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Condiciones socioeconómicas y demográficas asociadas al consumo de alcohol en adolescentes de bachillerato

Resultados

La muestra definitiva fue de 503 estudiantes quienes contestaron completamente el cuestionario y que corresponde al 52.5% del total de la muestra. En la tabla 1, se observan las características socioeconómicas y demográficas de los participantes de los cuales el 52,68% (IC 48,3-57) son hombres pero a pesar de ser mayoría esta diferencia no es estadísticamente significativa en comparación con las mujeres (IC 43-51,7); la mayor proporción en cuanto a edad se ubica en los adolescentes de 17 años con un 31,21%(IC 27,3-35,4) que es estadísticamente significativo con respecto a los adolescentes de 18 años que tienen un 22,07% (IC 18,7-25,9). En el nivel socioeconómico predomina el status medio típico con un 35,39% (IC 31,3-39,7), esta diferencia es significativa con respecto al resto de estratos. En lo que se refiere a provincia de residencia existe significancia entre Zamora Chinchipe 43,54% (IC 39,3-47,9) y Loja 31,61% (IC 27,7-35,8). El 85, 49% de los encuestados residen en parroquias urbanas y el 46,92% cursan el tercero de bachillerato. (Ver tabla Nº 1 al final del artículo)

En la tabla 2, se muestran las variables continuas de las características socioeconómicas y demográficas encontrando una media de edad de 17,3 años (DE=1,15), en relación al nivel socioeconómico una media de 572,74 que corresponde al nivel medio típico, en el resultado del test AUDIT la media es 5,19 relacionado con el consumo de alcohol de bajo riesgo. La media de la edad de inicio de consumo de alcohol es de 14,8 años (DE= 1,66), mientras que la media del número de bebidas que el joven realiza en un día de consumo es de 0,5(DE=0,9). (Ver tabla Nº 2 al final del artículo)En la tabla 3, sobre los patrones de consumo de alcohol, se evidencia que hay significancia entre el consumo de bajo riesgo con un 76,34%(IC 72,4-79,9), con respecto al resto de patrones de consumo de alcohol cuyas proporciones se distribuyen entre el consumo de riesgo con 20,28%, el perjudicial con 2,58% y la probable dependencia con 0,8%. (Ver tabla Nº 3 al final del artículo)En la tabla 4, se muestra la relación entre los factores socioeconómicos y demográficos con cada patrón de consumo de alcohol, para lo cual se aplicó la prueba del chi cuadrado. Se aprecian diferencias significativas (p <0,05) en la asociación entre el consumo de bajo riesgo y el sexo con un OR de 0,62(IC 0,4-0,9), por lo tanto desde la perspectiva de ventaja de oportunidades el ser hombre constituye un factor protector del consumo de alcohol de bajo riesgo. Con respecto a la edad también encontramos significancia, además de presentar un OR de 1,82 (IC 1,2-2,2) determinando que la etapa de la adolescencia media (15 a 16 años) es un factor de riesgo para este patrón de consumo. En el consumo de riesgo encontramos diferencia significativa en la adolescencia media con un OR de 0,5(IC 0,3-0,9), entonces el ser adolescente medio representa un factor protector para el consumo de riesgo. En cuanto al patrón de consumo perjudicial observamos que hay diferencia estadísticamente significativa en cuanto al sexo con un OR de 5,1 (IC 1,1-23,3), por lo tanto los hombres adolescentes tienen 4 veces más riesgo de consumo perjudicial de alcohol en comparación con la mujeres. En provincia de residencia encontramos significancia en el consumo de bajo riesgo (p=0,032) y consumo de riesgo (p=0,003), evidenciando que las mayores prevalencias se ubican en la provincia de Zamora Chinchipe. (Ver tabla Nº 4 al final del artículo)

Discusión

El objetivo de este estudio fue describir las características socioeconómicas y demográficas así como el patrón de consumo de alcohol en adolescentes de bachillerato de la zona 7 del Ecuador, además de establecer la relación entre estas características y el consumo de alcohol.

En relación al sexo la proporción de hombres(52,7%) y mujeres (47,3%) en esta investigación es similar, resultado que concuerda con otros estudios hechos en grupos etarios semejantes. (Ruiz & Ruiz-Risueño, 2011)(Reeb et al., 2015)(Herrera & Jordan, 2010). El nivel socioeconómico en donde se ubica la mayoría de la población adolescente encuestada es el medio típico lo que se asemeja con lo reportado por Lugo (2010) quien mediante el método Graffar Méndez-Castellano evalúa las siguientes variables: profesión del jefe de la familia, nivel de instrucción de la madre, principal fuente de ingreso de la familia y características de la vivienda, Esta escala permite clasificar en cinco categorías socioeconómicas: Estrato I, clase alta (de 4 a 6 puntos); Estrato II, clase media alta (7 a 9 puntos); Estrato III, clase media (10 a 12 puntos); Estrato IV, pobreza relativa (13 a 16 puntos) y Estrato V, pobreza crítica (17 a 20 puntos), en este estudio el status de la muestra estudiada fue el estrato III o clase media. En cuanto a la edad de inicio de consumo de bebidas alcohólicas el promedio encontrado es de 14, 8 años. Existen estudios realizados en población adolescente a quienes se les aplicó el test AUDIT y que reportan como rango de edad de inicio de consumo de alcohol que va desde los 10 a 14 años (Granville-Garcia et al., 2014)(Morales, Cabrera, Perez, & Amaro, 2015), de este modo es importante señalar que supone un riesgo el inicio cada vez más temprano de consumo de bebidas alcohólicas entre los adolescentes pues se tienen evidencia que existe una clara correlación entre la edad en la que se comienza a consumir alcohol y el riesgo de ser alcohólico en la edad adulta por eso cuanto antes se comienza a beber, el riesgo es mayor. (Rodríguez García et al., 2014).

