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Comportamiento clínico-epidemiológico de la sífilis

residen ellos y en estos grupos de edades son más responsables y tienen más conciencia de la enfermedad.

Por otra parte, en nuestro país hay dos niveles de atención a la población, el Policlínico y el Hospital. En el Policlínico es donde se realizan las acciones de promoción de salud, sobre todo el pesquizaje activo de los grupos de alto riesgo para las infecciones de transmisión sexual, por lo que en este nivel de atención es por donde se diagnostica el mayor número de casos y además es el lugar más cercano para los pacientes. El grupo de edad más afectado fue el de 35-39 años.

Hernández-Girón CA y otros autores. (43) La edad de las mujeres entrevistadas osciló entre 17 y 58 años con una media de 29,2 años. La prevalencia de sífilis fue mayor en los grupos etáreos mayores de 30 años.

Southwick KL y otros autores (44) en Bolivia se encontró que respecto a la edad, el riesgo de infección fue significativo sólo para el grupo 34 a 40 (OR =1.5, IC95% 4.5-13. Este resultado contrasta con lo reportado al respecto por diferentes autores en Brasil donde el riesgo de infección por sífilis fue mayor entre las mujeres más jóvenes, con edad menor a 17 años (45) y a 23 años. (46) Asimismo, los resultados en este estudio sugieren que las mujeres con menor nivel socioeconómico (evaluado por el índice construido) tendrían menor acceso a la educación formal y al mismo tiempo menos recursos económicos para solventar sus necesidades en salud.

Sin embargo Villazón-Vargas N. (47) Al estudiar 489 mujeres con sífilis, las mismas tuvieron en promedio 24 años de edad (rango 15-44). En su mayoría eran mujeres jóvenes entre 15 y 25 años (64,4%).

Tabla 2. Distribución de los pacientes según sexo.

Sexo – Número – %

Masculino – 40 – 60.6%

Femenino – 26 – 39.4%

Total – 66 – 100%

Fuente: Encuesta n=66

Gráfico 2

sifilis-sexo
Sífilis. Sexo

Fuente: Tabla 2. La Tabla y gráfico 2 se observa la distribución de los pacientes según sexo, predominando el masculino con un 60.6% sobre el femenino.

Coinciden con nuestros resultados estudios realizados por Berdasquera Corcho D. (37), Hernández-Girón CA y otros autores. (43) y Villazón-Vargas N. (45)

Martínez Brito R y otros autores. (42) En cuanto al sexo observaron que la enfermedad de manera general presento muy ligeras variaciones significativas, en el año 2002 hubo más predominio en el sexo femenino (64,7%) sobre el masculino (35,3%); y el año 2001 donde el sexo masculino (63.6%) predomino sobre el femenino (36,4%) y el año 2005 el masculino (66.7%) sobre el femenino (33%) pero con muestras pequeñas. Si se analiza desde el punto de vista quinquenal se observa que no hay una significación en cuanto al sexo, no existe predominio de uno sobre el otro. Es de destacar que en el año 2002 hubo un predominio del sexo femenino sobre el masculino y en el 2001 y 2005 el masculino sobre el femenino pero con muestras pequeñas.

Aliño Santiago M y colaboradores (48) la relación de masculinidad fue de 1051 y 1040 hombres por cada 1000 mujeres para los grupos de 10-14 y 15-19 años, respectivamente, con una tendencia descendente a medida que aumenta la edad.

Fano Roberto V, Cabal Esther J. (49), en su estudio, no encontraron una representación significativa en cuanto al sexo.

En las bibliografías consultadas se recoge que la sífilis es más frecuente en el sexo masculino (con alta prevalencia entre los homosexuales varones). (50-54)

Tabla 3. Distribución de los pacientes según lugar de procedencia.

Procedencia – Número – %

Casco Urbano – 11 – 16.7%

Comunidades – 55 – 83.3%

Total – 66 – 100%

Fuente: Encuesta n=66

Gráfico 3

sifilis-lugar-procedencia
Sífilis. Lugar de procedencia

 

Fuente: Tabla 3

En la distribución de los pacientes según lugar de procedencia, tabla y gráfico 3, predominaron los casos procedentes de las comunidades sobre los de área urbana con un 83.3% y un 16.7% respectivamente. Bolivia es un país multiétnico y pluricultural que sufre de migraciones múltiples y temporales desde el área rural hacia lugares donde se pueden encontrar fuentes de trabajo. En muchas comunidades no se ofrecen servicios para las infecciones de transmisión sexual, o bien son insuficientes. Estos factores ocasionan que grupos de población no accedan de manera oportuna a los servicios asistenciales apropiados. Esto promueve la propagación de enfermedades, con consecuencias personales y sociales graves, además de que pueden tener consecuencias psicológicas profundas.

Encontramos coincidencia con nuestros resultados es estudio efectuados por Villazón-Vargas N. (47) y Rita Revollo y colaboradores. (55) donde predominaron los de las comunidades.

Tabla 4. Distribución de los pacientes según ocupación

Ocupación – Número – %

Ama de casa – 15 – 22.7%

Estudiante – 2 – 3.0%

Obrero – 32 – 48.5%

Otras – 17 – 25.7%

Total – 66 – 100%

Fuente: Encuesta n=66

Gráfico 4

sifilis-ocupacion
Sífilis. Ocupación

Fuente: Tabla 4

La Tabla y gráfico 4 se expone distribución de los pacientes según su ocupación, encontrando el mayor número de casos reportados en los obreros con 32 pacientes para un 48.5%

Betancourt Llópiz y colaboradores (7) en investigación realizada en el área “La Caoba”. Consultorio Médico de la familia “La Caridad”, predominó la categoría de estudiante, el cual difiere de nuestros resultados.

En estudio efectuado por Berdasquera Corcho D. (37) predominó la categoría ocupacional obrero con el 48,1%.

Southwick KL y otros autores (44) en Bolivia, en su mayoría eran mujeres amas de casa (68,1%) con nivel socioeconómico bajo (60,7%).