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Caracterización funcional de los ancianos del consultorio médico #4. Policlínico. “Federico Capdevila”. 2010

imposible negarse a reconocer la imperiosa necesidad de desarrollar la atención al anciano en sus múltiples y complejas facetas, ya que la salud del adulto se construye a lo largo de la vida, es el resultado de los hábitos personales, de los factores ambientales y el deterioro inevitable que sufre el organismo.

Por tal razón, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de nuestro país dedica cuantiosos recursos humanos y materiales que garanticen la satisfacción plena de toda la población y, sobre todo, la preocupación actual por la Tercera Edad. (4,5)

La sociedad en general debe reconocer que el envejecimiento de una gran proporción de sus individuos la afecta como un todo y no es un fenómeno que concierna sólo a los mayores.

La consideración psicosocial del anciano nos lleva a plantear que los cambios propios del proceso de envejecimiento ocurren desde tres perspectivas:

– Cambios Biológicos: Todos los cambios orgánicos que afectan sobre sus capacidades físicas y asociadas a la edad.

– Cambios Psíquicos: Cambios en el comportamiento, auto percepción, conflictos, valores y creencias.

– Cambios Sociales: Se estudia el papel del anciano en la comunidad.

La esperanza de vida al nacer es un índice que muestra el número de años que de manera estadística vivirá probablemente un individuo de una población que nace en un momento determinado; dependiendo ésta de las condiciones de bienestar en la sociedad.

El primer programa de atención al adulto mayor surge en el año 1974 y en 1985 se incorpora la variante de atención del médico de la familia y su equipo de trabajo.

Asimismo, las autoridades cubanas en su constante empeño por mejorar el nivel de vida de este segmento poblacional desarrollaron este año un estudio integral del adulto mayor, para conocer y caracterizar las principales necesidades biopsicosociales, materiales y económicas de las personas mayores de 60 años, y en consonancia trazar estrategias para la atención y elevación de su nivel de vida.

En la década del noventa la Organización de Naciones Unidas implementó el primero de octubre como Día Internacional del Adulto Mayor, con el fin de favorecer la toma de conciencia sobre el valor de la prolongación de la vida y la necesidad de crear sociedades cada vez más integradoras y justas para todas las personas adultas mayores El mundo vive un proceso acelerado de envejecimiento, Cuba que no escapa a este fenómeno mundial y posee una esperanza de vida al nacer de casi 80 años, concede un cuidado prioritario a este segmento poblacional.

Nuestro Programa para el adulto mayor se propone lograr un envejecimiento saludable y una vejez satisfactoria mediante acciones de promoción, prevención, asistencia y rehabilitación ejecutadas por el Sistema Nacional de Salud, en coordinación con otros organismos y organizaciones del Estado. (6)

Con el continuo crecimiento de las poblaciones de la tercera edad en las sociedades modernas, la búsqueda de formas de conservar y mejorar las habilidades funcionales de las personas al envejecer, ayudarles a manejarse independientemente en la comunidad y, fundamentalmente, mejorar la calidad de sus vidas, se ha convertido en un asunto cada vez más urgente. La incidencia de muchas enfermedades y discapacidades crónicas aumenta con la edad y se producen una serie de cambios físicos y psicológicos que hacen un tanto difícil esta etapa de la vida.

Actualmente se postula que para lograr el desarrollo humano a lo largo del ciclo vital, la sociedad debe proveer oportunidades para que todos los individuos puedan alcanzar una edad avanzada con habilidades para adaptarse a los cambios, para seguir contribuyendo productivamente, con buena salud y con una red de apoyo familiar y social. Con la aplicación de las escalas podemos conocer la detección de los primeros grados de deterioro funcional midiendo capacidad, pudiéndose identificar problemas de salud.

De esta manera tenemos como resultado un conocimiento mejor de su funcionalidad y llevar al anciano a una mejor calidad de vida que repercute en menos gastos de salud para nuestra economía, mayor incorporación a las actividades sociales, creando mecanismos que garanticen una longevidad satisfactoria, siendo novedoso científicamente. (7)

En 1979, un comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud, reunido para hacer definiciones sobre la salud de las personas de edad, recomendó: «En el proceso de evaluación de una persona de edad que acude a los servicios sociales o de salud, es fundamental identificar sus problemas en términos funcionales. Dichos problemas tendrán que definirse esencialmente con relación a las actividades exigidas por el ambiente; es esencial, identificar los mecanismos causantes del problema, para poder establecer cuál es la terapia. (7,10)

La creación de instrumentos de evaluación geriátrica se inició en los años 50 del siglo XX cuando la explosión demográfica evidenciaba el envejecimiento de la población, por tanto fue necesario el uso de una nueva metodología para el manejo integral de los problemas de salud de los ancianos.

Los trabajos de investigación sobre el envejecimiento se han centrado tradicionalmente en la salud, pero en los últimos tiempos el concepto de capacidad funcional está llamando cada vez más la atención. Aunque hace mucho que se valora la trascendencia de la funcionalidad sobre la salud y la enfermedad, no fue hasta los años 50 que se reconoció su importancia, a medida que aumentaba la cantidad de personas mayores y discapacitadas y que crecía la incidencia de enfermedades crónicas (Katz y Stround 1989).

Valoración Funcional.

La exploración física y la valoración funcional, se encuentra íntimamente ligada, la primera tiene como objeto conocer la situación física real del paciente, la segunda, las alteraciones en la función que se produce a consecuencia de ésta, uno de los cuales tendrá problemas para el autocuidado y el otro no la detección de estos problemas nos alertará la posible implicación de otros factores.

El estado funcional puede definirse como la capacidad de una persona para llevar a cabo las actividades necesarias para lograr el bienestar. A menudo se conceptualiza como la integración de tres campos de la funcionalidad: el biológico, el psicológico (cognitivo y afectivo), y el social. Así, la valoración funcional se deriva de un modelo que observa la forma en que la relación entre estos tres campos contribuye al comportamiento y a las funcionalidades generales.

Envejecer de manera saludable implica no solamente tener la posibilidad de tener los cuidados médicos ante los problemas de salud que se presenten en esta etapa de la vida, implica también reconocer a los ancianos como seres humanos con necesidades y posibilidades especiales. (7)

Objetivo General:

Caracterizar la funcionalidad de los ancianos pertenecientes al Consultorio del Médico de Familia # 4 del Policlínico “Federico Capdevila “, del municipio Boyeros en el período comprendido entre el 1º de enero de 2010 hasta el 30 de junio de