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Embarazo en adolescentes

En la tabla Número 4 se observó el comportamiento del riesgo obstétrico modificable en gestantes adolescentes que se presentó en el 79.69% de las jóvenes, siendo los de mayor frecuencia la infección vaginal en el 71.9%, seguidos la anemia con un 26.6%, amenaza de parto pretérmino e infección urinaria en un 10.9%, y 4.68% respectivamente, los cuales fueron modificados en la mayoría de las embarazadas estudiadas en el momento del parto.

DISCUSIÓN

En el presente estudio se observó una alta incidencia de embarazadas adolescentes, de ellas la mayoría interrumpen su embarazo y alrededor de una tercera parte culminan en partos. El embarazo en la adolescencia en el municipio se observó a partir de los 14 años siendo más frecuente en la adolescencia tardía.

La mayoría de los autores plantean que las gestantes con mayor riesgo son las adolescentes. (11,12) Estudios consultados señalan que el embarazo en adolescente se asocia en forma independiente con un incremento en la morbilidad materna y perinatal, así como las hospitalizaciones por complicaciones periparto son muy frecuentes en estas edades, (12) fundamentalmente en menores de 16 años,con predominio de preeclampsia severa, desproporción cefalopélvica, distocias de presentación, hipertensión arterial como defectos más comunes; siendo muy frecuente, la conducta de cesárea. (11,13)

La mayoría de las embarazadas estudiadas parieron en edades correspondientes a la adolescencia tardía; datos que coinciden con estudio cubano que reportan que el 96,7% constituyen embarazo en la adolescencia entre esas edades. (14)

Se presentó un ínfimo número de embarazo en adolescentes menores de 15 años. Resultados similares se observan en estudios realizados por otros autores cubanos, ejemplo, en Santiago de Cuba y Matanzas con menos de un 4% de embarazos en adolescentes corresponde esas edades. (15,16)

La presencia del riesgo de antecedentes de embarazos dentro de las adolescentes grávidas estudiadas es representativo en más de las dos cuartas partes de estas, en particular aquellas jóvenes que interrumpen su embarazo como si este fuera un método anticonceptivo, lo que confirma la importancia de brindar educación para la salud en las jóvenes que se embarazan y coordinar consultas de planificación familiar a partir del momento de la interrupción, para evitar los riesgos tanto por un nuevo embarazo antes de los 19 años o un período intergenésico corto. Estudios señalan en que más de la cuarta parte de adolescentes embarazadas tenía antecedentes de abortos provocados. (17,18)

Un alto número de adolescentes presentó antecedentes obstétricos, aspecto que aumenta el riesgo de complicaciones alrededor del parto en madre e hijo.

Son diversos los riesgos que presenta una adolescente embarazada; una intervención eficaz para evitar el embarazo en estas edades o que aparezca el embarazo unido a otros factores de riesgos que estén presentes con anterioridad es lo ideal; una vez embarazada, se pueden realizar otras acciones que disminuya las complicaciones en la madre o el bebé.

Entre el riesgo asociado al embarazo en estas edades es la captación tardía lo que conlleva a una atención prenatal tardía o deficiente, y se asocia con el riesgo de presentar anemia, deficiencia de hierro y de zinc, alteraciones de la nutrición, entre otras, por lo que en estos casos las acciones fundamentales deben encaminarse a la detección de riesgos modificable en el momento de la captación para disminuir o eliminar este en el momento del parto.

Al observar el comportamiento de los riesgos obstétricos en gestantes adolescentes, cerca de la mitad presentaron condiciones patológicas asociadas; entre los más frecuentes se encontraron la infección vaginal, el parto pretérmino y la anemia, aspectos que pueden ser modificados mediante la labor educativa desde el momento de la captación, y de esta forma disminuir el riesgo para el binomio, madre e hijo en el periparto.

La mayor frecuencia corresponde a las infecciones genitales, debido a diferentes factores entre los cuales se incluyen el inicio precoz de las relaciones sexuales y la falta de responsabilidad ante el coito. (10,19)

 La leucorrea y las vulvovaginitis están entre las afecciones más comunes en las adolescentes; es una realidad mundial que la mayor frecuencia de infecciones genitales, incluyendo las de transmisión sexual; siendo este grupo más susceptible por el mayor número de contactos sexuales sin las medidas de protección adecuadas. (10,18)

La anemia microcítica hipocrómica se distingue como una de las afecciones frecuentes en el embarazo y es más común en mujeres con una dieta inadecuada, como es el caso de las menores de 20 años, donde los caprichos y malos hábitos alimentarios propios de la edad contribuyen al déficit de hierro. En estos casos los riesgos nutricionales se incrementan, y además de la anemia, existen otras carencias nutricionales que colocan en peligro el crecimiento y desarrollo del feto. (16) Se plantean que esta entidad constituye la complicación más frecuente del embarazo en adolescentes, (20,21) pero con mayor incidencia cuando el embarazo se produce luego de 5 años de la aparición de la menarquia. (15)

La amenaza de parto y parto pretérmino es un factor de riesgo en la adolescencia, la prematuridad contribuyen una serie de condiciones presentes con mayor frecuencia en las adolescentes que en las gestantes adultas, como son la malnutrición materna, la anemia y las infecciones. Muchos autores encuentran a estas entidades como una de las problemáticas del embarazo en edades tempranas, (14) algunos lo ubican como la complicación más frecuente, sobre todo si la gestante es menor de 15 años (5, 21) y finalmente en otros no hay diferencia con los grupos controles. (16) La elevada presencia de riesgos durante la gestación inclina a pensar en la necesidad de aplicar intervenciones dirigidas a disminuir dichos porcentajes.

En ocasiones una misma paciente puede presentar varios factores de riesgo que repercuten desfavorablemente y de forma aditiva, en la evolución de la gestación. Esta debe atenderse especialmente durante el embarazo y el trabajo de parto para evitar que evolucione desfavorablemente, ya sea desde el punto de vista materno o feto-neonatal. (11)

Entre los riesgos obstétricos más frecuentes se encuentran infección vaginal, parto