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El duelo: centrado en la niñez

misma vez. La ayuda es necesaria para que exista un equilibrio en las relaciones humanas ya que todas las personas en algún momento de nuestras vidas necesitamos algún tipo de ayuda.

Si aplicamos la llamada “Mirada Sistémica” de Bert Hellinguer, podemos contactar con todas las fuerzas que están presentes en los niños como son su historia, su familia, sus conocimientos previos…Es por tanto esencial encontrar cual es el orden natural e identificar cuando nos encontramos algún desorden para así poder aceptar donde están nuestros límites y nos hacemos cargo de lo que nos corresponde y no de lo que no nos corresponde (Traveset, M. 2007).

Intervención desde el ámbito de la Enfermería: Los profesionales de Enfermería en la actualidad al igual que los futuros profesionales, tienen la responsabilidad de saber sobre los cuidados al final de la vida, muerte y duelo, ya que se encuentran de manera permanente como profesionales viviendo este tipo de situaciones donde el dolor, la enfermedad, la muerte y las pérdidas están presentes y que esta actitud impide desempeñar unos cuidados enfermeros de calidad. Es por este motivo por el cual el papel de Enfermería exige continuamente responder a las necesidades reales del paciente, de los familiares y de los amigos. Por tanto los profesionales de Enfermería tienen la responsabilidad de desarrollar conocimientos, habilidades y actitudes que promuevan un alto nivel de competencia en esta área, como por ejemplo: la comunicación, la capacidad de empatía, la honestidad, la coherencia y el calor humano, además de adquirir cualidades que sostenga la interrelación profesional durante todo el proceso de muerte y duelo.

Como enfermeras podemos trabajar con el duelo viendo sí está o no resuelto; un duelo está resuelto, es decir, que está bien elaborado cuando se tiene un sentimiento de “agradecido recuerdo” hacía la pérdida sufrida. Cuando nos encontramos ante un duelo mal elaborado encontramos otro tipo de sentimientos y desde nuestro ámbito tenemos que trabajar con la “culpa”. Para trabajar la culpa debemos de tener en cuenta una serie de sentimientos en los cuales la culpa puede verse camuflada, estos sentimientos de los que hablamos son la indiferencia (la persona actúa como si no hubiese pasado nada), la depresión (aquí se manifiestan sentimientos de tristeza y dolor) y el rencor (el cual se expresa mediante una serie de expresiones como por ejemplo “el que la hace la paga”), siendo éste último el más difícil de tratar. Carlos O, 1999 (Tesina).

Debemos de tener en cuenta cuales son los sentimientos por los cuales pasan los niños ante un proceso de duelo y mediante estos podemos trabajar la culpa desde Enfermería. Según Kübler-Ross (1992) los estados de ánimos por los que atraviesan los niños ante un proceso de duelo son:

  • Negación: se suele iniciar al inicio del duelo pero realmente va a estar presente durante todo el proceso hasta la resolución del mismo. Este estado de ánimo se manifiesta en los niños como con indiferencia, no presentan sentimiento alguno ante la pérdida y es por esto por lo que los padres piensan que la pérdida no les ha afectado en absoluto, pero en realidad es un mecanismo protector.
  • Tristeza: cuando los niños se ven sumergidos en este sentimiento se presentan apáticos y piensan que nada tiene sentido. Hay veces que se representa mediante el llanto y es algo que deben de hacer al igual que expresar como se sienten porque es algo que les ayuda a conseguir resolver el duelo.
  • Culpa: los niños, en especial los más pequeños, tienden a pensar que todo lo que ocurre es por su culpa, por tanto en una situación de pérdida pueden llegar incluso a pensar que ellos son los causantes de la pérdida. Es por esto por lo que debemos hablar con ellos para decirles que no ha sido su culpa para evitar que ellos se sientan así.
  • Miedo: es algo muy frecuente en los niños y especialmente cuando la pérdida que han sufrido sea por fallecimiento. Cuando alguien querido muere piensan que la muerte puede llegarle en un momento a ellos o incluso a sus seres queridos. Debemos decirles que es muy poco probable que ocurra pero sí es cierto que es normal que sientan miedo porque los mayores a veces también nos sentimos así.
  • Ira: ante una pérdida un niño puede sentirse enfadado y esto se puede ver reflejado en su comportamiento. Tenemos que entender que el niño se comporte así aunque también se deben de poner ciertos límites a la misma vez que les permitamos dejar que se sientan así.

Además de los estados de ánimos por los que pueden atravesar los niños durante dicho proceso debemos de trabajar con ellos para poder ayudarlos a resolver el duelo mediante las tareas que Worden (2009) estableció y que hemos explicado anteriormente en los adultos. Como se tratan de niños las actividades y la forma de abordar dichas tareas se hacen de manera diferente:

  1. Aceptar la realidad de la pérdida: hay que explicarles la pérdida y en el caso que sea por fallecimiento decirles que ya esa persona no va a volverla a ver pero que se quede con su recuerdo, sus fotografías o que podrá verla en sus sueños. Se les puede recordar el amor que sentía hacía él/ella y permitirles participar en los ritos funerales.
  2. Dar expresión a sus sentimientos: hablar con ellos para explicarles que todos los sentimientos que puedan tener en ese momento al igual sí no tienen ninguno no es nada malo y que se lo tienen que permitir a sí mismos.
  3. Adaptarse al ambiente en el que el difunto ya no está: hay que explicarles que la vida sin esa persona querida va a ser diferente pero que poco a poco se van a ir adaptando a esa situación. Además debemos de decirles que en algún momento pueden sentirse confundidos y ante eso deben de pedir ayuda que por eso no significa que no sean personas válidas.
  4. Invertir energía emotiva en otras relaciones: les explicaremos que en algún momento se adaptaran a la vida sin esa persona y que volverán a sentirse felices y contentos.

Según Albengózar y Zacarés5 (1994) el desarrollo del concepto de muerte, en los niños, va a depender de tres factores como son el nivel de maduración, la experiencia con la que cuenta el niño en dicho tema y del conocimiento del tema a través de la información que le han ido suministrando algunas personas como son su familia, los profesores en el colegio…

Según Mercè Traveset (2007) agradecer tiene que ver con tomar la vida. Una persona que acepta la vida tal y como es quiere decir que está agradecido, pero si por el contrario no acepta la vida tal cual es quiere decir que no tiene un agradecido recuerdo. “Sólo un corazón agradecido puede aprender”.

Bibliografía:

  • Daurella, N. (2003).Traducción de: Ondeath and dying. Barcelona: Debolsillo
  • Pascual, A & Santamaría, J. (05-12-2009). Proceso de duelo en familiares y cuidadores. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 44, pp.48-54.
  • Cid, L. (2011). Explícame que ha pasado. Madrid: Fundación Mario Losantos del Campo.
  • Hellinguer, B. (2008). Órdenes del Amor. Barcelona: Herder. Franke-Gricksch, M. (2009). Eres uno de nosotros. Buenos Aires: Alma Lepik.