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Eficacia del hatha yoga en adultos mayores

como consecuencia una disminución en la elasticidad alveolar y capacidad vital, con la subsiguiente aparición de enfermedades como enfisemas, pulmonía, pleuritis, entre otras. Los ejercicios físicos influyen positivamente en el aparato locomotor, pues los huesos y músculos absorben calcio y fósforo, y esto los hace más fuertes y resistentes; además, se incrementan la fuerza y elasticidad de los músculos y se produce una verdadera hipertrofia que contribuye a aumentar su capacidad de trabajo y mejorar la movilidad articular. (7)

Diferencias entre ejercicios de yoga y cultura física

Existen numerosos sistemas modernos de cultura física destinados a desarrollar los músculos, por medio de movimientos mecánicos y prácticas. Los ejercicios de yoga no solo perfeccionan el cuerpo, sino que también ensanchan las facultades mentales, incluso el yoqui adquiere dominio sobre los músculos involuntarios de su organismo.

La diferencia fundamental entre la práctica de yoga y los ejercicios físicos convencionales está dada en que los últimos enfatizan los movimientos violentos de los músculos, mientras que el primero se opone a ellos, porque producen grandes cantidades de ácido láctico en las fibras musculares y esto causa fatiga. El efecto de este ácido es neutralizado por el álcali, así como por el oxígeno que se inhala.

El movimiento rápido de los músculos causa una tremenda tensión en el corazón, sin embargo, en el yoga todos los movimientos son lentos y graduales, acompañados de respiración apropiada y relajación.

El dióxido de carbono y otros productos metabólicos provienen de la actividad muscular, un exceso moderado de esta sustancia estimula el corazón y le hace latir más fuertemente. Sobre esta teoría trabajan los modernos expertos en cultura física. Tratan de aumentar la toma de oxígeno para que disminuya la fatiga mientras actúan. (8)

MÉTODOS

Se realizó un estudio experimental de ensayo clínico, tipo terapéutico en fase II en 30 adultos mayores pertenecientes al Hogar de Ancianos «América Labadí Arce» de Santiago de Cuba, para lo cual se suministró una información detallada y se tuvo en cuenta las transformaciones a la que iban a ser sometidos. Se le pidió a cada uno de ellos su consentimiento informado escrito y oral. (9)

Esta institución contaba con 144 adultos mayores, a los cuales se les diagnosticó su validismo funcional al ingresar, lo cual se repetía cada 3 meses, con las escalas de Katz y Lawton y Brody.

Escala de evaluación funcional de Katz: Mide niveles elementales de función física como comer, moverse, asearse, o contener los esfínteres; es decir, se valora la capacidad elemental de la persona para cuidar de ella misma, denominadas actividades básicas de la vida diaria, que constituyen el nivel más bajo de funcionamiento y son consideradas como aquellas imprescindibles para sobrevivir. Por debajo de ellas, tan solo quedan las funciones vegetativas (respiración, mantenimiento de la tensión arterial, excreción y demás). (10)

Escala de evaluación funcional de Lawton y Brody: Es útil en la detección de los primeros grados de deterioro funcional, pues se valoran niveles de funcionamiento más elevados como la capacidad del paciente para realizar tareas domésticas, ir de compras, manejar dinero, entre otras; o sea, actividades que se suponen necesarias para vivir de una manera independiente. Entre los puntos de esta escala, 5 de ellos tienen propiedades de escala, de manera que lo primero que se perdería es el transporte y lo último, el manejo del dinero. (11)

De los integrantes del hogar, 75 cumplieron con los niveles II y III de dichas escalas, clasificados de válidos y funcionales (35 eran internos y 30 seminternos), de los cuales se excluyeron los ancianos que no pertenecían al Hogar, no dieron su consentimiento informado, ambulaban con apoyo de otra persona, tenían limitación física o deficiencia psíquica moderada, grave o profunda, aquellos que se encontraban descompensados por enfermedades crónicas no controladas o no pertenecían al cuarto trimestre de ejercicios físicos convencionales. Se calculó el tamaño de dicha muestra según Neter-Wasserman-Whitmore y resultó ser un total de 30 adultos mayores.

Entre las variables de interés figuraron: sexo, edad, condición en el Hogar (interno y externo), indicadores físicos — se basó en los valores normales de los signos vitales: presión arterial máxima (140-100 mmHg) y mínima (90-70 mmHg), pulso radial (80-60 por minuto), temperatura corporal axilar (37,5-36, 2 °C) y frecuencia respiratoria (24-20 por minuto).

Por otra parte, los indicadores psíquicos se midieron con las siguientes pruebas: escala geriátrica de evaluación funcional (EGEF), la escala de depresión geriátrica de Yesavage, para medir el estado de ánimo, y la escala valorativa del psiquismo. (13,14)

La escala geriátrica de evaluación funcional (EGEF) contiene 5 niveles, los cuales se evalúan en: totalmente independiente (5-4), independiente con ligeras dificultades (3) y dependiente (2-1). Según la escala de Yesavage, se clasificó: normal (0-5), depresión leve (6-9) y depresión grave (mayor o igual a 10). La escala valorativa del psiquismo contiene 5 niveles, que fueron agrupados en: bien (4-3), regular (2) y mal (1-0).

Fueron conformados, aleatoriamente, 2 grupos con los 30 ancianos seleccionados: control (ejercicios convencionales) y estudio (hatha yoga).

Grupo control

Plan de entrenamiento: basado en el Programa para Hogares y Casas de Abuelos. Pertenecientes al cuarto trimestre de ejercicios matutinos. (15)

Los 15 adultos mayores seleccionados aleatoriamente realizaron los ejercicios físicos convencionales, diariamente, durante 30 minutos y al aire libre, por un período de 60 días y guiados por la profesora de cultura física, siempre en los horarios de 8:30 a.m.- 10:30 a.m.

Clase modelo de 30 minutos diarios (toma del pulso previamente)

  1. Ejercicios de lubricación: Lubricación para todas las articulaciones del cuerpo. Marcha. Desplazamiento