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El bienestar subjetivo y el autocuidado de Dorotea Orem

El bienestar subjetivo y el autocuidado de Dorotea Orem: dos enfoques teóricos en común

RESUMEN

El bienestar subjetivo se refiere al juicio que un individuo realiza de su vida en términos positivos, esto es, el grado en que el individuo está satisfecho con su vida. Muchos estudios coinciden en que la satisfacción con la vida, el afecto positivo y el negativo son elementos que constituyen el bienestar subjetivo. Dentro de la satisfacción se encuentra la salud, la cual se puede mantener realizando acciones de prevención, promoción y fomento.

El bienestar subjetivo y el autocuidado de Dorotea Orem: dos enfoques teóricos en común

Autores

Mtra. Blanca Judith Lavoignet Acosta (1), Dra. Teresa Margarita Torres López (2), Dr. Rubén Soltero Avelar (2), Dra. María de los Ángeles Aguilera Velasco (2).

Correspondencia a: Blanca Judith Lavoignet Acosta.

1 Facultad de Enfermería, Universidad Veracruzana, Región Poza Rica-Tuxpan (México).

2 Instituto de Investigación en Salud Ocupacional de la Universidad de Guadalajara (México)

Las causas principales de morbi-mortalidad se pueden prevenir con prácticas de autocuidado. El autocuidado es descrito por Orem (2003), dentro del marco del desarrollo humano, como toda persona que para ser, tener, hacer y estar, necesita la satisfacción y potenciación en condiciones de equidad de satisfactores que le permitan la subsistencia, el afecto, la protección, la participación, el entendimiento, el ocio, la creación, la libertad y la identidad.

Palabras clave: Bienestar subjetivo, autocuidado, salud.

Introducción

El bienestar es subjetivo por naturaleza debido a que es una experiencia del sujeto; si las personas no lo experimentan entonces no puede hablarse de bienestar. Para investigar el bienestar en los sujetos se utiliza como herramienta el reporte, el cual es una síntesis hecha por la persona acerca de su experiencia de vida, la cual incluye aspectos hedónicos, cognitivos, afectivos y místicos (Rojas & Veenhoven, 2010).

El bienestar subjetivo, al ser declarado por la persona, constituye una evaluación integral del mismo. Por ello, la apreciación que la persona hace de su vida la persona no se limita solo a sus aspectos económicos, sino que incorpora aspectos vivenciales tan diversos como su situación de pareja, su relación con hijos o amigos, la disponibilidad de tiempo libre y la gratificación que recibe de sus actividades de ocio, su situación laboral, la satisfacción de sus necesidades psicológicas y materiales, su participación política y muchos más.

También, se incorporan en esta respuesta aspectos humanos tan relevantes como las estrategias de afrontamiento, los rasgos de personalidad, los valores y propósitos de vida, la definición y logro de metas, entre otros. La felicidad no es un constructo académico, sino que es un concepto familiar para las personas (Rojas, 2011).

Dentro de los aspectos humanos o afectos que constituyen el bienestar se encuentra la salud; la salud se produce cuando se devuelve a la gente el poder para efectuar las transformaciones necesarias que aseguren un buen vivir y se reduzcan las causas que atentan contra la salud y el bienestar (Carta de Ottawa, 1986).

No basta con alargar la vida, se debe pretender vivir mejor, en óptimas condiciones bio-psico-sociales; para ello, es necesario tomar una serie de recaudos y cuidados en la salud además de prevenir las enfermedades relacionadas con estilos de vida poco saludables, como las asociadas al abuso de alcohol, tabaco, sedentarismo, estrés y obesidad.

Los estilos de vida pueden entenderse como la forma general de vivir de una persona; así, un estilo de vida saludable comprende distintas condiciones y aspectos de la vida cotidiana, como sentirse bien con uno mismo y con los demás, tener condiciones socio-económicas aceptables, disponer de lugares y oportunidades para la recreación, disfrutar de armonía familiar, alimentarse adecuadamente, entre muchas otras (Roqué, 2010).

El autocuidado incide en el estilo de las personas mayores de vida, ya que comprende todas las acciones relacionadas con la promoción la salud, desde la realización de actividades recreativas, de actividad física, una buena nutrición, la correcta higiene personal, hasta la toma de los medicamentos prescriptos por profesionales en caso de enfermedad.

Es importante considerar que una buena salud es el mejor recurso para el progreso personal, económico y social y una dimensión importante de la calidad de la vida. Para cuidar la vida y la salud se requiere del desarrollo de habilidades personales para optar por decisiones saludables. Es aquí que radica la importancia del autocuidado, y en donde las personas son protagonistas si tienen las herramientas de la información y educación para poderse cuidar (Roqué, 2010).

En el siglo XX, Dorotea Orem propone una definición de autocuidado: el autocuidado de la salud es “una actividad que es aprendida por los individuos y con un objetivo. Es una conducta que existe en situaciones concretas de la vida, dirigida por las personas sobre sí mismas, hacia los demás o hacia el entorno, para regular los factores que afectan a su propio desarrollo y funcionamiento en beneficio de su vida, salud o bienestar (Cavanagh, 1993).

El autocuidado entonces está constituido por las acciones de cuidados que se proporciona una persona para tener una mejor calidad de vida y favorecer el mantenimiento de su salud. El estado de salud de una persona depende, en gran medida, de los cuidados que se brinde a sí misma, aunque por supuesto las condiciones de vida y el acceso a los servicios de salud son esenciales (Roqué, 2010).

Bienestar Subjetivo

De la psicología positiva surge el concepto de bienestar subjetivo (BS), el cual busca conocer la valoración de la satisfacción de la propia vida de las personas, entendida ésta no como un constructo académico o de expertos sino como una vivencia de las personas, como una experiencia de estar bien. Se reconoce, por ello, que es la persona quien debe reportarlo y que no es correcto ni metodológicamente sostenible que el juicio sobre una persona sea hecho por un tercero (Martínez, 2012).

El bienestar es una experiencia de vida de las personas que puede entenderse en tres planos que no son excluyentes entre sí: