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Bioseguridad en el arte de cuidar. Factor de calidad en el proceso de atención salud-enfermedad

infecciones de este tipo en países desarrollados son de 5 %- 10% y en países subdesarrollados o en vías de desarrollo pueden superar el 25%. (8, 9)

Como es de entender estas infecciones aumentan considerablemente la mortalidad, morbilidad y costos de la hospitalización, todo relacionados al enfermo, pero desde el punto de vista profesional, aumentan además el riesgo de contagio y padecimiento a este grupo laboral, sobre todo al de Enfermería, si se tiene en cuenta el tiempo, relación y contacto directo con el enfermo; de aquí que las medidas de bioseguridad relacionadas al proceso salud-enfermedad que involucra una gama de diversidad en cuanto a la personas posibles de afectar, deberán ser una práctica rutinaria en las unidades médicas sin importar la especialidad que la agrupe y ser cumplidas por su personal independientemente del grado de riesgo según su actividad y por las diferentes áreas que compongan el centro hospitalario. (8, 9)

Los antecedentes acerca de las medidas para evitar la transmisión de este grupo de enfermedades llamados en el gremio de la salud como infectocontagiosas, datan de siglos; sin embargo las más difundidas hasta hoy son las propuestas por el Centro de Enfermedades (CDC) de Atlanta, Georgia en el manual sobre técnicas de aislamiento para uso en hospitales, publicado en 1970 y modificado en 1983, como lo recoge la bibliografía más reciente consultada. (9)

La evolución del aislamiento como recurso vital en la prevención de la propagación y contagio de este grupo de enfermedades, cuenta con una vasta experiencia en su aplicación: (10)

Evolución

  • Edad Media: Restricción de personas enfermas y mercancías, así como uso de medios de protección en la manipulación de los afectados. (Fig. 1)
  • 1877: Se crean los hospitales separados, pero no separaban enfermos por enfermedades y no practicaban la asepsia.
  • 1910: Salas diferentes, habitaciones separadas. (batas individuales, lavado de manos, con soluciones antisépticas, desinfección de instrumentos contaminados).
  • 1970: Realizan el manual de técnicas de aislamiento para uso en hospitales 1ra edición y 2da edición 1975 revisada.
  • 1983-1985: Trazan las pautas para las precauciones de aislamiento en los hospitales.
  • 1985-1988: Aparece la epidemia VIH-SIDA y surgen las precauciones universales.
  • 1996: Se unifican las precauciones universales con la de aislamiento corporal y surgen las precauciones estándares.
  • 2004: Se recomiendan para todo tipo de centro asistencial.

Entre 1994 y 1996 se definieron las nuevas pautas de aislamiento por parte del departamento de salud y servicios humanos del centro para el control y prevención de enfermedades de los Estados Unidos. Las recomendaciones emanadas en las precauciones universales y líquidos corporales actualmente quedan condensadas en las precauciones estándar, las cuales se aplican para el contacto con sangre, líquidos corporales, heces, orina, vómito, esputo, lágrimas, secreciones nasales y saliva (estén o no contaminadas con sangre), piel no intacta y membranas mucosas. Se excluye el contacto con el sudor. (6)

Las precauciones estándar, cuyo objetivo es prevenir la transmisión de microorganismos provenientes tanto de fuentes conocidas como desconocida y las precauciones por vía de transmisión, se encuentran categorizadas de acuerdo con el fundamento científico que las avala para el uso apropiado de las precauciones y sistemas de aislamiento por categorías, como lo demuestra la bibliografía consultada. (6, 9)

Las categorías antiguas de precauciones de aislamiento (aislamiento estricto, respiratorio, tuberculosis, entérico y de drenajes y secreciones) y las precauciones especificas por enfermedad, pasan hacia tres grupos de precauciones basadas en las rutas de transmisión, de acuerdo con el conocimiento o sospecha de que el paciente está infectado o colonizado con patógenos altamente transmisibles o de importancia epidemiológica; estas precauciones basadas en la transmisión están diseñadas para reducir el riesgo de la transmisión a través del aire, las gotas y los materiales en los hospitales.

En la actualidad se plantean: (9)

Categoría IA: Fuertemente recomendada y apoyada por estudios.

Categoría IB: Fuertemente recomendada por expertos sin estudios que la avalen.

Categoría II: Se sugiere su aplicación, aunque podría no es válida para todas las instituciones sanitarias y no cuentan con un consenso de eficacia.

En su mayoría puestas en práctica, abarcan principalmente las agrupadas en categoría IB, relacionadas fuertemente con la combinación entre precauciones universales con las diseñadas para sustancias corporales, como concepto de las precauciones estándar, que en síntesis buscan proteger al enfermo, sus familiares y al personal que los asisten durante la ejecución de actividades y procedimientos a fin, dentro de las que se destacan técnicas como: (9)

  • Lavado de manos.
  • Uso de guantes.
  • Uso de batas.
  • Uso de nasobuco o mascarilla.
  • Manejo de material punzocortante.
  • Manejo de ropa sucia.
  • Manejo de equipos, material e instrumental
  • Sistemas de aislamientos: Transmisión por contacto (aislamiento por contacto), transmisión por gotas (aislamiento por gotas), transmisión por aire (aislamiento por vía aérea). Anexos. 2, 3, 4, 5.

Si se consulta el Manual de Normas y Procedimientos de Bioseguridad, del Comité de Vigilancia Epidemiológica (COVE) división de talento humano salud ocupacional, se encuentran las citadas anteriormente, formando parte de las normas generales de bioseguridad. (6).

Por otra parte según EICKHORFF, las medidas se agrupan por su eficacia en tres grandes grupos y por grados: Grado I. Eficacia probada, Grado II. Eficacia lógica (experiencia), Grado III. Eficacia dudosa.

En análisis reflexivo de este autor, tomando como base la información consultada en la bibliografía, considero que, en la actualidad, los estudios, reflexiones y la experiencia han demostrado que la bioseguridad encierra elementos básicos de prevención y control de lesiones laborales dentro del ámbito sanitario y deberán ser empleadas en todos y cada uno de los pacientes, siendo adaptadas a las necesidades y recursos propios, sin perder la esencia del objetivo que les dio origen a cada una de ellas, partiendo de las normas de instrumentación de cada institución sanitaria, que deberán estar normatizadas tanto las técnicas como maniobras asistenciales de toda índole, que fundamente el trabajo de cada profesional laboral, en Cuba lo constituye para Enfermería la carpeta metodológica. (11)

Por otra parte, el éxito no radica en agrupaciones, sino en la interrelación oportuna y critica de sus elementos, quedando el mantenimiento de la higiene en general, como medida más eficaz y protagonista del resto, demostrando que los profesionales de Enfermería constituyen piedra angular en esta lucha, por lo que de su correcto diagnóstico y adecuada actuación, dependerá el éxito, la calidad y excelencia