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Detección del Virus Papiloma Humano (HPV), método de auto-toma frente a la citología en mujeres a partir de los 30 años

Detección del Virus Papiloma Humano (HPV), método de auto-toma frente a la citología en mujeres a partir de los 30 años

En España no existe una política común de cribado del cáncer de cérvix sino que existen estrategias de Salud Publica diferentes en cada una de las 17 comunidades autónomas. La mayoría de los programas de cribado de cáncer de cuello uterino son oportunistas, con coberturas poco óptimas y con déficits en la equidad y en la eficiencia. Se estima que más del 60% de las neoplasias de cérvix que se diagnostican recaen en mujeres sin cribado o con un cribado inadecuado.

Detección del Virus Papiloma Humano (HPV), método de auto-toma frente a la citología en mujeres a partir de los 30 años

Mónica Zamora Elson. Médico especialista en Medicina Intensiva. Doctora en Medicina. Susana Zamora Elson. Grado en Enfermeria.

Hospital Universitario Arnau de Vilanova. Lleida

Palabras clave: virus del papiloma humano (VPH), auto-toma, vaginal, screening, efectividad, muestra

Resumen:

Es necesario implementar programas de cribado poblacional, aumentando la cobertura de mujeres a partir de 30 años.

El método de cribado de Papanicolau es eficaz para la detección precoz de cáncer de cérvix pero para un subgrupo limitado de mujeres puede generar ansiedad, estudios diagnósticos adicionales y tratamientos innecesarios debido a los sobre diagnósticos que arroja esta prueba.

La realización del Co-Test (citología simultánea con test VPH) ha demostrado una alta eficacia, pero en términos de eficiencia se deben hacer planteamientos más sencillos. No añade mayor rendimiento y eficacia a la prueba de VPH-AR (Virus del Papiloma Humano de alto riesgo) como método único y conlleva un mayor gasto de recursos. La elección del Co-Test debe tener una finalidad transitoria mientras se incorpora e implementa la tecnología para la detección del virus del papiloma humano (VPH). Es por esto que este estudio quiere establecer la sensibilidad y especificidad de una muestra de auto-toma frente a una muestra tomada por un ginecólogo, de esta manera se podrá validar su uso como estrategia de screening para el cribado en primera línea de infección por virus del papiloma humano (VPH) y a su vez aumentar la cobertura poblacional para el cribado del virus del papiloma humano (VPH) y obtener buena aceptación de este método en la población diana.

Introducción

El cáncer de cérvix es el segundo cáncer más frecuente en mujeres después del de mama en el mundo (con aproximadamente 500.000 nuevos casos al año) y el quinto de todos los cánceres (1). Es un tumor propio de las edades medias de la vida. La mayoría de los casos se diagnostican entre los 35 y los 50 años. Sólo el 10% de los diagnósticos se hacen en mujeres mayores de 65 años. En España son diagnosticados unos 2.100 casos anuales, representando el 3,3% de los tumores femeninos, por detrás de los tumores de mama, colorrectales, estómago, cuerpo de útero, ovario y hematológicos. La incidencia en España se puede considerar muy baja, con un descenso muy importante desde los años 60, gracias a los programas de cribado (1).

El cribado de mujeres sanas mediante citología cervical de forma adecuada mantenida ha conseguido reducir hasta un 80-90% la incidencia y mortalidad por cáncer de cérvix (2).

El objetivo del cribado del cáncer de cuello uterino es la detección de lesiones intraepiteliales de alto grado, cáncer microinvasivo y adenocarcinoma in situ. La detección de lesiones de bajo grado no es el objeto del cribado ya que la mayoría son transitorias y no progresan a lesiones cancerígenas (3)

En España en el año 2006, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC), la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP) y la Sociedad Española de Citología (SEC) incluyeron de forma opcional la prueba VPH en mujeres mayores de 35 años en el cribado primario (2).

La posibilidad de obtener una muestra tomada por la propia paciente en el domicilio o en el centro sanitario podría mejorar notablemente el número de casos diagnosticados precozmente. La auto-toma es menos costosa, menos invasiva, práctica para una población a distancia (4-5), y aumenta la participación en las no respondedoras (6). A su vez este método evita la desconfianza, la ansiedad y la vergüenza que provoca la prueba de Papanicolau (7).

