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La comprensión de los textos científicos desde la interdisciplinariedad

u otra forma de la representación elaborada (21)

Por consiguiente el estudiante demuestra que ha comprendido lo que ha leído cuando es capaz de reconstruir el significado y a su vez aplicarlo a otras situaciones de manera creadora.

Es importante señalar que la enseñanza de la comprensión implica dotar a los estudiantes de conocimientos, hábitos y habilidades para trabajar con los textos, sin ofrecer normas absolutas; aunque el profesor sí debe tener en cuenta que las actividades que programe sean sistemáticas, articuladas y progresivas entre lo que el alumno conoce y lo que va a realizar para lograr que llegue a la metacomprensión (saber qué es comprender y cómo debe trabajar mentalmente para comprender).

 De ahí que las actividades planificadas para el tratamiento de la comprensión deben estar encaminadas a la activación de estrategias donde los docentes deben conocer qué estilo de texto van a trabajar, sus características, por tanto, en este trabajo se parte del criterio de que la comprensión debe estudiarse desde tres direcciones: aprender a leer, leer para aprender y aprender a aprehender con la lectura.

 El logro de las habilidades relacionadas con la comprensión textual se encuentra estrechamente ligado a la competencia comunicativa y su didáctica debe propiciar el enfrentamiento por el alumno a textos construidos en diferentes estilos funcionales. Por consiguiente, es necesario que los profesores dirijan más su trabajo a enseñar a aprender que a transmitir información, por tal motivo una de las tareas fundamentales debe ser la formación y desarrollo de habilidades para la comprensión textual, lo cual se logrará a través de la interdisciplinariedad.

En este proceso interactivo a cada uno le corresponde jugar un papel protagónico que en esencia es activo y transformador pero desde posiciones distintas, donde la trasmisión y adquisición de conocimientos (la clase) debe ser valorada como un texto o discurso pedagógico caracterizado por procesos de absorción y trasmisión de otros textos que se construyen y se concreta en tres aspectos básicos: comprensión, análisis y construcción de significados lo que constituye una meta en los diseños curriculares.

Una gran parte de los conocimientos proviene de la lectura, por consiguiente se deben desarrollar habilidades donde la comprensión, interpretación, valoración, el saber discernir lo esencial, leer ideas, no palabras y hacer uso de la información, constituyan elementos indispensables. Asimismo, deben enseñarlo a estudiar para que sea capaz de organizar su propio material de consulta, hacer uso de las notas que toma en clase, de la utilización de bibliografía u otras fuentes (diccionarios, documentos, ficheros, formularios, etc.), emplear distintos tipos de resúmenes (tablas, esquemas, cuadros sinópticos, mapas conceptuales, y otros), operar con datos, enfrentar las dificultades, resolver sus necesidades, autocontrolarse y autoevaluarse.

 Se debe estimular hacia el trabajo de búsqueda y revisión en las fuentes bibliográficas: manuales escolares, artículos, ponencias, informes etc, con un sentido productivo no para aprender un concepto, un algoritmo sino para abordar las distintas aristas de un problema o contraponer los criterios manejados por diferentes autores, llegar a sus propias definiciones o puntos de vista, concebir un proyecto o realizar un diseño donde el papel orientador y facilitador del docente es primordial.

La comprensión activa de un texto se puede lograr a partir de la proyección que realice el lector mediante una estructuración de pasos dirigidos a la elaboración de los significados en los que predomine una secuencia esencial que tenga su origen en el texto y su culminación en las diversas interpretaciones que realice el lector. Luego, a partir de estos elementos pueden introducirse otros pasos que faciliten el ascenso a diferentes niveles como: la selección de ideas importantes, comprensión de las ideas no formuladas de forma explícita y del mensaje global.

Resulta vital, además, que aprendan a integrar en sus conocimientos previos las informaciones nuevas que ofrece el texto escrito, pues los marcos de conocimiento desempeñan un papel esencial. En todo este proceso el alumno participa como protagonista activo, mientras que el maestro actúa como guía entre la comunicación alumno -texto escrito. Por tanto, es importante que el docente comprenda que su función de enlace no puede limitarse a un sistema de preguntas relacionadas con aspectos del texto, sino en orientar de forma adecuada cómo desentrañarlo, que permita a los alumnos llegar a razonamientos y significados que los preparen en su vida personal y profesional.

Las emisiones lingüísticas que producen los estudiantes durante el proceso de construcción del conocimiento en las clases, constituyen textos, que no son: unidades procedentes de un repertorio configurado previamente, como ocurre con las palabras; ni realizaciones de esquemas bien definidos, como son las oraciones, la condición de ser textos de determinadas unidades, está dada por su carácter acabado, completo e íntegro, y por su condicionamiento semántico-pragmático (22).

En el artículo “Estilística funcional” de los autores Shiskova y Popok (11) se establece una clasificación de las tipologías textuales, dentro de ellas se encuentran los textos científicos, a la cual se adscriben los autores de la investigación por considerarla más adecuada con el contexto que se analiza:

Textos científicos: Reflejan la actividad intelectual del hombre, el progreso de la ciencia y la técnica. Tiene como características esenciales la impersonalidad, la objetividad y la exactitud. Generalmente, el texto científico está construido no solamente con un lenguaje sino que incluye también otros sistemas de comunicación tales como: metalenguaje específico de la ciencia de que se trate, gráficos, fórmulas, etc. La función comunicativa actúa aquí en su forma informativa. Lo dividen en tres subestilos:

  1. a) Propiamente científico: el artículo, la monografía, la tesis, ponencia, el informe.
  2. b) Científico-administrativo: instrucciones, cartas, patentes, documentos científicos.
  3. c) Divulgación científica: divulga conocimientos científicos: los manuales escolares.

Los textos científicos son los que utilizan los estudiantes en las diferentes carreras y en la vida profesional, al enfrentarse a textos propiamente científicos, de divulgación científica, informes, ponencias tesis, artículos científicos, entre otros.

Al caracterizar el estilo científico de los textos Shiskova y Popok (11) sostienen:

El estilo científico consiste en demostrar teorías,