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Calidad de vida sexual en adolescentes con enfermedad renal crónica

Con vista a darle salida al objetivo específico formulado operacionalizamos y clasificamos las variables de la siguiente manera:

  1. variables socio demográficas: edad y sexo
  2. variables clínicas:

Factor etiológico causal directo de la enfermedad: glomerulopatías, uropatías obstructivas, enfermedad hereditaria.

Calidad de vida: alta, mediana, baja.

Para determinar la calidad de la vida se utilizó el cuestionario de salud sf 36, (anexo 2) diseñado por el Health Institute un instrumento psicométricamente sólido de 36 ítems, que evalúa la calidad de vida a través de distintas dimensiones, función física (limitaciones física), rol físico (interferencia en el trabajo y actividades diarias), dolor corporal (intensidad del dolor y su efecto en las actividades), salud general (valoración personal de la salud) vitalidad y actividad sexual.

El procesamiento de la información se realiza en planillas confeccionada al efecto, se analizan con calculadoras manuales y en computadoras Windows 2010, se realiza revisión documental para comparar los resultados obtenidos con la literatura nacional e internacional.

Los resultados se expresan en tablas simples con análisis porcentual.

RESULTADOS

Obsérvese como en el cuadro 1 predomino los pacientes del grupos de edades de 12-15 siendo el 57% del universo estudiado mientras que el 64,1% de estos fue del sexo masculino

La calidad de vida sexual y el sexo se mostró en el cuadro 2 donde el 50% de los pacientes encuestados tuvieron una calidad de vida sexual mediana, siguiéndoles los pacientes con calidad de vida baja con el 28,5%. Con respecto al sexo en los pacientes de sexo masculino fue predominante la calidad de vida sexual mediana , siendo diferente en el sexo femenino en la que el mayor número de pacientes se observo en el grupo de calidad de vida sexual baja y mediana siendo el 21,5% y el 14,2 respectivamente.

Los grupos de edades y la calidad de vida sexual estuvieron representados en el cuadro 3 véase que en los pacientes del grupo de edad de 12-15 años la calidad de vida sexual observada fue mediana con el 35,6% de los pacientes. El grupo de adolescentes mayores sintieron mayormente que la calidad de vida que estaban llevando era baja 21,5% y mediana el 14,2%.

La relación de la calidad de vida sexual y la terapia dialítica se muestra en el cuadro 4 observándose que los pacientes que utilizan hemodiálisis representaron el 74,1% de los pacientes y de estos el 28,5 presento una calidad de vida sexual mediana y un 21,5% con calidad de vida baja. Sin embargo en los pacientes que se hacen diálisis peritoneal también fue predominante la presencia de calidad de vida mediana.

En cuanto al tiempo de los pacientes en terapia dialítica (cuadro 5) fue evidente un predominio en los pacientes con menos de 2 años de evolución los que representaron el 64,1% y de ellos el 35,5% presentaron una calidad de vida mediana los pacientes que tenían más tiempo en hemodiálisis no tuvieron diferencias en cuanto al tipo de calidad de vida

Véase el cuadro 6 el cual representa la calidad de vida en dependencia de la causa de enfermedad renal crónica siendo evidente que las glomerulopatías representaron el 42,9% y en estos la calidad de vida predominante fue la mediana presentándose este tipo de calidad de vida sexual también en las otras causas de enfermedad renal crónica.

DISCUSIÓN

Hasta la década del 60, la enfermedad renal crónica etapa avanzada conducía inexorablemente a la muerte del paciente. Con el desarrollo y el uso clínico de técnicas de sustitución de la función renal (hemodiálisis, diálisis peritoneal ambulatoria continua. y trasplante renal), se logró conservar la vida de estos pacientes. Conseguir estos resultados fue fruto de un largo camino de evaluación y ajustes, así como avances tecnológicos.

Conforme los avances científico-técnicos fueron resolviendo prodigiosamente los problemas orgánicos del hombre; se fueron mostrando, por el contrario, cada vez menos capaces de decir algo claro sobre los problemas más entrañablemente humanos. Por ello, se hizo cada vez más urgente escuchar a los pacientes afectados acerca de los resultados de las medidas terapéuticas; determinándose así la calidad de la vida de los mismos como un intento de humanización de la medicina.

Estos resultados nos indican que la calidad de la vida de los pacientes estudiados es fundamentalmente mediana a diferencia del estudio llevado a cabo por Ferrari, J. et al. (4), donde en un grupo similar de pacientes realizaron la valoración de la calidad de la vida utilizando el Sistema internacional Para calidad vida.

y mostró que casi un 30% del grupo la percibe como poco afectada, 37% como afectada en forma regular y el 33% restante como severamente afectada. Esta diferencia podría ser debida a que los pacientes en nuestro estudio son pacientes más jóvenes y en tratamiento con diferentes modalidades dialíticas además de la hemodiálisis. La edad media de la muestra estudiada fue de 15,2 años.

La mayor proporción de adolescentes de entre 12-15 reflejaron una calidad de la vida sexual más alta que los adolescentes mayores. Esto traduce una relación inversa entre el factor edad y la calidad de la vida: A mayor edad peor calidad de la vida. Esta relación coincide con los siguientes estudios: Moreno, F. et al. (5), quienes demostraron que la edad y la calidad de la vida tenían una correlación negativa y Evans, R. et al. (6), los cuales determinaron que los pacientes más jóvenes tenían una calidad de la vida subjetiva superior que otros pacientes. Lo referido anteriormente, difiere del estudio realizado por Rebollo, P. et al. (7), donde se concluyó que la asociación edad – calidad de la vida relacionada con la salud se produce en sentido directo: A mayor edad mejor calidad de la vida. Esta contradicción podría ser debido a que las muestras de pacientes para estos estudios estaban constituidas por pacientes con mayor edad, en comparación con nuestro estudio y que ellos estandarizaron las puntuaciones obtenidas según edad y sexo con respecto a la población general. Por último; Ferrari, J. et al. (4), no encontraron