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Caso Clínico. Traumatismo penetrante de abdomen

abdomen superior ubicado por debajo del diafragma y la caja costal, donde se hallan el bazo, hígado, estomago, primera y segunda porción del duodeno y el colon transverso. El abdomen inferior que es la parte baja de la cavidad peritoneal, contiene el intestino delgado y el colon intra-abdominal.

2.- el espacio retroperitoneal, posterior al peritoneo, contiene la aorta, la vena cava inferior, el páncreas, los riñones y sus uréteres, la tercera y cuarta porciones del duodeno y las caras posteriores del colon ascendente y descendente.

3.- la pelvis, donde se albergan el recto, la vejiga, la próstata, los vasos iliacos y los órganos genitales femeninos. Este situado por debajo de la reflexión peritoneal y por tanto es extra peritoneal; sin embargo, en ciertas circunstancias puede hacerse intraperitoneal como en el caso del útero grávido y repleción vesical en que la cúpula vesical y el fondo del útero se ubican en área intraperitoneal aunque recubiertos por el peritoneo.

Pérdida de sangre. La exanguinación es el riesgo inmediato para la vida más importante en las heridas penetrantes abdominales. Las lesiones de vasos mayores, o de vísceras sólidas, como el hígado, bazo, riñón y páncreas, son responsables de hemorragia masiva. En la guerra se estima que el 10% de todos los soldados muertos en acción mueren de hemorragia abdominal antes de poder ser asistidos.

Pérdidas de fluidos. Cualquier trauma abdominal genera una pérdida de fluidos intra y extravascular considerable. Esta es secundaria a la transferencia de líquidos al interior de la cavidad peritoneal y a la luz gastrointestinal, y a las pérdidas externas provocadas por los vómitos. La irritación peritoneal es responsable de un íleo paralítico que se asocia con distensión intestinal. La consecuencia clínica más visible es una progresiva distensión abdominal que puede ser en parte controlada con un tubo naso gástrico. Esta descompresión es especialmente necesaria si la víctima va a ser evacuada por vía aérea.

Peritonitis. La perforación del tracto gastrointestinal a varios niveles se asocia con el pasaje de contenido intestinal a la cavidad peritoneal. Esto tiene varias consecuencias, en particular la producción de una peritonitis química o enzimática. La perforación visceral también se asocia con una contaminación bacteriana masiva de la cavidad peritoneal. En presencia de un medio de cultivo óptimo tal como la sangre, el inoculo bacteriano rápidamente crece, dando lugar a una peritonitis fecal. Otras fuentes de infección son los gérmenes externos conducidos por los cuerpos extraños, la pérdida de pared abdominal, o la prolongada exposición de las vísceras.

Tratamiento

La resucitación de los pacientes con trauma penetrante del abdomen se basa en los estándares de la ATLS, independientemente del tipo de lesión. Como en cualquier otro paciente traumatizado, se debe resolver el ABC: vía aérea, respiración, circulación. Cualquier paciente con una razón obvia para laparotomía (evisceración, abdomen rígido, hipotensión) debe ser trasladado directamente al departamento quirúrgico luego de una evaluación inicial y una terapéutica de resucitación en el área de emergencia.

En los traumatismos abdominales abiertos, en los cuales las lesiones de órganos sólidos y vísceras huecas son frecuentes, existe el criterio predominante de que su enfoque terapéutico debería ser exclusivamente quirúrgico. Sin embargo, se ha comprobado que la exploración quirúrgica sistemática conduce a una tasa variable de cirugías innecesarias, del 40% en las heridas de arma blanca y del 25% en las de armas de fuego. Ante esta circunstancia, en muchos centros se han comenzado a utilizar tratamientos conservadores en grupos seleccionados de pacientes con traumatismos abiertos, penetrantes o no penetrantes, en ausencia de descompensación hemodinámica y donde no existen signos de peritonitis.

Cuando es evidente que la laceración es superficial, se deberá realizar una exploración local de la herida utilizando una anestesia local. Este debe ser un procedimiento aséptico realizado con todos los requisitos de la técnica. Una vez esterilizada la zona con povidona iodada y realizada la anestesia, la herida será debridada adecuadamente y se establecerá su trayecto y profundidad. Si se constata una violación de la fascia, se deberá proceder a evaluar la presencia de lesiones intraperitoneales.

Fundamentación en base a la Teoría de Dorothea E. Orem

Los planes de cuidado, son una herramienta utilizada por el personal de Enfermería para poder organizar las acciones que realizará así como la planificación de las mismas. La valoración se realizó utilizando la guía de valoración para el paciente adulto por dominios y clases, la cual facilita la estructuración de la información para posteriormente elaborar el plan de cuidados.

La utilización de las taxonomías NANDA (North American Nursing Diagnosis Association), NIC (Nursing Interventions Classification) y NOC (Nursing Outcomes Classification) facilita a los profesionales de Enfermería la planificación de los cuidados al utilizar un lenguaje estandarizado, así como, un marco de análisis y reflexión en la toma de decisiones. La NANDA proporciona una clasificación diagnóstica que sirve de herramienta, a través de la cual, se unifica intencionalmente el lenguaje de Enfermería sin importar las barreras idiomáticas o culturales.

La taxonomía NOC, se utiliza para conceptualizar, denominar, validar y clasificar los resultados que se obtienen de la intervención de Enfermería. Este lenguaje incluye resultados esperados, indicadores y escalas de medición. La taxonomía NIC, es una clasificación global y estandarizada de las intervenciones que realiza el personal de Enfermería, que tiene como centro de interés la decisión que tome para