plantea que se pueden diferenciar tres tipos de estrategias, de acuerdo al objetivo que se quiere lograr:
Cognitivas: Las estrategias cognitivas son procesos por medio de los cuales se obtiene conocimiento.
Metacognitivas: Las estrategias metacognitivas son conocimiento sobre los procesos de cognición del aprendizaje por medio de planeación, monitoreo y evaluación. Por ejemplo, el estudiante planea su aprendizaje seleccionando y dando prioridad a ciertos aspectos de la lengua para fijarse sus metas.
Socio afectivas: Permiten al aprendiente exponerse a la lengua que estudian y practicarla».
Cuadro 4. Estrategias, Técnicas y Actividades.
Estrategias
La estrategia, es el conjunto de procedimientos, apoyados en técnicas de enseñanza que tienen por objeto llevar a buen término la acción didáctica, es decir, alcanzar los objetivos
Técnicas
Las técnicas, se consideran como procedimientos didácticos que se presentan para ayudar a realizar una parte del aprendizaje que se persigue con la estrategia
Actividades
Las actividades, son parte de las técnicas, son acciones especificas que facilitan la ejecución de la técnica a las características del grupo
Fuente: Araujo, Hernández, Rodríguez y Pineda 2012.
Clasificación de las estrategias de aprendizaje
Intentar una clasificación consensual y exhaustiva de las estrategias e aprendizaje es una tarea difícil, dado que los diferentes autores las han probado desde una gran variedad de enfoques. Las estrategias de aprendizaje pueden clasificarse en función de que tan generales o especificas son, del dominio el conocimiento al que se aplican, del tipo de aprendizaje que favorecen (asociación o reestructuración), de su finalidad, del tipo e técnicas particulares que conjuntan, etc.
Aun así, autores muestran dos clasificaciones: en una de ellas se analizan las estregáis según l tipo de proceso cognitivo y finalidad perseguidos (Pozo, 1990); en la otra se agrupan estrategias según su efectividad para determinados materiales de aprendizaje (Alonso, 2000). Es evidente que estas estrategias permiten un tratamiento y una codificación más sofisticados de la información que se va ha e aprender, porque atienden de manera básica a su significado y no a sus aspectos superficiales.
Las estrategias de la organización de la información permiten hacer una reorganización constructiva de la información que ha de aprenderse. Mediante el uso de dichas estrategias es posible organizar, agrupar o clasificar la información, con la intención de lograr una representación correcta de la información, explotando ya sea las relaciones posibles entre distintas partes de la información y/o las relaciones entre la información que se ha de aprender y las formas de organización esquemática internalizadas por el aprendiz.
Tanto en las estrategias de elaboración como en las de organización, la idea fundamental no es simplemente reproducir la información aprendida, sino ir más allá, con la elaboración u organización del contenido; esto es, descubriendo y construyendo significados para encontrar sentido en la información. Esta mayor implicación cognitiva y afectiva del aprendiz, a su vez, permite una retención mayor que la producida por las estrategias de recirculación antes comentadas. Es necesario señalar que estas estrategias pueden aplicarse solo si el material proporcionado al estudiante tiene un mínimo de significatividad lógica y psicológica.
Por último, las estrategias de recuperación de la información, son aquellas que permiten optimizar la búsqueda de información que hemos almacenado en nuestra memoria a largo plazo. Alonso (2000) distingue dos tipos de estrategias de recuperación. La primera, llamada «seguir la pista», permite hacer la búsqueda de la información repasando la secuencia temporal recorrida, entre la que sabemos se encuentra la información que ha de recordarse. El esquema temporal de acontecimientos funciona como un indicio autogenerado, que tenemos que seguir (hacia delante o hacia atrás) para recordar el evento de nuestro interés.
La segunda, se refiere al establecimiento de una búsqueda inmediata en la memoria de los elementos relacionados con la información demandada, por lo que se denomina «búsqueda directa». La primera, se relaciona con la información de tipo episódica y es útil cuando ha ocurrido poco tiempo entre el momento de aprendizaje o de presentación de la información y el recuerdo; mientras que la segunda se utiliza cuando la información almacenada es de carácter semántica y puede ser utilizada aun cuando haya ocurrido más tiempo entre los procesos mencionados.
La clasificación realizada por Pozo (1990)
Proceso: Aprendizaje memorístico
Tipo de enseñanza: Recirculación de la información
Finalidad u objetivo: Repaso simple
Técnica o habilidad: Importancia simple y acumulativa
Finalidad u objetivo: Apoyo al repaso (seleccionar)
Técnica o habilidad: Subrayar, destacar, copiar
Proceso: Aprendizaje significativo
Tipo de enseñanza: Elaboración
Finalidad u objetivo: Procesamiento simple
Técnica o habilidad: Palabras clave. Rimas. Imágenes mentales. parafraseo
Finalidad u objetivo: Procesamiento complejo
Técnica o habilidad: Elaboración de inferencias. Resumir. Analogías. Elaboración conceptual
Tipo de enseñanza: Organización
Finalidad u objetivo: Clasificación de la información. Jerarquización. Organización de la información
Técnica o habilidad: Uso de categorías. Redes semánticas. Mapas conceptuales. Uso de estructuras textuales
Proceso: Recuerdo
Tipo de enseñanza: Recuperación
Finalidad u objetivo: Evocación de la información
Técnica o habilidad: Seguir pistas. Búsqueda directa
Fuente: Araujo, Hernández, Rodríguez y Pineda 2012.
Como se señaló anteriormente, Alonso (2000) también ha propuesto una clasificación de las estrategias con base en el tipo de información sobre la naturaleza de la información que se ha de aprender y que puede ser de mucha utilidad para el docente que pretenda inducirlas en los alumnos. En la clasificación propuesta por Alonso (2000) se sigue una aproximación inversa a la anterior, ya que las estrategias son clasificadas según el