El número medio de bebidas fue de 0,5 (DE=0,9), estos datos se relacionan con los encontrados en un estudio realizado en Chile donde reporta una media de bebidas de 0,5 (DE=1,3) (Grogan-Kaylor, Horner, Delva, Andrade, & Castillo, 2011).

En cuanto a los patrones de consumo de alcohol, tenemos que predomina el patrón de bajo riesgo con el 76,34%, y en mínima proporción el consumo perjudicial (2,58%) y de probable dependencia(0,8%), similares resultados se obtienen en estudios que reportan que el bajo consumo es el patrón que prevalece entre los adolescentes (Lugo, Ledesma, & Addosio, 2010)(Morales et al., 2015). Al consumo de bajo riesgo le sigue en proporción el consumo moderado 20,28%, similar valor fue encontrado en un estudio realizado con adolescentes de 15 a 18 años en Granada-España, donde se señala que un 23% presenta consumo medio.(Zurita & Alvaro, 2014). Sin embargo existen estudios donde prevalece el consumo de alcohol riesgoso y el consumo perjudicial (Telumbre & Sanchez, 2015). Datos importantes pues los jóvenes con patrones de consumo que van desde el consumo de riesgo o perjudicial presentan más probabilidades de morbilidad por trastornos hepáticos y mentales y mortalidad a causa de accidentes y violencia como lo indica la OMS (2010).

Al relacionar el patrón de consumo de bajo riesgo con la variable sexo observamos que existe predominio de las mujeres sobre los hombres, 49% frente al 50%, lo que es estadísticamente significativo, pero este resultado se contrapone con lo encontrado por Guillen donde este tipo de consumo es más frecuente en los hombres (Guillén, Roth, Alfaro, & Fernández, 2015).

En cuanto a la provincia de residencia al relacionar el consumo de bajo riesgo y el consumo de riesgo se hallan diferencias estadísticas significativas con esta variable, sin embargo no se han encontrado datos afines para correlacionar con estudios realizados en Ecuador. La provincia de Zamora Chinchipe es la que presenta mayores prevalencias de consumo de alcohol por lo tanto se requiere determinar que causas median la presencia del problema en esta provincia.

En el patrón de consumo de riesgo y el consumo perjudicial al analizar con el sexo se determina que ocurren con más frecuencia en los varones que en las mujeres, pero con diferencia estadística significativa (p=0,019) para el consumo perjudicial, donde los hombres presentan 4 veces más riesgo para este tipo de consumo en particular. Una investigación realizada con 1 997 adolescentes determinó que el patrón de consumo de alcohol prevalente fue el perjudicial y que existió significancia mediada por el hecho de ser hombre (Perez & Lucio-Gomez, 2010)(Lugo et al., 2010). Al observar las proporciones por edad desde el consumo de bajo riesgo (60%) hasta el consumo perjudicial(76,9%) en los adolescentes de 17 a 19 años, se evidencia que existe un incremento de la prevalencia conforme va aumentando la edad del adolescente, estos datos guardan relación con un estudio realizado con 1 624 estudiantes de enseñanza secundaria en la ciudad de Girona con edades comprendidas entre los 12 y 18 años y reporta que el nivel de experiencia con el alcohol se acrecienta con la edad.(Salamó Avellaneda, Gras Perez, & Font-Mayolas, 2010).

Conclusiones

El patrón de consumo de alcohol predominante en este estudio fue el de bajo riesgo determinado mediante la aplicación del test AUDIT, sin embargo el consumo de bebidas alcohólicas entre adolescentes se vuelve cada vez más frecuente y está asociado al aumento de la edad y a la escolarización, es así que en la presente investigación se determina que los adolescentes tardíos de 17 a 19 años presentan más riesgo al incrementar su patrón de consumo de alcohol conforme aumenta su edad.

La iniciación cada vez más temprana de los adolescentes en el consumo de bebidas alcohólicas ha sido documentada en este estudio encontrando como edad de inicio de consumo de alcohol los 14,8 años.

En cuanto al sexo existen diferencias entre el consumo de bajo riesgo donde se halla una mayor proporción de mujeres con este tipo de consumo en contraste con el consumo perjudicial donde el mayor riesgo lo tienen los hombres, no existiendo diferencias significativas en el consumo de riesgo y en la probable dependencia.

En este estudio el nivel socioeconómico y la parroquia de residencia de los adolescentes no guardan relación con ninguno de los patrones de consumo de alcohol medidos por el test AUDIT, pero si se observa significancia en la provincia de residencia en cuanto al consumo de bajo riesgo y consumo de riesgo, existiendo mayor prevalencia en la provincia de Zamora Chinchipe, siendo necesario ahondar en las causas del problemas en esta provincia en particular.

Se requiere de la realización de estudios a gran escala para determinar no solo la caracterización socioeconómica y demográfica sino también la diversidad de factores que están incidiendo en la iniciación y prolongación del consumo de alcohol en este grupo vulnerable.