Inicio > Oftalmología > Desarrollo tecnológico, su impacto social en el diagnóstico y tratamiento de afecciones oftalmológicas > Página 5

Desarrollo tecnológico, su impacto social en el diagnóstico y tratamiento de afecciones oftalmológicas

crean y los que odian y destruyen.

Bautizado con el nombre de Compromiso de Sandino el programa atendería a 600 mil pacientes por año en instalaciones cubanas y venezolanas, hasta resolver en el año 2016 los problemas de salud visual de 6 millones de habitantes latinoamericanos y caribeños. (2-21)

En América Latina, los necesitados de operaciones oftalmológicas rondan los cinco millones, mientras en el Caribe más de medio millón pierden la visión cada año, muchas veces sin haber sido examinado nunca por un médico. (22) Hasta el inicio de la Misión Milagro, ningún gobierno ni organismo internacional había logrado estructurar un programa que diera respuesta efectiva y en gran escala a los necesitados afectados por diversos padecimientos de la vista, por lo que esta misión será una luz de esperanza para Latinoamérica (20).

Proyecto Misión Milagro

El método empleado consistió en una selección de los pacientes por un personal capacitado bien sea cubano o extranjero adiestrado y entrenado por nuestros médicos cubanos, que en sus respectivos territorios hacen el diagnóstico de la afección y de una manera gratuita son intervenidos en países de América Latina o en Cuba.

El Ministerio de Salud Pública comenzó a formar poco a poco un capital humano que satisficiera la gran demanda de enfermos que existían en los pueblos latinoamericanos afectos de alteraciones oculares, alcanzándose más de 800 oftalmólogos con otros 1000 en entrenamiento, lo que le permitió ofrecer servicios gratuitos en 24 instituciones, nueve de ellas en ciudad de La Habana. Comenzó entonces un programa en el que el habanero Hospital Oftalmológico Ramón Pando Ferrer pasó a ser el puesto de avanzada por el que pasaron pacientes de Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, El Salvador y Uruguay. También de Antigua, Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Suriname y Trinidad y Tobago.

El programa con el tiempo comenzó a perfeccionarse, para disminuir los costos de la atención y ahora, en vez de traer los pacientes a Cuba, se aplica la fórmula de acercar los hospitales a los dolientes y así se construyeron centros oftalmológicos de primera en diversas naciones como Venezuela, Bolivia, Panamá entre otros.

En algunos países, ese proyecto ha sido visto con recelo por ciertos sectores que lo consideran como un perjuicio para sus médicos, pero tales críticas tienen más que todo, un prejuiciado trasfondo político, pues el plan beneficia a pacientes pobres, carentes de programas de seguro, ni recursos para pagar las excesivamente caras operaciones oftalmológicas, por lo que no se compite con la medicina privada en los países involucrados. En Honduras, Brasil, e inclusive en la propia Venezuela, algunas asociaciones y gremios de oftalmólogos, y los circuitos corporativos relacionados con los grandes hospitales privados, han lanzado una campaña en contra de la Misión Milagro, intentando empañar sus propósitos nobles y su carácter humanitario. En el fondo están los intereses de los mercenarios de batas blancas, que ven reducir sus ganancias al «abaratarse» los precios por los servicios profesionales que la Misión presta gratuitamente. En esas «denuncias» se expresa la lógica de la privatización y mercantilización del derecho a la salud y a la vida.

No sólo se ha limitado la misión a atender a los pueblos de los países latinoamericanos, ya sus beneficios se han extendido a países como Italia, Portugal, China y Estados Unidos.

Hernando Calvo, periodista de Le Monde Diplomatique expresó en un artículo publicado el 23 de Agosto del 2006, que en el mundo, hasta ese momento, ningún gobierno, entidad privada, u organismo internacional había logrado estructurar un programa que diera respuesta efectiva y en gran escala a los necesitados. Y dentro de los planes de la “Operación Milagro” está el de trasladar hasta Cuba a estadounidenses y europeos de escasos recursos económicos para curarlos. Y que no son pocos. Según lo proyectado, se aspira a operar de los ojos hasta un millón de personas al año. Parecen cifras irreales, pero en Cuba existen especialistas que, con la alta tecnología con que se cuenta, pueden operar hasta 50 pacientes en diez horas.

Las patologías incluidas en el proyecto de colaboración latinoamericano son el pterigion, catarata, ptosis, estrabismo, miopía, trasplantes de córnea, retinopatía diabética, glaucoma, desprendimiento de retina y algunas otras enfermedades menos frecuentes.

Datos del Ministerio de Salud Pública de la Isla revelan que al iniciarse el mes de agosto del 2007, los médicos cubanos ya habían operado por ese solidario programa unas 750,635 personas afectadas de ceguera y otros padecimientos visuales, con los equipos y la tecnología oftalmológica más avanzada del planeta, en el contexto del ALBA (21).

DESARROLLO DE LA OFTALMOLOGÍA.

La especialidad de Oftalmología no es ajena a los problemas actuales, referidos anteriormente, la avalancha tecnológica en los últimos años ha sido notable, tanto en el orden de la mejor comprensión de los fenómenos médicos o de las enfermedades, como en el desarrollo particular de tecnologías que facilitan el diagnóstico y tratamiento de ellas.

El Desarrollo de la Oftalmología Mundial incluye novedosos aspectos en campos como la Biología celular, la Cirugía refractiva, medicamentos de alta calidad y el crecimiento geométrico de técnicas quirúrgicas y diagnósticas. Muchas veces diferentes personalidades, con toda razón, se han referido críticamente a la situación sanitaria mundial, pero todas ellas han ignorado la falta de visión como grave problema de salud.

La consolidación de una nueva cultura científico – tecnológica que se corresponda con las exigencias y demandas de la realidad, es algo que no sólo es una necesidad, es decir que la ciencia y la tecnología no son neutras, subyacen en el contexto sociopolítico que los ha generado y que las afecciones visuales, son apenas la punta de un iceberg, que se extiende más allá del campo de la salud, y la praxis nos permite aseverar, que la Ceguera y Baja Visión en el mundo, constituye fundamentalmente un grave problema social.

Se produjo un desarrollo a nivel mundial gracias a la microcirugía, la computarización y la microelectrónica aplicada a los equipos; el advenimiento del ultrasonido diagnóstico, el láser terapéutico, los ensayos clínicos con nuevos medicamentos y la profundización en los mecanismos de acción de algunos procesos, ante todo lo cual inicialmente nuestro país se mantuvo aún rezagado, no obstante ya se había asumido la