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Características psicoemocionales de los pacientes del hogar geriátrico San Vicente de Paul

déficit de autocuidado de pacientes de 75 y más años, después del alta hospitalaria. El estudio fue con 60 pacientes de 75 y más años al alta hospitalaria. Las variables analizadas han sido los factores condicionantes básicos de la agencia de autocuidado, los factores que afectan la regulación de los requisitos de autocuidado y los diagnósticos enfermeros que determinan el déficit de autocuidado. Para la recogida de los datos se utilizo un documento de valoración enfermera elaborado por el equipo investigador, que tiene como referente teórico el modelo de autocuidado de D. Orem. Los resultados revelaron que los requisitos de autocuidado más afectados fueron la prevención de peligros para la vida, el funcionamiento y el bienestar, mantenimiento del equilibrio entre la actividad y el descanso, siendo el factor regulador más frecuente el deterioro músculo-esquelético.

Los diagnósticos de Enfermería más prevalentes, el deterioro de la movilidad física y el déficit de autocuidado en baño, higiene y vestido. La mayor parte de los pacientes presentaban un nivel de dependencia entre leve y moderada y como nuevos problemas de salud al alta destacaron la incontinencia urinaria y el dolor. Por lo que se pudo concluir que el impacto negativo de la hospitalización en las personas mayores plantea la necesidad de garantizar unos cuidados de transición encaminados a proporcionar seguridad, ayudar en la movilidad y educar para la adquisición de comportamientos orientados a la salud. Para esto se precisa un informe enfermero al alta del paciente que recoja una valoración de su capacidad de autocuidado, así como de los recursos de que dispone para cubrir los distintos requisitos de autocuidado.

Por otro lado, Martínez, H., y Zepeda, M. (2009) a través del estudio titulado La visita domiciliaria como una herramienta para la detección de la violencia hacia el adulto mayor, resaltaron que la Violencia contra el Adulto Mayor, es un problema que requiere de sensibilización por parte del equipo de salud para ser visualizado. Una herramienta fundamental para la detección de este fenómeno dentro de la Atención Primaria en Salud es la Visita Domiciliaria, permite una valoración integral del usuario, su familia y/o cuidadores, tomando en cuenta aspectos físicos, sociales, económicos y psicológicos, que puedan influir en su salud y ser factores de riesgo para que ocurra violencia. Esta valoración entrega la posibilidad de pesquisar el fenómeno y realizar las intervenciones necesarias con una perspectiva bioética, que permita poner en práctica cada uno de sus principios tanto en la violencia psicológica, sexual, física, como económica. Una pesquisa efectiva entrega, la posibilidad de mejorar la calidad de vida de los Adultos Mayores bajo nuestra atención.

Cabe agregar, que Álvarez, R., Cuellell, M., De Frutos, E., Fabretat, M., y Ramírez, A. (2009) llevaron a cabo un estudio titulado Envejecimiento y Soledad, su objetivo fue Analizar si en las personas mayores en situación de fragilidad que han sido atendidas por el servicio de urgencias domiciliarias, constaba el seguimiento por el personal de Enfermería del centro y si constaba el diagnóstico de “Personas mayores en situación de fragilidad”. El estudio fue observacional en dos fases, en la 1ª se analizaron todas las personas mayores de 64 años que fueron atendidas en el servicio de urgencias domiciliarias del centro de Atención Primaria de Raval Nord, se analizó si en dicha población constaba el seguimiento de Enfermería y el diagnóstico de personas mayores en situación de fragilidad;en la 2ª fase, se realizó un muestreo simple de la población analizada y se evaluó si se produjeron cambios en los diagnósticos de Enfermería y seguimiento de dicha población, dando como resultado que de un total de 776 visitas domiciliarias de urgencias médicas, se observó que 568 (73,19%) eran mayores de 64 años.

Del total, se estudiaron 57 (10%) casos y se observó que el 80% pertenecían al grupo de edad comprendido entre 75 y 85 años; el 77,26% eran mujeres; el 94% con diagnóstico crónico (Diabetes, Hipertensión Epoc…); el 77,2% eran personas polimedicadas y el 66,7% del total no estaban incluidas en el programa de Atención Domiciliaria y no constaba ningún diagnóstico de “personas mayores frágiles”. En la segunda fase se observó un incremento en la atención por parte de los profesionales de Enfermería y un aumento en el diagnóstico de “Personas mayores frágiles”. Dicho estudio permitió llegar a la conclusión de que la utilización del diagnóstico de Enfermería en las personas en situación de fragilidad es una herramienta imprescindible para el seguimiento y control de dicha población.

Es de importancia hacer referencia al trabajo realizado por Sepúlveda, C., Rivas, E., Bustos, L., Illesca, M. (2010) titulado Perfil socio-familiar en adultos mayores institucionalizados. Temuco, Padre las casas y Nueva Imperial. En el que destacan que el proceso de envejecimiento genera cambios importantes en el estilo de vida de la población con repercusiones significativas en el volumen y distribución de la carga social de enfermedad. La Organización de Naciones Unidas (ONU) plantea que es un fenómeno secuencial, acumulativo e irreversible, que deteriora el organismo progresivamente hasta hacerlo incapaz de enfrentar circunstancias y condiciones del entorno. El Objetivo general fue Conocer el perfil socio-familiar de adultos mayores institucionalizados en comunas de Temuco, Padre Las Casas y Nueva Imperial, año 2009. Fue un estudio descriptivo transversal correlacional, con una muestra de 80 adultos mayores institucionales. La recolección de la información se realizó con el Cuestionario Calidad de Vida para Ancianos, elaborado por Inga y Vara, adaptado a los objetivos del estudio. Se realizó un análisis descriptivo (distribución de frecuencias, medias, promedios-desviación estándar) e inferencial.

Los resultados señalaron que el promedio de edad fue de 78,1 años, 15,0% eran mapuches, 55,0% eran masculinos, 11,2% «no sabe leer ni escribir», 40,5% no tienen contacto con sus hijos, en maltrato ha recibido golpes o empujones (15,1% más de diez veces), 18,7% piensa casi a diario que está insatisfecho con su vida actual, 59,4% no recibe atención de salud por la institución. Arrojando como conclusiones la constatación de una situación de aislamiento, soledad personal y déficit de cuidados entregado por las instituciones, reto para Enfermería, donde debería tener participación de privilegio en la toma de decisiones en políticas de cuidado para la población