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Cuidados de Enfermería en la neumonía

Cuidados de Enfermería en la neumonía

Introducción: la neumonía es una inflamación de las vías respiratorias bajas que afecta a el parénquima pulmonar, a los espacios alveolares y al tejido intersticial.

El objetivo principal de este trabajo es dar a conocer los principales síntomas característicos de la neumonía, así como unificar criterios de actuación sobre los cuidados a los pacientes con esta patología.

Cuidados de Enfermería en la neumonía

Autores: Luna Aljama, José *; Parra Moreno, María Dolores **; Serrano Carmona, José Luis ***

* DUE HU Reina Sofía de Córdoba.

** DUE HU Virgen del Rocío de Córdoba.

*** DUE HU Reina Sofía de Córdoba.

Resumen

Metodología: búsqueda y revisión bibliográfica, en las bases de datos más importantes: Cuiden, Pubmed, Cochrane plus; así como en revistas científicas y libros especializados.

Resultados: se ha descrito esta patología, su etiología, manifestaciones clínicas, diagnóstico, tratamiento, así como los principales cuidados de Enfermería.

Palabras clave: neumonía, parénquima pulmonar, infección, diagnóstico, Enfermería.

La neumonía es un proceso inflamatorio pulmonar de origen infeccioso que puede ser causada por múltiples microorganismos (bacterias, virus y hongos), y que podemos clasificar según el grupo de población que se ve afectada en:

a) Neumonía extrahospitalaria o adquirida en la comunidad.

b) Neumonía intrahospitalaria o nosocomial. Es aquella que afecta a pacientes ingresados en un servicio hospitalario al menos 72 horas antes del comienzo de los síntomas o que aparece en los primeros siete días tras el alta.

Factores de riesgo:

Los factores de riesgo más comunes que pueden derivar en una neumonía son:

  • Tabaquismo
  • Enfermedades crónicas: diabetes mellitus, hepatopatías, cardiopatías, enfermedad renal, cáncer, enfermedad pulmonar crónica, SIDA.
  • Malnutrición.
  • Exceso de peso.
  • Demencia.
  • Edad (los niños y las personas de más de 50 años son los más susceptibles de contraer neumonía).
  • Esplenectomía (pacientes a los que se les ha extirpado el bazo) y, en general, pacientes con bajo nivel de inmunidad.
  • Alcoholismo
  • Tratamientos inmunosupresores o con corticoides de manera crónica.
  • Residentes en centros de enfermos crónicos o de tercera edad.
  • Exposición a drogas por vía parenteral.

Manifestaciones clínicas:

Los síntomas de la neumonía más característicos son fundamentalmente respiratorios y de afectación de las vías aéreas bajas:

  • Tos
  • Fiebre
  • Expectoración (tos productiva).
  • Dolor torácico pleurítico (aumenta con los movimientos de la respiración).

En casos de mayor gravedad pueden aparecer:

  • Dificultad respiratoria.
  • Afectación del estado general: sudoración, aumento de la frecuencias cardiaca y respiratoria.

En pacientes ancianos e inmunodeprimidos (bajos niveles del sistema inmunológico), la sintomatología de la neumonía puede ser inespecífica, sin fiebre, o incluso ocasionar el empeoramiento de enfermedades subyacentes.

Cabe distinguir, según la forma de manifestarse los síntomas de la neumonía, dos cuadros clínicos diferentes:

  1. Cuadro clínico típico: comienzo brusco de menos de 48 horas de evolución junto con escalofríos, fiebre de más de 37.5º, tos productiva, expectoración purulenta (flemas con pus), y dolor torácico de características pleuríticas (aumenta con la respiración). Un ejemplo sería la producida por el neumococo.
  2. Cuadro clínico atípico: caracterizado por tos no productiva (tos seca), molestias inespecíficas, y manifestaciones extra pulmonares como dolores articulares y musculares, dolor de cabeza, alteraciones del estado de conciencia o gastrointestinales. Un ejemplo podría ser la producida por Legionella o Mycoplasma.

Diagnóstico:

El diagnóstico de neumonía se basa en los síntomas cardinales ya citados (tos, fiebre y dolor pleurítico) junto con una radiografía de tórax donde se aprecie la infección pulmonar. Con la radiografía se podrá poner de manifiesto la localización, la extensión y las complicaciones añadidas como la presencia de derrame pleural.

La curación radiológica, es decir, la desaparición de la lesión en la radiografía, es casi siempre posterior a la remisión de los síntomas. Es por esto por lo que para constatar dicha curación ha de realizarse un control radiológico aproximadamente a las seis semanas del diagnóstico e inicio del tratamiento. Esto es especialmente importante en los pacientes con factores de riesgo para el desarrollo de cáncer, o en aquellos con persistencia de síntomas, o ante la sospecha de otras enfermedades. En casos complicados o con dudas sobre la posibilidad de tumor, se procede a realizar un TAC torácico.

Para apoyar el diagnóstico de neumonía y para identificar el microorganismo causal disponemos de las siguientes pruebas médicas: