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Enfermería a la vanguardia en técnicas de inicio de alimentación complementaria

Enfermería a la vanguardia en técnicas de inicio de alimentación complementaria

La introducción de la alimentación  complementaria (AC) en la dieta del lactante supone un proceso de gran importancia, tanto para el crecimiento y desarrollo del niño como para el establecimiento de sus preferencias alimentarias, para la progresiva adquisición de autonomía, su interacción con la familia y su incorporación a las tradiciones de su entorno social y cultural.

Enfermería a la vanguardia en técnicas de inicio de alimentación complementaria

AUTORAS

Noelia Murez Mojica. Diplomada Universitaria en Enfermería. SAS.

Arantza Mojica Blanco. Diplomada Universitaria en Enfermería. SAS.

Rosa Aragón Copete. Diplomada Universitaria en Enfermería. SAS.

Los descriptores de la salud que han sido utilizados son: Lactante; alimentación complementaria; lactancia materna; atragantamiento; alimentación complementaria autorregulada por el bebé; alimentación complementaria a demanda.

Además de la edad, el método de introducción de la alimentación complementaria ha evolucionado desde esquemas rígidos con calendarios de introducción de cada grupo de alimentos, a la flexibilidad actual, donde retrasar la introducción de ciertos alimentos parece no tener relación con la prevención de alergias. También la forma de administración de los alimentos sólidos está evolucionando desde los purés y papillas con cuchara a las nuevas tendencias de alimentación complementaria dirigidas por el bebé. Aun así, todavía son muchos los profesionales sanitarios (pediatras y enfermeros) que siguen ciñéndose a dar en las consultas de niño sano la documentación de cómo y cuándo introducir los alimentos de una manera totalmente desfasada y sin ningún  tipo de unificación ni consenso, ya que en una misma ciudad, cada centro de salud tiene sus propias pautas.

La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva a demanda hasta los 6 meses y junto con otros alimentos hasta los 2 años o más. Pero, ¿cómo introducir el resto de alimentos de una manera natural, adecuada y atractiva para el bebé? En los últimos años se ha extendido una nueva tendencia denominada alimentación complementaria guiada por el bebé y directamente con sólidos en lugar de con papillas. El método se basa en dejar al bebé que coja los alimentos y decida llevárselos a la boca cuando esté preparado para ello, sustituyendo al rol pasivo en el que es alimentado por un adulto. Estudios publicados hasta el momento lo presentan como un método seguro y perfectamente aplicable a partir de los 6 meses en niños con un desarrollo psicomotor normal. Además, aporta multitud de beneficios al niño, respeta su propio ritmo y fomenta que desarrolle una buena relación con la comida y, por tanto, unos hábitos saludables.

INTRODUCCIÓN

Tradicionalmente, la introducción de la alimentación complementaria pasa por un periodo de alimentación triturada, hasta que el lactante adquiere las habilidades para tomar comida en trocitos. En la práctica, el momento de la introducción de alimentos no triturados se ha ido retrasando, lo que ha llevado a una mayor frecuencia de problemas en la alimentación en esa edad. Existe un periodo ventana para la introducción de alimentos no homogeneizados, y que pasado este tiempo, se pueden presentar dificultades a la hora de avanzar en texturas y aptitudes masticatorias. Este periodo crítico se sitúa alrededor de los 7 meses de edad. En la forma tradicional, los padres deciden cuándo comienza este proceso. Empiezan a alimentar con cuchara al bebé, deciden cómo y cuándo, empiezan a ingerir sólidos.

En el método en que el niño aprende a comer solo, esto es distinto. Permite que el bebé tome la iniciativa durante todo el proceso y utilice su instinto y sus habilidades. La alimentación sólida empieza cuando el bebé da muestras de ser capaz de comer solo, y va avanzando a su propio ritmo. “Baby led weaning” significa literalmente “destete dirigido por el bebé”, lo que en español hemos venido a denominar “alimentación complementaria a demanda”. Este término fue acuñado por Gill Rapley, matrona, nutricionista y directora adjunta de la Iniciativa de Hospitales Amigos de los Niños (IHAN) de UNICEF en el Reino Unido. Pero el método en si mismo es antiguo y muchas madres reconocen haberlo practicado sin necesidad de haberle puesto nombre. Este método se basa en que sea el propio lactante quien se alimenta llevándose la comida a la boca, en vez de ser alimentado con una cuchara por un adulto.

En esta práctica, el lactante se incorpora pronto a la comida familiar y comparte su menú, manteniendo la lactancia materna. Así el lactante se sienta a la mesa con el resto de la familia, y participa cuando está preparado. Se le anima a experimentar con la comida en cuanto muestra interés, y se le permite cogerla con las manos. Esta comida se presenta en tamaños y formas que el bebé pueda manipular con facilidad, no en purés ni triturada. Se deja que el niño coma solo desde el principio y es él quien decide cuánto quiere comer y cuándo ampliar la variedad de alimentos. Su difusión surge a raíz de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de retrasar la introducción de la alimentación complementaria hasta los 6 meses, en un momento en que el lactante ha alcanzado hitos importantes en su desarrollo, lo que haría posible que se alimentara por sí mismo. Según la Asociación Española de Pediatría (AEPED) y la Academia Americana de Pediatría (AAP) sabremos que el bebé está preparado si:

  • Se mantiene sentado. Esto nos indica que el grado de maduración muscular a nivel digestivo también es suficiente. Si aún no es capaz de mantenerse sentado lo más probable es que la musculatura orofaríngea y sus capacidad de masticar/deglutir también sea insuficiente.
  • Ha desaparecido el reflejo de extrusión (mecanismo de seguridad que tienen todos los recién nacidos para protegerse del atragantamiento, por el que expulsan cualquier objeto que entre en la boca)
  • El bebé muestra interés por los alimentos.
  • Sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos (al acercarle comida, el bebé que tiene hambre abre la boca y mueve la cabeza hacia delante; en cambio, si el bebé está saciado, cierra la boca y aparta la cabeza

Hay que tener cuidado con las falsas señales, entre las más habituales están:

  • Despertares nocturnos. A veces se introducen los sólidos precozmente pensando que el bebé se despierta por la noche porque tiene hambre. Los bebés se despiertan por múltiples motivos. Y si realmente tiene hambre, un menor de 6 meses necesita el pecho o el biberón no sólidos.
  • Hacia los 4 meses de edad la ganancia de peso se ralentiza (sobre todo en los bebés de pecho), es algo normal. Pero algunos padres y pediatras toman esta ralentización de la ganancia de peso como señal para comenzar la introducción de sólidos.

La recomendación se ha establecido a partir de los 6 meses y no antes porque hay evidencia suficiente que demuestra que no es hasta este