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Actualización sobre el diagnóstico y tratamiento de la esquizofrenia y otras psicosis

Realizar una completa descripción de los diferentes cuadros clínicos psicóticos provocados por sustancias toxicas es muy amplio por la gran cantidad de formas de presentación y el gran número de sustancias que pueden inducir semiótica psicótica. Es frecuente que el cuadro clínico aparezca después del consumo crónico del tóxico o su consumo agudo y suele desaparecer luego de suspender el consumo de la sustancia. (48,52). Dentro del diagnostico diferencial se encuentra el delirium o estado confusional agudo por fármacos o tóxicos.

Psicosis infantiles

Esta se refiere a la esquizofrenia infantil que es importante saberla diferenciar de la esquizofrenia en el adulto y a las psicosis dentro de los trastornos generalizados del desarrollo y de los autismos. Dentro de los trastornos generalizados del desarrollo ampliamente se describen el trastorno autista, el trastorno de Rett, el trastorno desintegrativo infantil, el trastorno de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

Los trastornos generalizados del desarrollo se caracterizan por una perturbación que se considera grave y generalizada de varias áreas del desarrollo como son las habilidades de interacción social, para la comunicación o la presencia de comportamientos, intereses y actividades estereotipadas. Las alteraciones cualitativas que se presentan en estos casos son visiblemente impropias, inadecuadas en comparación con el nivel de desarrollo o edad mental del niño. Suelen manifestarse durante los primeros años de vida y asociarse a cierto grado de retraso mental.

A veces los trastornos generalizados del desarrollo se observan en enfermedades médicas como son las anormalidades cromosómicas, infecciones congénitas y anormalidades estructurales del sistema nervioso central. Es necesario conocer que los trastornos generalizados del desarrollo son distintos de la esquizofrenia pero las evidencias han demostrado que un niño con trastorno generalizado del desarrollo puede desarrollar regularmente una esquizofrenia posterior (52).

Esquizofrenia infantil

Considero un reto por muy competente que sea el galeno especializado en Psiquiatría el tener la capacidad de detectar y diagnosticar la esquizofrenia en un niño. Es difícil establecer con seguridad este diagnostico. Y no solamente establecer el diagnostico sino como facilitar que sea aceptado por los padres para que estos permitan realizar un tratamiento adecuado en estos casos. La esquizofrenia es una enfermedad que origina pensamientos y sentimientos insólitos, infrecuentes, extraños y un comportamiento poco usual, que no es el acostumbrado. Es una enfermedad psiquiátrica poco común en los niños, y es muy difícil de reconocer en sus primeras etapas. El comportamiento de niños y adolescentes con esquizofrenia puede diferir del de los adultos con esta enfermedad. Es un desorden cerebral que deteriora la capacidad de las personas para pensar, dominar sus emociones, tomar decisiones y relacionarse con los demás. Es una enfermedad crónica y compleja que no afecta por igual a quienes la padecen.

La esquizofrenia es una enfermedad mental que afecta a algo menos del 1 por ciento de la población de todo el universo con inconexión de razas, clases, progresos, grado de desarrollo, conocimientos y culturas. Según informes de la OMS, perturba a unos 52 millones de personas en todo el mundo. En España por ejemplo, se estima que existen unas 300.000 personas afectadas por este padecimiento y se deduce que, cada año, se diagnostican entre 15 y 30 casos nuevos por cada 100.000 habitantes.

Las esquizofrenias que emergen antes de los 5 años de edad tienen características considerablemente habituales en el autismo, y únicamente una evolución posterior, con la aparición de síntomas psicóticos propiamente dichos, reconocerá un diagnóstico de certeza, seguro, infalible. De hecho, antes de los 3 años, el diagnóstico diferencial es muy improbable, para no decir imposible o inalcanzable. En esta etapa es prácticamente inexistente distinguir y establecer un diagnostico diferencial entre una esquizofrenia de un autismo. Solamente quedará esclarecido en la marcha de nuestro quehacer clínico con el paso del tiempo.

A partir de los 5 años, el diagnóstico diferencial en el caso de la esquizofrenia se va explicando con la representación de síntomas psicóticos (alucinaciones, delirios).

Se pueden percibir algunas señales de alerta en estos niños. El comportamiento de un niño con esquizofrenia puede cambiar lentamente con el paso del tiempo. Por ejemplo, los niños que disfrutaban relacionándose con otros niños e incluso con sus familiares y seres más queridos pueden comenzar a mostrarse tímidos y retraídos, apartados, disuadidos, como si vivieran en su propio mundo. A veces, comienzan a hablar de miedos e ideas extrañas, confusas, sin lógica. Pueden comenzar a aferrarse a sus padres y a decir cosas que no tienen mucho o ningún sentido. Los profesores del colegio alcanzan ser los primeros en darse cuenta de estos problemas.

La enfermedad puede ser de causa hereditaria, pero en un porcentaje bajo que no supera el 25% de las posibilidades sobre todo si se recoge el antecedente patológico familiar de esquizofrenia. Pero si la enfermedad se desato por factores de estrés psicosocial o ambiental o por otras causas que no son genéticas, no hay atribuciones para heredarla.

La esquizofrenia infantil causa alucinaciones amenazantes y pensamientos raros, temerosos y confusos. Las alucinaciones más frecuentes son las auditivas (80%) e incluyen alucinaciones de persecución, de comando, entre otras.

En cerca de la mitad de los casos se presentan ideas delirantes y estas pueden incluir preocupaciones somáticas, ideas de referencia, persecución o paranoia, e ideas religiosas o de grandiosidad, según la Organización de Salud Mental Internacional.

Estos niños suelen estar tan consumidos en sus alucinaciones al punto que descuidan o abandonan deberes diarios normales como bañarse, comer o lavarse los dientes. Presentan comportamiento desorganizado o catatónico, cambios graduales de conducta, cambios extremos de estado de ánimo y tienden a carecer de expresión facial. Generalmente imitan a otras personas repitiendo lo que ellas dicen o copian sus gestos.

Algunos pueden presentar extrema resistencia al cambio y pueden negarse a seguir instrucciones o cumplir con la autoridad. Pueden presentar dificultad en distinguir entre la realidad, y los sueños. Es común que a estos niños le desagraden repentinamente las actividades que antes disfrutaban y pierdan interés en la vida, presentando retirada social y aislamiento. Tienen dificultad en relacionarse con otras personas y frecuentemente no saben qué es correcto decir en ambientes sociales o desconocen la forma apropiada de comportarse entre pares. Su pensamiento es