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Efectos del cannabis sobre el aumento de la frecuencia cardíaca

Efectos del cannabis sobre el aumento de la frecuencia cardíaca

El cannabis actualmente es una de las sustancias estupefacientes más consumidas y con una de las edades de inicio más bajas con respecto a otras sustancias. En relación a los adultos, su edad de inicio ronda los 18 años, mientras que si hablamos de adolecentes, esta edad disminuye hasta los 14 años.

Efectos del cannabis sobre el aumento de la frecuencia cardíaca

Sánchez Guio Tania 1 Delgado Sevilla David 2 Barranco Obis Patricia 1 Barranco Obis María Montserrat 1

  1. Máster Universitario en Gerontología Social. Facultad de Ciencias de la Salud de Zaragoza. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa.
  2. Master Universitario en Investigación en Ciencias de la Salud. Universidad San Jorge. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza.

RESUMEN:

Actualmente, el cannabis es producido con objeto de aprovechamiento de sus efectos embriagantes. El tetrahidrocannabinol ó THC, principio activo del cannabis, es una molécula muy liposoluble, por lo que se transporta rápidamente, se almacena, pero su eliminación es muy lenta. La cantidad de tetrahidrocannabinol (THC) que absorbe el consumidor de cannabis, depende principalmente de la vía de administración.

El objetivo principal de este trabajo es dar a conocer los diferentes efectos producidos por el consumo de cannabis en el organismo y desarrollar el efecto bifásico que produce el cannabis con respecto a la frecuencia cardíaca.

PALABRAS CLAVE: cannabis, consumo, corazón, efectos, tetrahidrocannabinol, THC.

INTRODUCCIÓN:

            La relación del cannabis con el hombre es muy antigua, ya que se remonta desde la prehistoria. En un primer momento, el hombre conocía la planta del cannabis y la utilizaba para producir fibra de cáñamo, materia prima para la confección textil. A medida que pasan los siglos, se fue observando que, en contacto con el organismo tenía efectos exóticos, hasta llegar a nuestros días y convertirse en una de las sustancias estupefacientes más consumidas y con menor edad de inicio en nuestro país, España (1).

            Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la población con un mayor consumo de cannabis en los últimos años, sobre todo, es la población masculina, ya que el 38,2 % de los hombres indican que han consumido en alguna ocasión cannabis. Sin embargo, no hay consumo regular tan elevado, ya que de media, solo consumen un 7,4 % de los encuestados. En relación a los adultos, la edad de inicio se sitúa en los 18,5 años (2).

            Si hacemos una comparación con los adolescentes observamos diferencias significativas: la primera diferencia es que en relación al aspecto de haber consumido alguna vez en la vida, los encuestados llegan hasta cifras cercanas al 45 %, y en relación al consumo frecuente; por otro lado, los datos reflejan que lo hacen el 28 % de los adolescentes en Educación Secundaria Obligatoria. La edad de inicio en este tipo de personas se sitúa en torno a los 14 años (1,2).

            Actualmente, el cannabis es producido con objeto de aprovechamiento de sus efectos embriagantes. En nuestros días, conocemos más profundamente la estructura del principio activo de esta planta y la causante de estos efectos.

EL CANNABIS:

El cannabis, tal y como lo conocemos hoy en día, está compuesto por derivados de la planta Cannabis Sativa. Es una droga que se elabora con la resina junto con hojas, tallos y flores y se produce la marihuana y el hachís. La planta produce muchos productos químicos, pero el que va a ser responsable de todos sus efectos va a ser el tetrahidrocannabinol (THC) o también denominado como ∆9-tetrahidrocannabinol (3).

            Los productos elaborados con esta planta se pueden consumir fumados en tipo cigarrillo o por vía oral, aunque el consumidor sentirá los efectos del tetrahidrocannabinol (THC) más rápidamente si es fumado, debido a la gran superficie de absorción pulmonar. Los efectos producidos pueden durar entre dos y tres horas y se sienten de forma casi inmediata si la vía elegida es la respiratoria (3).

            El tetrahidrocannabinol (THC), principio activo del cannabis, es una molécula muy soluble, por lo que llega rápidamente, se almacena, pero su eliminación es muy lenta. Tiene una duración media de una semana, por lo que, un consumidor ocasional de fin de semana no logra eliminar todo el tetrahidrocannabinol (THC) almacenado en su cerebro, lo que puede ocasionar efectos a largo plazo (3).

            Nuestro propio organismo dispone de un sistema en el que interactúan sustratos y receptores cannabinoides, que son los responsables de la sensación de placer, emoción, comportamiento y gratificación (3,4).

            Este sistema está compuesto por receptores específicos cannabinoides, descubiertos de manera reciente. Son los denominados receptores CB1 y CB2. Estos receptores se van a distribuir de manera heterogénea por el organismo, siendo los receptores CB1 los que tienen una mayor presencia en todo el sistema nervioso, y los CB2 en el sistema inmunitario y en órganos relacionados (4,5,7).

Estos receptores, que están asociados a proteínas G, tienen afinidad por los endocannabinoides, que se denominan: la anandamida, el 2-araquidonil-glicerol y la noladina (3).    Su interacción con los receptores produce efectos similares al tetrahidrocannabinol (THC). Estas moléculas se sintetizan a partir de precursores fosfolipídicos de las membranas neuronales. Los endocannabinoides funcionan como neurotransmisores moduladores de la propagación del impulso nervioso (6,7).

            La cantidad de THC que absorbe el consumidor de cannabis, depende principalmente de la vía de administración. La principal vía es la vía respiratoria a través del “porro”. La absorción es muy rápida aunque la cantidad depende de varios factores: profundidad de la respiración, la retención en el pulmón y cantidad de sustancia. Al producirse la absorción tan rápidamente, los efectos son casi inmediatos y en media hora son totalmente completos (3,4).

            El tetrahidrocannabinol (THC) absorbido y traspasado a la sangre se une en una proporción del 97 % a proteínas plasmáticas. Una gran parte es distribuida y captada por los tejidos del organismo debido a su liposolubilidad. El THC es metabolizado en el hígado para aumentar su hidrosolubilidad y poder ser eliminado por orina. La principal vía de eliminación del THC es la orina, aunque debido a ese carácter liposoluble se puede almacenar, el THC y sus metabolitos en la leche materna (3,4).

EFECTOS DEL CANNABIS:

            Debido a la absorción del tetrahidrocannabinol (THC), y su distribución a los tejidos del organismo provocan una serie de efectos (Ver Tabla 1: Efectos provocados por el consumo de THC) que modifican la homeostasis del organismo en varios niveles. El THC dispone de una acción bifásica en relación a la frecuencia cardíaca, es decir, dependiendo de la dosis del principio activo, se generan dos efectos distintos; a dosis bajas de THC, se incrementa la frecuencia cardíaca, sin embargo a dosis muy altas, se produce una disminución en el número de latidos, lo que se denomina bradicardia (6).

            Como hemos citado anteriormente, el THC, principio activo del cannabis, tiene mayor afinidad por sus propios receptores que son: en primer lugar, receptores CB1 que se encuentran principalmente en estructuras del sistema nervioso; y en segundo lugar, receptores CB2 que se van a localizar en órganos y sistemas relacionados con la inmunidad, sobre todo en el bazo y en las células inmunitarias (3,4).