Inicio > Farmacología > Influencia del consumo de medicamentos en la salud de los ancianos > Página 9

Influencia del consumo de medicamentos en la salud de los ancianos

–                                  Coste del medicamento.

–                                  Dificultad para fijar horario.

–                                  Limitaciones físicas: ancianos incapaces para cumplir el tratamiento:

Pérdida de visión, no pueden tragar bien, no tienen fuerza para abrir los envases, etc.

Falta de flexibilidad para llegar a determinadas zonas (medicina tópica).

Dificultad para realizar desplazamientos.

–                                  Efectos nocivos: la más importante

Hábitos nocivos:

–                                  Consumo de alcohol.

–                                  Tabaquismo.

–                                  Variación frecuente de la dosis del medicamento.

–                                  Compartir medicamentos.

–                                  Atesorar medicamentos:

. Guardar medicamentos sobrantes de episodios patológicos anteriores.

. Uso de estos, que fueron utilizados en el tratamiento de enfermedades anteriores para el alivio de síntomas (44)

Cómo ayudar a cumplir el tratamiento

No es una tarea fácil para las enfermeras y los médicos el poder garantizar que los ancianos enfermos cumplan correctamente su tratamiento. Esta afirmación está condicionada por muchos factores dependiendo tanto de las capacidades y condiciones del paciente como del lugar donde se encuentre. No es igual referirse a un anciano ingresado en una unidad de Enfermería de un hospital general que a una anciana enferma que vive sola en su domicilio, de la que se sabe que tiene deficiencias de memoria y visión, y problemas para desplazarse. El control de la medicación del primer caso lo realiza la enfermera, mientras que, para poder garantizar que la anciana del segundo caso siga correctamente el tratamiento, se deberán realizar otro tipo de acciones buscando las formas y recursos para que pueda cumplir el tratamiento y otras personas le ayuden a seguirlo, según sus necesidades y el tipo de ayuda que se haya valorado y acordado brindarle. (29, 30,44)

Cuando el anciano permanece en su domicilio, las personas con las que se puede contar siempre, como recurso muy valioso, son los familiares, amigos, vecinos o personal de Enfermería de atención primaria, de servicios sociales o de organizaciones de voluntariado. (29, 30,44)

A continuación se sugieren unas normas y consideraciones que deben tenerse en cuenta al planificar los cuidados del anciano, para ayudarle a cumplir su tratamiento farmacológico. (29, 30,44)

Controlar el tratamiento:

La mayoría de las personas ancianas, como ya se ha mencionado, toman algún tipo de fármaco de forma habitual o por períodos prolongados debido a cualquiera de sus dolencias. Por eso, cuando a un anciano se le prescribe un tratamiento nuevo por ingresar en el hospital, o con motivo de una visita en la consulta médica, no puede dejar de preguntársele: ¿qué medicamentos toma habitualmente? y ¿cuándo empezó a tomarlos?; además, es necesario conocer a qué fármacos recurre cuando tiene dolor o cualquier otro trastorno. Hay que tener en cuenta que el anciano puede o no decir si está recibiendo otro medicamento, por razones tales como que los consume desde hace mucho tiempo y se le ha dicho que ese fármaco lo tendrá que tomar siempre, porque se lo recetó otro médico, porque lo toma por iniciativa propia o porque en el momento de la entrevista no se acuerda. (29, 30,44)

La información es trascendental para evitar en los ancianos las reacciones adversas que les pueden producir los fármacos. No es suficiente la información que se obtiene en la entrevista inicial, sino que conviene contrastarla y programar visitas en el centro de salud o en el propio domicilio, por lo menos para cuando se termine la cantidad prescrita o cuando soliciten nuevas recetas de los medicamentos. (29, 30,44)

Resulta muy útil la tarjeta de medicación, donde se anotan todos los fármacos que toma aquella persona, cuándo se inicia la administración, cuándo la debe terminar, horarios y forma de tomarlos. También deben registrarse los medicamentos que hayan recetado otros médicos y a los que esporádicamente recurre el anciano. Esta tarjeta puede permanecer en la historia clínica, aunque es más conveniente que la conserve el propio anciano. (29, 30,44)

Éste es un sistema muy válido para llevar el control del tratamiento y, en función de su diseño, puede servir para recordar al paciente la información que ha recibido en la entrevista y, además, facilitar el cumplimiento del tratamiento. . (29, 30,44)

Facilitar al anciano la comprensión del tratamiento:

Una valoración completa de las capacidades intelectuales, físicas y ambientales, así como de las condiciones familiares y de la vivienda del anciano, permite a la enfermera adecuar la información que requiere para organizar su tratamiento; de esta forma pueden superarse la mayoría de problemas que se presentan en los ancianos con las terapias farmacológicas. . (29, 30,44)

La razón por la que muchos ancianos no cumplen bien su tratamiento es, principalmente, la falta de comprensión de las dosis y horarios que se le indican, así como de la utilidad de los fármacos; además, tienen la tendencia a suprimir el tratamiento al ceder la sintomatología o a sustituir una medicación por otra, que, según su criterio, resultará más efectiva. . (29, 30,44)

La persona mayor puede tener dificultades para entender o retener la información que se le da al mismo tiempo:

  1. El mismo interés por atender a la información y no olvidar aquello que se le dice le impide estar lo suficientemente relajado para seguir la explicación y solicitar aclaraciones.
  2. En otras ocasiones, la dificultad para que el anciano comprenda el tratamiento está en la forma en que los profesionales le dan las instrucciones. Por ello habrá que tener cuidado en no mostrar prisa al dar las explicaciones y realizarlo en un lugar apropiado.

Facilitar el cumplimiento del tratamiento:

Es responsabilidad de la enfermera y el médico revisar, con el propio anciano o con la persona más próxima, el régimen de medicación que debe seguir, no sólo cuando se instaure o suspenda algún fármaco, sino periódicamente mientras dure el tratamiento. Con ello puede detectarse cualquier incorrección en la dosis, horario o forma de tomar la medicación, y, si es preciso, adaptar nuevas formas que faciliten al anciano el mejor