- Mantener la piel limpia, seca e hidratada.
- Colocar un empapador entre la persona y el colchón para que absorba la humedad.
- Evitar que haya arrugas en las sábanas.
- Realización de masajes que mejoren la circulación y la relajación.
- Alimentación e hidratación: estas personas sufren de una pérdida de peso y problemas digestivos, lo cual puede ser debido a una pérdida de apetito, por lo tanto tenemos que respetar las apetencias que tenga el paciente.
- Ejercicio físico: estas personas ven disminuida o erradicada su actividad física debido a los dolores que presentan en la zona donde se encuentra el tumor. Pero a pesar de esto debemos motivarlos para que ellos se vean capacitados para llevar a cabo sus propios autocuidados como su higiene personal. Cuando el paciente no sea capaz de realizarla por él mismo podemos proporcionarle materiales que le ayuden a tener una mayor independencia como son los materiales ortopédicos. También desde el ámbito de la Enfermería debemos de ayudarles (sí pueden moverse) a que cada día realicen algo de actividad física suave. Además del ejercicio físico es muy importante ayudarles a que tengan un ejercicio mental para que puedan estar distraídos y por ello les motivamos a que formen parte de sus propios cuidados.
- Cuidados del sueño: los pacientes que padecen de un tumor óseo se encuentran fatigados y muy cansado lo cual puede deberse a no descansar bien por diversos motivos. Debido a esto tenemos que seguir una serie de recomendaciones para facilitarles el descanso:
- Favorecer un ambiente tranquilo en una habitación con temperatura y luz agradable.
- Ayudar a relajarse mediante música y masajes.
- Proporcionarle compañía y seguridad.
- Ayudar a reducir el nivel de estrés y angustia mediante el diálogo.
Además de aportarle ese soporte físico debemos de darle también un soporte emocional. La terapia emocional no sólo se centra en la persona enferma sino que también tenemos que realizarla con la familia para ayudarles y evitar que se produzca una depresión.
El afrontamiento del cáncer se debe iniciar desde el diagnóstico del mismo y los cuidados emocionales que nosotros como enfermeros podemos prestarles al paciente y su familia es:
- Ayudarles a que conozcan su enfermedad, de esta forma ellos se sienten con más fuerzas para luchar contra ella (siempre y cuando el paciente solicite dicha información).
- Proporcionarle una escucha activa, es decir escuchar cuáles son sus dudas, temores, preocupaciones y así poder desahogarse evitando la aparición de estrés y ansiedad.
- Estar en cada momento a su lado para que ellos vean que no están solos.
Conclusiones:
Todo cáncer representa un gran reto de superación para la sociedad y supone una situación traumática para la persona que lo padece y sus familiares, por tanto para dar respuesta a las demandas que requiere el paciente oncológico debemos de optar por tratar al paciente desde un equipo multidisciplinar, así como llevar unos cuidados enfermeros de calidad tanto para la persona como para su familia.
El cáncer óseo es una enfermedad relativamente rara pero esto no significa que como profesionales del ámbito sanitario no llevemos a cabo todos los cuidados necesarios y en función a las necesidades de cada paciente.
Para finalizar es muy importante llevar a cabo unos cuidados enfermeros a dichos pacientes tanto desde el ámbito físico como el emocional viendo al paciente desde una perspectiva holística.
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