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Calidad del cuidado paliativo que recibe el paciente oncológico por el profesional de Enfermería desde la perspectiva del familiar

al paciente con respeto y amabilidad lo cual corresponde al valor de la dignidad humana y se puede contrastar por lo dicho por Elster, citado por Poblete M. (2009) quien agrega que en la interacción social, los individuos interactúan a través de sus deseos, creencias y oportunidades. Cuando las personas actúan es porque desean lograr un objetivo con sus acciones, en este caso las enfermeras consideran al cuidado humanizado y ético como un valor positivo, sin embargo, la oportunidad para hacerlo, en ocasiones se ve dificultada en los servicios de salud por múltiples factores, gran número de tareas delegadas, rutinas y normas de Enfermería establecidas en esos centros.

Así mismo, Rivera L. y Triana A. (2007) en su investigación del cuidado humanizado de Enfermería: visibilizando la teoría y la investigación en la práctica, en la clínica del Country arrojo que el cuidado humanizado de Enfermería percibido en mayor medida por los pacientes hospitalizados, con respecto a las Características de la enfermera(o) fueron un 89,8%, los cuales son comportamientos de cuidado que el paciente reconoce, caracterizando a la(el) enfermera(o) como: persona cálida, agradable, que demuestra su simpatía, amabilidad, eficacia, respetuosa y cordialidad en la atención. Se podría decir que estos comportamientos de cuidado identifican una(o) enfermera(o) genuina(o), sincera(o).

En cuanto a los principios bioéticos del cuidado humano, específicamente, en relación al principio de no maleficencia arrojo que 7,14 % de los familiares expresaron que el personal de Enfermería siempre ha realizado algún procedimiento o cuidado que perjudica intencionalmente al paciente y 21,43% refieren que algunas veces, siendo estos estos resultados comparados con los estudios de Santes M. Enríquez C. y Martínez N.(2007) en la Aplicación de los Principios Bioéticos por el Personal de Enfermería, en donde identificaron que 78% de las enfermeras (os) refirieron aplicar siempre los principios de beneficencia y no maleficencia. De igual manera coinciden con los resultados del estudio realizado por Vicente K. (2012) donde resalta que 86,7% de las enfermeras manifiestan la aplicación favorable del Principio de no maleficencia, del mismo modo 74% de los pacientes manifiestan una percepción desfavorable del principio de no maleficencia, por lo que se determinó que la percepción del paciente depende mucho de la forma en que la enfermera pueda llegar a expresar, actuar, brindar conocimiento y sepa llegar al paciente de manera equitativa hacia los demás. De tal modo, que la enfermera necesita una interacción mutua que existe entre paciente y ella, donde ambos se desarrollen dentro de un ámbito de bases éticas.

En relación a los resultados del cuidado oportuno se registró que 35,71% de los familiares respondieron que algunas veces el personal de Enfermería realiza los cuidados al paciente en el momento que él los necesita, los hallazgos de esta investigación en este aspecto, reafirma lo planteado por Rivera L. y Triana A. (2007), identificando el cuidado humanizado de Enfermería percibido por los pacientes hospitalizados en la Clínica del Country, en cuanto a la disponibilidad para la atención fue de un 85,4% donde la disposición que tiene el enfermero(a) para identificar el momento de cuidado, al estar pendiente de su sentir, de su estado de ánimo, de su dolor, de sus necesidades de cuidado, para actuar y acudir oportuna y eficazmente. Cuando dispuso de tiempo para escucharlos, acudir al llamado, hacerlo con prontitud, cubrir sus necesidades y vigilar el tratamiento ordenado. A su vez, los resultados guardan relación con lo establecido por González J. Quintero D. (2009), el cual indico que la disponibilidad con la que cuenta el personal de Enfermería para brindar la atención y Cuidado Humanizado percibido por los pacientes fue de 14% casi siempre, percibieron que existía disponibilidad para la atención evaluando el seguimiento del paciente, el tiempo dedicado, la administración del tratamiento ordenado, la identificación de sus necesidades, si le responde con rapidez al llamado y si le interesa su estado de ánimo. Además, afirman que los pacientes perciben como de alta importancia el comportamiento oportuno de la atención, esto indica el valor que tiene para los usuarios que el personal de Enfermería posea conocimientos que favorezca un cuidado oportuno.

Por otra parte, se evidencio en cuanto a la dimensión de cuidado seguro que solo 42,86 % de los familiares respondieron que el personal de Enfermería algunas veces le demuestra confianza al paciente durante la realización de los cuidados y le explica los procedimientos y/o cuidados antes de realizarlos, lo cual es un porcentaje relevante, y se puede correlacionar con el estudio de Bautista L. (2008), en su trabajo de “percepción del cuidado de Enfermería en la ESE Francisco de Paula Santander” el cual arrojo que es posible cuidar a un humano vulnerable si entre el agente cuidador y el sujeto cuidado se estable una relación de confianza. Observándose que el estudio está muy relacionado con lo dicho por Watson, cuando dice que la empatía es la capacidad de experimentar y por lo tanto comprender las percepciones y sentimientos de otras personas, así como la capacidad para comunicar esta comprensión.

Del mismo modo, León C. (2006) en su revisión bibliográfica exhaustiva de “la seguridad del paciente, una responsabilidad del cuidado” demostró que dentro de los programas de garantía de calidad, la seguridad del paciente no es un modismo, ni un nuevo enfoque en los servicios de salud; sino, una responsabilidad profesional implícita en el acto del cuidado. Así mismo, Villarreal E. (2007) explica que las enfermeras(os) están directamente implicadas(os) en la provisión de un ambiente seguro, en el cual las personas puedan desenvolverse sin sufrir daños y en el que perciban una sensación de seguridad. No se debe olvidar que el paciente hospitalizado experimenta una dualidad en tanto que el hospital se convierte en el control de la situación de salud que le aqueja, pero la separación familiar y el cumplimiento de normas que rigen a las instituciones de salud le representan sentimientos de inseguridad.

De hecho, en la profesión de Enfermería, los modelos y teorías apuntan a satisfacer las necesidades en los pacientes, y la de seguridad es una de ellas. Por lo tanto, las(os) enfermeras(os) deben desarrollar competencias, construyendo desde la práctica espacios que garanticen el cumplimiento de esta categoría, para que puedan actuar bien y con el mínimo de recursos.

Con respecto a los resultados del cuidado continuo 42,86% de los familiares manifestaron que algunas veces el personal de Enfermería atiende de manera inmediata al paciente cuando éste ha tenido alguna necesidad de orden psicosocial, datos que se relacionan con la investigación de Domínguez F. (2008) donde establece que 70% de los profesionales de Enfermería no realizan acciones de cuidados para satisfacer las necesidades psicológicas del usuario referidas al apoyo emocional, la comunicación, interacción,