Con este estudio se pretende ver la eficacia del método auto-toma en la detección del virus del papiloma humano frente a la citología convencional y a su vez ver la aceptación del uso de este nuevo método en esta población.

Metodología:

La recogida de estudios se ha realizado mediante las mejores herramientas de búsqueda de artículos científicos como son PubMed, Scielo, y MEDLINE. Las palabras clave de búsqueda son: screening, self-collection, y Human Papillomavirus. Los artículos incluidos han sido determinantes para la realización de este estudio.

Desarrollo y discusión:

El cáncer de cuello uterino (CCU) es la tercera neoplasia más frecuente en el mundo dentro de la población de mujeres. La realización del cribado mediante la citología en mujeres sanas ha demostrado claramente su eficacia, puesto que su aplicación de forma adecuada y sistemática ha conseguido reducir en un 70-80% la incidencia y mortalidad por CCU. En los últimos veinte años, múltiples estudios han confirmado que el virus del papiloma humano (VPH) es el agente causal de la práctica totalidad de los casos de CCU y de sus lesiones precursoras. Un número limitado de genotipos de virus del papiloma humano (VPH) de alto riesgo (VPH-AR) está causalmente implicado. Concretamente los virus del papiloma humano (VPH) 16 y 18 que explican el 70% de los cánceres de cuello de útero y los otros 10 tipos virus del papiloma humano (VPH) 45, 31, 33, 52, 58, 35, 59, 56, 51 y 59 explican el 25-35% de los casos restantes.

Toda esta información ha permitido establecer un nuevo modelo de carcinogénesis basado en la persistencia de la infección por virus del papiloma humano (VPH) como elemento imprescindible para el desarrollo de lesiones precursoras y CCU. Sin embargo más del 90% de las infecciones por virus del papiloma humano (VPH) son transitorias e irrelevantes desde el punto de vista carcinogénico (8). En los primeros años de vida sexual se puede observar una elevada incidencia de infección, pero la mayoría de estas infecciones son transitorias y desaparecen espontáneamente. Es a partir de los 30 años cuando aumenta el porcentaje de las infecciones lo que explica el mayor riesgo e incidencia de lesiones precursoras (9).

En España se estima que de la totalidad de mujeres sexualmente activas, 1.938.996 (8) presentan una infección detectable por virus del papiloma humano (VPH), (1.433.389 entre 25-65 años) y 438.358 mujeres presentan una citología anormal (336.441 entre los 25-65 años). Pero teniendo en cuenta las coberturas estimadas de cribado, solamente se detectaría una citología anormal a 287.067 mujeres en 3 años (137.472 células escamosas atípicas de significado incierto (ASCUS), células glandulares atípicas de significado incierto (AGUS), 8.428 mujeres presentarían células escamosas atípicas H (ASC-H), 107.238 lesiones escamosas intraepiteliales de bajo grado (LSIL) y entre 33.930–60.033 lesiones escamosas intraepiteliales de alto grado (HSIL). Como resultado del cribado oportunista, se detectarían 6.139 casos de CIN3 al año. A pesar de todo cada año se seguirán diagnosticando unos 2.511 casos nuevos de CCU y se producirán unos 848 muertes (8).

En España no hay ninguna recomendación nacional para el diseño de la estrategia de cribado del CUU y su aplicación es competencia de cada comunidad autónoma (8), dando lugar a 17 tipos de cribados diferentes (2) . La mayor parte de los programas de cribado de cáncer de cuello de útero son oportunistas, con una cobertura poblacional poco óptima por parte de un segmento de la población que no tiene acceso a un cribado (50%) o con un cribado inadecuado (10%). Estos datos refuerzan la necesidad de la implantación de un cribado poblacional.

La estrategia de cribado actual que se realiza en España tiene como población diana a mujeres que han iniciado su actividad sexual y con edad comprendida entre los 25 y 65 años de edad y debería garantizar una propuesta de base poblacional con mecanismos de evaluación de cobertura (2)

Antes de los 25 años no se realiza ninguna prueba de cribado, independiente de la edad de inicio de las relaciones sexuales u otros factores de riesgo ya que la incidencia de cáncer de cérvix es extremadamente baja y el cribado sistemático no ha demostrado ningún beneficio en la reducción de la incidencia, pero en cambio se ha detectado un elevado número de casos con alteraciones citológicas