución del crecimiento, y vasodilatación. Su carencia se puede presentar en el diabético acidótico, el alcoholismo y la desnutrición grave. El equilibrio positivo puede ocurrir con la ingestión de antiácidos y laxantes que contienen el mineral en cantidades considerables. Los síntomas de intoxicación consisten en somnolencia, letargia y parálisis de los músculos esqueléticos que ceden con la administración de calcio por el antagonismo existente en ambos minerales.

4- Vitamina D

Desde el punto de vista químico es un derivado de los esteroles, puede sintetizarse en la piel del organismo humano mediante la irradiación con luz ultravioleta solar del 7- dehidrocolesterol, este pasa al plasma y llega al hígado donde se hidroxila en el carbono 25 para dar origen al 25- hidroxicolecalciferol y este constituye una de las formas activas de la vitamina la cual pasa al riñón para recibir otra hidroxilación en el C- 1 y así se origina el 1, 25- dihidroxicolecalciferol, la forma más activa de esta vitamina, el cual se envía a la circulación para que actué sobre sus órganos blanco, la mucosa intestinal y el hueso; es por esto que se considera su forma más activa como una hormona y al riñón una glándula de secreción interna. La obtención endógena del colecalciferol explica la importancia de poner la piel en contacto directo con la radiación ultravioleta solar. Existe además un aporte exógeno de colecalciferol, pues abunda en el aceite de hígado de pescado y en la leche enriquecida de vitamina. Otras fuentes menores son la mantequilla, la yema de huevo, el hígado, el salmón y la sardina.

Debido a su carácter liposoluble requiere de las sales biliares para su absorción intestinal y la síntesis renal es estimulada por la paratohormona, estimula la absorción del calcio al actuar en las células de la mucosa intestinal para incrementar la síntesis de una proteína portadora de calcio, al mismo tiempo favorece la incorporación de fosfato sobre todo en la primera porción del intestino delgado, actúa además en el hueso al estimular la movilización del calcio y del fosfato.

En el adulto el déficit de vitamina D determina osteomalacia; los huesos son más blandos que en raquitismo. Disminuye la cantidad de sales minerales y se altera la proporción entre ellas, pues el calcio disminuye más que el fósforo, en tanto el magnesio aumenta de manera relativa.

Además debido a que la excreción del colecalciferol se realiza de manera gradual en la bilis, el exceder su dosis por encima de los 500 a 600 mg/kg/día produce trastornos gastrointestinales, anorexia, nausea, prurito, poliuria, debilidad, y calcificación de tejidos blandos. El riñón resulta especialmente dañado por nefrocalcinosis. ( 5,17, 18, 19, 20, 21)

Vinculados con las alteraciones de los epitelios.

1-             Riboflavina

La riboflavina o vitamina B2, consiste en un pigmento verde- amarillo constituido químicamente por la 6,7- dimetilisoaloxacina, unida por su N- 9 a un grupo D- ribitilo; es muy fotosensible y se encuentra en la naturaleza como pigmento libre, unida a fosfato o en calidad de componentes de flavoproteínas.

Se encuentra en los alimentos vegetales y animales, en la leche de vaca se encuentra libre y en la leche humana es posible encontrarla como mononucleótido de flavina (FMN) y dinucleótido de adenina y flavina (FAD). Otras fuentes importantes es las verduras de hoja verde, el hígado, el riñón, el pescado y los huevos. También existe un aporte endógeno de la vitamina, se supone que la flora intestinal la puede sintetizar aunque en cantidad insuficiente.

Su forma biológicamente activa es como coenzimas FMN y FAD, las intervienen en la actividad de las enzimas que catalizan reacciones de oxidorreducción en el metabolismo de los nutrimentos energéticos. Se le encuentra como parte de algunas etapas metabólica de la cadena respiratoria y de enzimas como la xantina oxidasa, la D- aminooxidasa y la L- aminooxidasa.

Durante la deficiencia de riboflavina se produce un aumento de la peroxidación lipídica. Las consecuencias bioquímicas de su deficiencia son por ello muy amplias, ya que las coenzimas de esta vitamina intervienen adicionalmente en el metabolismo intrínseco de otras 4 vitaminas: ácido fólico, piridoxina, vitamina K y niacina, motivo el cual sus manifestaciones clínicas de su carencia suelen en múltiple ocasiones entre mezclarse.

Las manifestaciones de su deficiencia suelen ser inespecíficas y adicionalmente su deficiencia aislada es un fenómeno raro, sus primeros síntomas son: debilidad, fatiga, dolor y sensibilidad en la boca, con afectaciones en la personalidad, luego aparecen otras complicaciones como: queilosis, fisuras en las comisuras labiales y en los pliegues de las orejas y de la nariz, y seborrea. En los ojos da inflamación de la cornea, visión subnormal, fotofobia, además de prurito, ardor, sequedad y enrojecimiento de la conjuntiva. (La pelagra también cursa con déficit de riboflavina).

2- Niacina

Bajo este nombre se agrupan actualmente el ácido nicotínico y su amida, la nicotinamida; ambos están vinculados estrechamente con el triptófano ya que en el hígado y en el riñón se puede obtener dinucleótido de adenín- nicotinamida, una forma coenzimática de la vitamina, a partir de la nicotinamida y sin pasar por el ácido nicotínico.

La niacina se encuentra en mayor cantidad en los alimentos de origen animal que sean proteínas con alto valor biológico como las carnes, el hígado, pescado y los huevos. También los cereales, como el trigo y el arroz enteros.

Esta vitamina puede ingresar en el organismo como ácido nicotínico, nicotinamida o triptófano. La niacina forma parte de la estructura de dos coenzimas, el NAD (dinucleótido de adenin- nicotinamida) y su forma fosforilada, el NADP, que funcionan como aceptores de