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Desfibrilación

Desfibrilación

RESUMEN.

Cuando una persona sufre una parada cardíaca o una fibrilación ventricular se le aplica una descarga eléctrica continua que realiza una despolarización del miocardio que ayuda a que el nódulo sinusal comience de nuevo a funcionar.

Desfibrilación

1ª Autora: María Soraya Collado Villaverde

Profesión: Diplomada Universitaria en Enfermería.

Lugar de trabajo: Enfermera del servicio de quirófano del Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).

2º Autora: Cristina Alonso Lorente

Profesión: Diplomada Universitaria en Enfermería. Diploma de especialización en accidentes de tráfico: Emerger encías, reanimación y  transporte sanitario.

Lugar de trabajo: Enfermera del servicio de quirófano del Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza).

PALABRAS CLAVE: desfibrilación, paro cardiaco, fármacos.

INTRODUCCIÓN.

La desfibrilación es una descarga eléctrica de corriente continua de corta duración sobre el tórax que provoca una despolarización del miocardio para que el nódulo sinusal pueda reanudar su actividad eléctrica normal del corazón. (1)

Está indicada en los casos de asistolia, fibrilación ventricular o taquicardia ventricular.

  • Fibrilación ventricular: Es un trastorno del ritmo cardíaco, que presenta un ritmo ventricular rápido (mayor de 250 latidos por minuto) e irregular, que si no se pone remedio se acaba perdiendo la contracción cardíaca y produciendo así la muerte del paciente.
  • Asistolia: No hay latido cardíaco.
  • Taquicardia ventricular: Es una arritmia con aumento de la frecuencia cardíaca provocada por un aumento de la contracción de los ventrículos. Puede provocar la muerte súbita. (2)

DESFIBRILADOR EXTERNO.

La descarga eléctrica se administra mediante unas palas o unos electrodos con forma de palas pegados en el tórax; uno a la altura del II espacio intercostal junto al borde derecho del esternón y el otro en el vértice del corazón en el V espacio intercostal, a nivel de la línea media clavicular izquierda. El desfibrilador es manejado por el equipo médico que va ajustando la dosis de la descarga según se precise y se considere oportuno. En la pantalla del desfibrilador se ve el ECG.

Si se utilizan palas se les pone gel conductor para evitar quemaduras.

La descarga a aplicar es entre 200 y 400 julios en adultos. Siendo la dosis en niños de 4 J por kg de peso. En cada descarga el personal que está reanimando al paciente debe alejarse para que no le llegue a ellos la corriente y puedan sufrirla. Así que deben sujetar las palas con los brazos muy estirados y sin estar en contacto con la cama apretando los botones.

Se va comprobando a través del monitor si el paciente se recupera. En cuyo caso será trasladado a una unidad de cuidados intensivos hasta que esté estable y recuperado completamente. (3)

Existe el  desfibrilador externo automático (DEA) y semi-automático (DESA) en que el aparato avisa al operador de que hay una arritmia para que aplique la energía o completamente automático. Cada vez hay más desfibriladores externos automáticos en  lugares públicos como instalaciones deportivas, centros comerciales, aeropuertos, etc. (4)

DESFIBRILADOR INTERNO.

Se aplica una energía de mucha menor intensidad desde el endocardio por medio de unos electrodos. Se denomina desfibrilador automático implantable (DAI). Y se trata de unos electrodos implantados en las cavidades derechas del corazón en pacientes que previamente han tenido una fibrilación ventricular y que son susceptibles de tener una recaída. (5)

FÁRMACOS USADOS EN EL PARO CARDÍACO.

  • Adrenalina: Aumenta la contractilidad del miocardio, eleva la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
  • Atropina: Aumenta la frecuencia cardíaca y favorece la conducción aurículo-ventricular.
  • Lidocaína: Antiarrítmico.
  • Bicarbonato sódico: Para corregir la acidosis metabólica provocada por la anoxia celular. (6)

CONCLUSIÓN.

Un alto porcentaje de pacientes sobrevive gracias a una actuación médica inmediata. Unos minutos de parada cardíaca son cruciales para la recuperación de dicho paciente y sus secuelas pueden ser casi inexistentes.

Hoy día disponemos de desfibriladores externos automáticos en muchos lugares públicos que pueden ser usados por personal no  sanitario gracias a su sencillo manejo.

BIBLIOGRAFÍA.

(1) López-Herce Cid J, Calvo Rey C, Rey Galán C, Rodríguez Núñez A, Baltodano Agüero A. Manual de cuidados intensivos pediátricos. Madrid. Edit. Publimed 2009.

(2) Montenegro Moncayo DG. La desfibrilación y cardioversión son útiles en patologías que amenazan la vida. Indicaciones y contraindicaciones para cardioversión y desfibrilación. 2015.

(3) López-Messa J, Herrero-Ansola P, Pérez-Vela J, Martín-Hernández H. Novedades en soporte vital básico y desfibrilación externa semiautomática. Medicina Intensiva 2011; 35(5):299-306.

(4) Duran Cardona C, Gutierrez Cano LM, Mira Restrepo D. Factores asociados a la implementación e impacto del uso del desfibrilador externo automático en lugares altamente concurridos. 2015.

(5) Merino Lloréns JL. Aritmología clínica. Madrid, Momento Médico Iberoamericana. 2003

(6) Machado Álvarez, Mayuri de la Caridad, Roque González R, Barrios Osuna I, Nodal Ortega J, Olive González JB, Quintana Pajón I. Nivel de conocimientos en reanimación cardiopulmonar cerebral en el Centro Nacional de Cirugía de mínimo acceso. Revista Cubana de Anestesiología y Reanimación 2010; 9(2):83-94.