Inicio > Enfermería > Cuidados de Enfermería a paciente con neurocisticercosis fundamentado en la teoría de Dorothea Orem > Página 2

Cuidados de Enfermería a paciente con neurocisticercosis fundamentado en la teoría de Dorothea Orem

estudio cualitativo basado en entrevistas, estadísticas, paraclínicos y exámenes especiales; los autores llegaron a la conclusión de que la frecuencia de esta infección está íntimamente relacionada con factores económicos y socioculturales dejando claro también que en América Latina así como en África la cisticercosis siempre ha sido endémica y por ende representa un serio problema de salud pública (6).

Otro estudio realizado por médicos de la Universidad de Carabobo (Rojas G. Aguilar C. Ferrer E. 2007), publicado por la revista Salus, llegan a una conclusión semejante: “al igual que las otras enfermedades olvidadas, actualmente significa un serio obstáculo para el desarrollo socioeconómico y la calidad de vida en países endémicos. La persistencia del círculo vicioso entre pobreza, enfermedad y escaso desarrollo, demuestra la importancia de enlazar las actividades del sector salud con los sectores de educación, vivienda, saneamiento, trabajo, obras públicas, transporte, agricultura, industria y desarrollo económico, con la finalidad de lograr el mejoramiento de la salud, la promoción del desarrollo sustentable de las comunidades afectadas enfocando sus factores de riesgo, control y prevención. En resumen, el abordaje basado en dos aspectos básicos: saneamiento ambiental (disponibilidad de agua y letrinas) y educación sanitaria de escolares y adultos (información y modificación de hábitos de higiene), constituye el fundamento para el control no sólo de la teniasis, sino también de otras parasitosis intestinales, y para la eliminación de otros factores claves en el mantenimiento del ciclo, pobreza/enfermedad. Este ciclo obviamente, mantiene a los llamados “países en vías de desarrollo” en una “eterna vía”, sin llegar al desarrollo. Venezuela no escapa de esta realidad” (8).

La cisticercosis es una infección parasitaria causada por la forma larvaria de la Taenia solium (Cisticercus Cellulosae) también llamado cisticerco de Taenia solium. Afecta principalmente a cerdos y al hombre en el cual el compromiso del sistema nervioso central (SNC) es de mayor gravedad (7). Los cisticercos pueden adquirir 2 formas, la vesicular que es la más frecuente o la racemosa que se considera una larva degenerada de Taenia solium que crece irregularmente en las cavidades del sistema nervioso central (SNC) y excepcionalmente en el parénquima (5).

El mismo estudio publicado por la revista Salus de la Universidad de Carabobo en 2007 (Rojas G. Aguilar C. Ferrer E.), dice que “El parásito de Taenia solium produce 2 enfermedades diferentes; teniasis y cisticercosis, la teniasis, alojamiento del parásito adulto en el intestino humano, donde pone huevos que son expulsados a través de las heces al medio ambiente, la posterior ingestión de estos por el cerdo causa la cisticercosis porcina; cuando el humano consume carne de cerdo poco cocida e infectada con cisticercos (estadio larvario) se desarrolla un nuevo parásito adulto. Accidentalmente, cuando el hombre ingiere huevos de Taenia solium se produce la cisticercosis humana” (8).

Los animales o el hombre adquieren los cisticercos por ingestión de huevos de Taenia solium, en cuyo caso actúan como huéspedes intermediarios. Los huevos son eliminados dentro de las proglótides o con materias fecales por personas que tengan los parásitos adultos en el intestino. Es importante recalcar que el hombre es el único huésped definitivo natural de la Taenia solium, la cual adquiere al ingerir carne de cerdo cruda con cisticercos. Se concluye entonces que el hombre puede ser a la vez huésped intermediario y definitivo de esta parasitosis (9).

Los cisticercos se pueden localizar en muchas partes del organismo pero generalmente comprometen al sistema nervioso central (SNC). Después de esta localización le siguen en frecuencia el tejido celular subcutáneo, músculos, ojos y anexos 7. En el sistema nervioso central (SNC) puede invadir cualquiera de sus estructuras pero la localización más frecuente es el parénquima de los hemisferios cerebrales, seguido de las cavidades ventriculocisternales, espacio subaracnoideo, meninges y la medula espinal (5).

Los efectos fisiológicos del cisticerco en el sistema nervioso ocasionan signos y síntomas fundamentalmente en base a 3 mecanismos que son primeramente la compresión por el efecto de masa, seguido por el mecanismo obstructivo a nivel de los ventrículos y por último los procesos inflamatorios parenquimatosos, meníngeos y vasculares. La neurocisticercosis (NCC) se clasifica en espinal y cerebral, la espinal es poco común pero cuando ocurre puede confundir con manifestaciones clínicas derivadas de la compresión medular, degeneración de la medula, esclerosis lateral amiotrófica, entre otros. Cuando el cisticerco se localiza en el cerebro, se producen a nivel del parénquima nervioso reacciones inflamatorias que se caracterizan por el predominio de elementos celulares como eosinófilos, macrófagos, linfocitos, células epiteloides con la participación conjunta del tejido glial. Se puede deducir de esto que las manifestaciones clínicas de la neurocisticercosis están determinadas por la localización de los procesos patológicos producidos por el parásito, la respuesta inflamatoria del hospedador y la alteración de la dinámica del liquido cefalorraquídeo (LCR) (7).

La sintomatología de la neurocisticercosis es pleomorfa y puede variar en relación al número de cisticercos presentes, su localización y a la respuesta inmune desencadenada por la presencia del parásito (5). Dentro de las principales manifestaciones neurológicas tenemos la epilepsia encabezando la lista ya que se presenta en más del 50% de los casos, seguida por la hipertensión intracraneana que a su vez tiene síntomas característicos como la cefalea, nauseas y vómitos, las psicosis o disturbios psíquicos que a menudo se confunden con otros trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia. Adicionalmente se ven afectados los pares craneanos, principalmente el óptico, el oculomotor y el auditivo presentando la sintomatología correspondiente de cada uno (7).

Para el diagnostico clínico de la neurocisticercosis es muy importante considerar la procedencia del paciente pues generalmente se conocen las zonas endémicas. Toda la sintomatología mencionada anteriormente debe hacer pensar en una neurocisticercosis y exige un diagnostico clínico diferencial con TU cerebral, obstrucción ventricular de otro origen o cualquier causa de compresiones en el tejido cerebral. El electroencefalograma presenta cambios en la mayoría de los casos pero es de poca utilidad para el diagnostico diferencial. Los estudios que se deben realizar en un paciente sospechoso de neurocisticercosis son de tipo radiológico como la TAC, RMN Cerebral, radiografía simple o los métodos de mielografía, ventriculografía y arteriografía con medio de contraste. Otros estudios no radiológicos incluyen fijación del complemento, hemoaglutinación