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¿Cumple con los cánones de la dieta mediterránea nuestro personal sanitario?

RESULTADOS

Se incluyen en el estudio 57 participantes, de los cuales 43 son mujeres (75,43 %) y 14 son hombres (24,57 %). (Gráfico 1). El valor mínimo es de 36 y el máximo de 59, siendo la edad media de 42.2 ± 4.6 años.

El 85.97 % (49 sujetos) de personal trabaja con turnos rotatorios (mañanas, tardes y noches) y el 14.03 % (8 sujetos) trabaja con un turno fijo de cualquiera de los anteriores.(Gráfico 2)

Tras analizar los datos y realizar una diferencia entre patrones de sexo, edad y turnicidad, no encontramos diferencias estadísticas significativas (p>0.05).

El 40.35 % de los sujetos del estudio presentaban normopeso (n= 23), el 50.88 % sobrepeso (n= 29) y el 8.77 % obesidad (n= 5). El valor medio del índice de masa corporal (IMC) es 27.38, con una desviación típica de 4,58. (Gráfico 3)

El 68.42% de la muestra obtuvo un buen nivel de adherencia a la dieta mediterránea (n=39) y el 31.58% (n=18) demostró seguir una dieta de baja calidad alejada de la estereotipada dieta mediterránea. (Gráfico 4)

Se determinó el índice de masa corporal (IMC) para cada grado de adhesión a la Dieta Mediterránea; encontrando dentro del grupo de sanitarios con una buena calidad en su dieta a un 53.85% (21 sujetos) con normopeso y un 46.15% (18 sujetos) con sobrepeso; no se objetivó ningún caso de obesidad dentro del grupo. En cuanto a la muestra incluida dentro del personal con baja adherencia a la dieta mediterránea observamos que sólo el 11.11% (2 sujetos) presentaban normopeso, y el 61.11% (11 sujetos), padecían sobrepeso. A pesar de que los valores más elevados se obtuvieron para el personal con dieta de baja calidad, las diferencias no fueron estadísticamente significativas. (Gráfico 5)

CONCLUSIONES

La alimentación, considerada como uno de los factores influyentes para la obtención de una buena calidad de vida de las personas, está sometida a diversos cambios, generados por las mismas variaciones de la sociedad; como consecuencia, aparecen grupos de población más o menos desprotegidos.

Según algunos estudios6, si comparamos los hábitos alimenticios de la población española con los que serían ideales dentro de lo que define a una dieta equilibrada podríamos afirmar que en general, los españoles consumimos más calorías de las recomendadas, ingerimos demasiados productos de origen animal, lo que conlleva el incremento de la ingesta de grasas y con ello un excesivo aporte de calorías, los carbohidratos, los tomamos de manera insuficiente, la fibra se toma en menores cantidades a las que se recomiendan. Sin embargo, España, al ser uno de los países bañados por el Mar Mediterráneo, forma parte de la Dieta Mediterránea, y como tal, la dieta que consumimos presenta una serie de ventajas al respecto de otras dietas, como son el uso de aceite de oliva, el consumo de pescado como fuente de proteínas, el utilización de legumbres y hortalizas y la ingesta frutas.

Según varios estudios cualitativos sobre los hábitos alimenticios de los andaluces, se puede concluir en que si se mantiene una dieta equilibrada lo más cercana posible a las características de la dieta mediterránea, la evidencia de los consumos, nos muestran tendencias y cambios más saludables 5.

Por lo tanto, el patrón nutricional entre el personal sanitario, puede considerarse como adecuado y, podemos ratificar que son cumplidores en un alto porcentaje de la dieta mediterránea. Sin embargo, los resultados obtenidos tras el análisis del cuestionario, no se corresponden con los datos analizados en cuanto al índice de masa corporal, ya que casi el 60% de la muestra, presenta unos valores por encima de 25, indicador mínimo de sobrepeso. Por tanto, nos planteamos un posible sesgo en la recogida de información a través del Cuestionario de Adherencia a la Dieta Mediterránea por parte de los entrevistados, ya que, como profesional sanitario podría haber modificado su respuesta para obtener un resultado esperado conocido previamente.

Anexos – Cánones de la dieta mediterránea y personal sanitario

Anexos – Cánones de la dieta mediterránea y personal sanitario

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Martínez JA, Astiasarán I, Madrigal H. Alimentación y salud pública. 2ª. Ed. Madrid: Mc Graw-Hill. Interamericana de España, S.A.U. 257 pp; 2002.
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