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Funcionalidad Familiar y su relación con conductas sexuales de riesgo en adolescentes de bachillerato

que independientemente de las características sociodemográficas y de los estilos de vida, la frecuencia de jóvenes que han tenido relaciones sexuales es menor cuando los padres se preocupan de lo que hacen durante su tiempo libre y cuando los padres, amigos y hermanos transmiten mensajes que apoyan el retraso del inicio de las relaciones sexuales. Por el contrario, la frecuencia de jóvenes que han tenido relaciones sexuales aumenta en aquellos que piensan que tanto sus amigos como sus hermanos consideran al sexo como un modo de pasarlo bien, aunque no haya amor o compromiso (Ruiz-canela, Burgo, Carlos, Calatrava, & Osorio, 2012)

En el estudio ¿La crianza de los hijos se asocia a la toma de riesgos sexuales precoces en los adolescentes, la autonomía y la relación con los compañeros sexuales? Realizado en Escocia informó que la supervisión y los valores de los padres se asoció positivamente con el retrasó del inicio de las relaciones sexuales, excepto con el uso del preservativo, las reglas de los padres sobre el contenido de la televisión se asociaron con retraso en el coito y el sexo esperando en una relación, y no casualmente. La frecuencia de la comunicación de los padres sobre los valores sexuales y parentales que avalan el uso de anticonceptivos se asoció negativamente con el inicio de la relación sexual. (Parkes, Henderson, Wight, & Nixon, 2011)

En el estudio Sexual intercourse among adolescents in Santiago, Chile: a study of individual and parenting factors. Se determinó que las probabilidades de nunca haber tenido relaciones sexuales eran más bajos entre los jóvenes que reportaron tener una mejor relación con su madre y el padre. Además, los jóvenes que experimentaron una mayor autonomía y menos control de los padres tenían mayores probabilidades de haber tenido relación sexual. (Sanchez, Grogan-Kaylor, Castillo, Caballero, & Delva, 2010)

La comunicación abierta entre padres y adolescentes se asoció con una disminución de conductas sexuales de riesgo, mientras que la comunicación entre padres y adolescentes problemáticos se asoció con un aumento de los comportamientos de riesgo sexual. (Manuscript, 2014) estos resultados se contraponen con estudios en la India donde se observó que no hay diferencia significativa en la ocurrencia de contacto sexual en los que discuten temas sexuales con los padres y los que no lo hicieron. (Shashi Kumar et al., 2013). Los factores de riesgo que empezaron en familia en la primera infancia son predictivos de comportamiento sexual de alto riesgo en la adolescencia, pero también son influenciados, y en algunos casos mediados, por las relaciones con los compañeros y las características del niño durante la adolescencia emergente. (Sitnick, Brennan, Forbes, & Shaw, 2014)En Malasia en el sector rural, el 68% de los adolescentes que habían mantenido relaciones sexuales vivían con los dos padres y su padre era el jefe de familia. Se Concluyó que el estado civil de los padres en un entorno rural con una cultura conservadora no es de protección en materia de salud reproductiva para adolescentes. Pero otros factores como la edad, el nivel socioeconómico, y el bajo nivel educativo de los padres pueden desempeñar un papel crucial en materia de malas conductas sexuales con estudiantes mujeres en las zonas rurales. (Ahmadian, Hamsan, Abdullah, Samah, & Noor, 2014)

En cuanto a la intervención de esta problemática se ha determinado que la participación de los padres en programas de prevención de conductas sexuales de riego aumenta el impacto de este tipo de programas. Sin embargo, la mayoría de los programas de intervención de reducción de riesgos que se implementa a través de las escuelas no incluyen a los padres, en parte porque la mayoría de las intervenciones requieren de los padres un compromiso de tiempo significativo de ellos.

Una breve intervención en la comunicación entre padres y adolescentes es eficaz para mejorar la comunicación entre ellos sobre temas relacionados con el sexo y la supervisión parental percibida, así como habilidades de uso de preservativos de la juventud y la autoeficacia. Estos hallazgos sugieren que las intervenciones para la reducción de riesgo de los adolescentes deberían incluir intervenciones en la comunicación entre padres y adolescentes. (Wang & Stanton, 2015) dato que se afianza con el estudio Intervenciones con padres de familia para modificar el comportamiento sexual en adolescentes donde se llegó a la conclusión que las intervenciones educativas que incluyen a padres de familia favorecen comportamientos sexuales saludables en los adolescentes. (Atienzo, Campero, Estrada, Rouse, & Walker, 2011) Siendo importante sensibilizar a los padres acerca de las ventajas y beneficios de la comunicación temprana y oportuna con sus hijos sobre métodos y prevención, reforzando sus habilidades para entablar un diálogo padres-hijos. Estas acciones potencialmente contribuirán a la construcción de alternativas complementarias para mejorar la salud sexual y reproductiva de los adolescentes (Unidas, 2007)

Otros factores influyentes

Los adolescentes que cuentan con un compañero o adulto mentor, son menos propensos en participar en una conducta sexual riesgosa, al igual que modelos de pares se asocian con mejores resultados que en los adolescentes de los hogares monoparentales. Así como la asistencia a servicios religiosos se asocia a comportamientos de salud sexual más positivos. (McPherson et al., 2013)

En Estados Unidos en donde se observó que el valor cultural de respeto a los padres se asoció con una edad más temprana en la primera relación sexual y no usar un condón, las prácticas culturales se asociaron positivamente con ser sexualmente activos, tener parejas sexuales simultáneas, y los hombres, con un mayor número de parejas sexuales. Las medidas culturales asociadas a los comportamientos sexuales de los jóvenes latinos difieren de estos resultados y del género. La comprensión de cómo la cultura está relacionada con los comportamientos sexuales de los jóvenes latinos pueden ayudar a informar el desarrollo de intervenciones culturalmente sensibles de salud sexual. (Sambasivarao, 2013)

En Colombia se observó que la mayoría de los hombres y mujeres que han tenido relaciones sexuales se sienten poco capaces de iniciar la actividad sexual, rechazar la actividad sexual no deseada, así como negociar las conductas sexuales deseadas, el empleo de los métodos anticonceptivos y los comportamientos sexuales más saludables. (Fontanilla et al., 2011)El embarazo no deseado y las enfermedades de trasmisión sexual son las principales consecuencias de las conductas sexuales de riesgo que se han convertido en problemas de salud pública por sus altas tasas de incidencia

Embarazo en el adolescente

A nivel mundial, una de cada cinco mujeres a los 18 años de edad ya tiene un hijo. En las regiones más pobres del planeta la cifra se eleva a una de cada tres mujeres. El embarazo adolescente es más probable en las poblaciones rurales, pobres, y con menor nivel educativo. (OMS, 2009)

Se estima que cada año se practican alrededor de 3 millones de abortos inseguros en adolescentes entre 15 y 19 años de edad. Los abortos inseguros contribuyen sustancialmente a las muertes maternas y a problemas crónicos de salud (OMS, 2009)

A nivel de la región andina, el Ecuador, es