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Efectos beneficiosos del café en el metabolismo lipídico

(26, 27) El primer estudio investigó la relación de consumo de café a largo plazo entre la edad de 27 y 36 años, encontrando predominio del síndrome metabólico (MetS) a la edad de 36 años, (26) considerando que la segunda investigación analizó la asociación con el consumo de café en personas entre 27 y 42 años de edad, y los componentes de síndrome metabólico (MetS). (27) En ambos estudios, se utilizaron los criterios del Panel III del National Cholesterol Education Program Adult Treatment (Programa Nacional de Educación del Colesterol en el Adulto, Panel III) para diagnosticar el síndrome metabólico (MetS). (37) Los resultados de ambos estudios, conducidos con cohortes relativamente sanos, con una baja prevalencia de síndrome metabólico (MetS), no mostró asociación significativa entre el consumo de café a largo plazo y la aparición de factores de riesgo de síndrome metabólico (MetS). (26, 27)

En todos los estudios poblacionales cruzados realizados en Japón (28-30), conducidos por Matsuura et al., (28) la proporción de la presencia de síndrome metabólico (MetS), entre los hombres con uso moderado de café eran 0.79 (95% intervalo de confianza: 0.56-1.03) y 0.61 (0.39-0.95), respectivamente, entre el uso moderado de café (≥4 tasas/día) como comparado con los no bebedores. Sin embargo, no se encontró ninguna asociación entre las mujeres. Acorde a estos resultados, Katami et al. (29) se informó que el mayor consumo de café estuvo asociado con una disminución significativa de la presencia de síndrome metabólico (MetS) después del ajuste para el sexo, edad. Más recientemente, Mure et al. 30 demostró que el consumo moderado de café tiene una asociación inversa con los biomarcadores del síndrome metabólico (MetS), incluyendo el adiponectin. Por consiguiente, estos tres estudios concordaron en una asociación inversa entre el consumo de café y el predominio de síndrome metabólico (MetS) en la población japonesa.

Uso del café y riesgo de hígado graso no alcohólico

Se identificaron dos estudios cruzados, (32, 33) y tres caso control (31- 34, 35) que trataron la asociación entre el consumo de café y el riesgo de hígado graso no alcohólico. El primer estudio se realizó en Francia en una muestra de 195 pacientes muy obesos. (32) Todos los pacientes tenían biopsias hepáticas y una encuesta específica que investigan los diferentes tipos de café que usaban. (Café filtrado regular o exprés)

Los resultados demostraron que el consumo regular de café era un factor de protección para la fibrosis hepática. (odds ratio: 0.752; 95% intervalo de confianza: 0.578-0.980). (32) El segundo el estudio cruzado se realizó en los Estados Unidos (EE.UU.) que usó una muestra hospitalaria. (33) A los pacientes con esteatosis hepática diagnosticados por ultrasonido se les realizó biopsia hepática y se les pidió que completaran un cuestionario acerca de la cafeína. Los autores observaron una relación inversa entre el consumo regular de café y la fibrosis hepática, con una diferencia estadística entre la cafeína contenida en el café y la esteato hepatitis no alcohólica (SHNA), organizados en estadios 0-1 o 2-4 acorde al grado de fibrosis. Todos los análisis se ajustaron para la edad, sexo, índice de masa de cuerpo y raza. (33)

En tres estudios caso-control se examinó la asociación entre hígado graso no alcohólico (HGNA) y consumo de café. (31, 34, 35) El primer estudio se realizó en una clínica ambulatoria italiana y un hospital de día. (31) Se estudió un total de 137 pacientes con hígado graso no alcohólico (HGNA) diagnosticados por ultrasonido y 108 controles. El consumo de café se definió según el número absoluto de tazas de café (sólo café exprés), y se graduó como 1 (0 tazas de café/al día), 2 (1-2 tazas de café/al día), 3 (≥3 tazas de café/al día). El modelo multi variable que incluyó el número de tazas de café mostró 37.1% de variación en el grado de fibrosis hepática. (31) El segundo estudio se dirigió en México en una cohorte de 73 pacientes con hígado graso no alcohólico (HGNA) diagnosticados por ultrasonido y 57 controles. [34] Todos los participantes completaron una encuesta dietética para determinar su consumo de café. Los resultados indicaron que la ingestión de café y cafeína era inferior en los casos de hígado graso no alcohólico (HGNA) que en los controles, pero no se observo ninguna asociación entre el efecto proteccionista de café y los marcadores del stress oxidativo. (34 )

Finalmente, Birerdinc et al. (35) realizó un estudio de caso-control (1 782 pacientes con hígado graso no alcohólico (HGNA) y 16 768 controles) usando la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES) de los EE.UU. Los datos de la ingesta de café fueron parte de la Entrevista Dietética. Los resultados indicaron que el consumo de cafeína (en mg) estaba significativamente asociado con una disminución del riesgo de hígado graso no alcohólico (HGNA) (odds ratio 0.999319 0.998955-0.999684 (intervalo e confianza de 95%)). (35) Por consiguiente, todos los estudios disponibles hacen pensar en la disminución del riesgo de hígado graso no alcohólico (HGNA) por el uso de café.

Discusión

El objetivo de esta revisión fue examinar la relación existe entre la ingesta de de café y el riesgo de síndrome metabólico e hígado graso no alcohólico.

Los resultados de los tres estudios llevados en animales convergen en el efecto protector del consumo de café y el riesgo de síndrome metabólico (MetS), y se demostró que el uso de café atenuó el progreso de síndrome metabólico en animales alimentados con dietas de alto contenido graso. (17-19) Al igual que por lo menos cinco estudios experimentales demostraron que el consumo de café mejoró la sensibilidad a la insulina y la infiltración hepática de grasa en modelos animales. (20-24)

En los estudios clínicos y epidemiológicos, realizados en seres humanos, once estudios cumplían los criterios de la inclusión. (25-35) Seis estudios analizaron el riesgo del síndrome metabólico (MetS) (25-30) y cinco el riesgo de hígado graso no alcohólico (HGNA). (31-35) Cuatro de los seis estudios informaron una asociación inversa entre el consumo de café y el riesgo de síndrome metabólico (MetS). (25, 28-30) La dos estudios prospectivos realizados en personas jóvenes con bajo grado de síndrome metabólico (MetS), no mostraron resultados estadísticos significativos entre el grupo control y el cohorte (Amsterdam Growth and Health Longitudinal Study). (26, 27) Por consiguiente, la falta de asociación entre el consumo de café y el síndrome metabólico (MetS) en este caso podría haber sido debida a las características específicas de la cohorte investigada que consistió en personas relativamente saludables. Notablemente, todos los estudios de hígado graso no alcohólico (HGNA) informaron un efecto protector del consumo de café. (31-35) Colectivamente, estos datos indican que el consumo de café puede ser considerado un agente preventivo para los individuos con alto riesgo de desarrollar hígado graso no alcohólico (HGNA).

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