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Enfermería en la educación sanitaria a pacientes portadores de catéter vesical

RECAMBIO DEL CATÉTER ¿CADA CUÁNTO TIEMPO SE HA DE CAMBIAR?

Las sondas de látex se cambian cada 15 días y las de silicona cada tres meses. La bolsa/colector se cambia una vez por semana de forma rutinaria. También se utiliza una nueva siempre que se cambie la sonda, si se rompe la bolsa o presente escapes o cuando se acumulan sedimentos o adquiere un olor desagradable. En el caso de que sea una bolsa sin salida (colector abierto) no se puede vaciar cuando esté llena la bolsa, lo que obligará a cambiarla cada vez que se llene. La enfermera es la encargada de programar y realizar los cambios de sonda del paciente.

PROBLEMAS POTENCIALES ¿CONLLEVA RIESGOS SER PORTADOR DE SONDA VESICAL?

Los pacientes portadores de sonda vesical pueden presentar las siguientes complicaciones:

  • Infección urinaria:

La infección del tracto urinario (ITU) consiste en la colonización y multiplicación microbiana, habitualmente bacteriana, a lo largo del trayecto del tracto urinario. El sondaje vesical constituye el factor más predisponente para desarrollar una infección urinaria, incidiendo aproximadamente el 75% de las infecciones del tracto urinario en pacientes portadores de sonda vesical.

Una infección urinaria se considera asociada al catéter urinario si ocurre durante el periodo de cateterización o en las 72 horas tras la retirada de la sonda. El riesgo de adquisición de infección es de 3% a 7% por día de cateterización y la duración del sondaje es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de ésta.

  • Hematuria:

La hematuria es la presencia de sangre en orina. Ocurre a consecuencia de tirones accidentales de la sonda.

  • Globo vesical:

Se denomina así a la retención de orina en la vejiga debido a la incapacidad de poder evacuarla con normalidad por un obstáculo como acodamiento de la sonda, pinzamiento intencional, coágulos, sedimento urinario, etc.

  • Incontinencia urinaria:

Es la pérdida involuntaria de orina, objetivamente demostrable. La colocación de un catéter vesical altera el funcionamiento natural de la micción, por lo que puede alterar los mecanismos de continencia (alteración de esfínteres y músculos del suelo pélvico) una vez retirada la sonda.

RECOGIDA DE MUESTRAS DE ORINA ¿CÓMO SE OBTIENE UNA MUESTRA DE ORINA?

El personal de Enfermería se encarga de recoger las muestras de orina para análisis rutinario y/o urocultivo. La enfermera recoge la muestra de forma estéril: Primero pinza la bolsa de orina lo más próximo posible a la sonda vesical durante una media hora, a continuación desinfecta el punto de punción y tras dejar actuar el antiséptico extrae la muestra por aspiración.

En el caso de pacientes que llevan la sonda vesical con tapón (sin conectar a la bolsa de orina) se retira el tapón y se deja caer la orina al tubo de muestra evitando el contacto directo entre ellos. En el caso de precisar una muestra para urocultivo el procedimiento para la recogida de orina varía según el tiempo de inserción de catéter.

Si la sonda se cambió por última vez hace menos de 2 semanas, la enfermera recoge la muestra como se ha descrito anteriormente, pero si se cambió hace más de 2 semanas, la enfermera puede indicar la sustitución por otra antes de la recogida del urocultivo (de esta forma, evitamos que la muestra sea contaminada por microorganismos presentes en el interior del biofilm establecido en la sonda).

CUIDADOS DE LA SONDA ¿QUÉ CUIDADOS REQUIERE?

  • Lavado de manos previo a cualquier manipulación del sistema del catéter urinario y en la realización de los cuidados perineales necesarios.
  • Lavado diario de la zona genital con agua y jabón. En las mujeres esta limpieza debe realizarse desde la uretra (por donde la sonda sale del cuerpo) hacia el ano, siguiendo siempre la misma dirección: de delante hacia atrás. La higiene es fundamental para evitar infecciones y además del lavado diario, debe asearse minuciosamente la zona después de cada evacuación intestinal.
  • La válvula de salida de la sonda no debe contaminarse, conviene no tocarla y es preciso lavarse las manos antes y después de manejar, vaciar o cambiar la bolsa. Cuando se deba vaciar la bolsa se hará siempre por el orificio de vaciado de la bolsa y no se desconectará la sonda de la bolsa innecesariamente.
  • Vaciar la bolsa con regularidad y hacerlo siempre antes de que se llene por completo (cuando esté a dos tercios de su capacidad) para evitar que la orina rebose y regrese por el tubo hacia arriba o se rompa la bolsa.
  • Asegurar siempre un flujo de orina descendente y continuo. Mantener la bolsa siempre por debajo del nivel de la vejiga y eliminar acodaduras de la sonda y del tubo colector. No debe realizarse el pinzamiento intermitente de la sonda sin motivo. Para movilizar al paciente o trasladarlo de cama hay que pinzar la sonda, evitando siempre pinzamientos de más de 2 horas.
  • Beber abundantes líquidos: agua, zumos, caldo, manzanilla, etc. Se aconseja alrededor de 2 litros al día, para aumentar el volumen de orina y evitar la formación de residuos que taponen la sonda.
  • En los momentos en los que el paciente no lleve bolsa, deberá vaciar la vejiga aproximadamente cada 2 horas desconectando el tapón y con las mismas precauciones para evitar que se contamine.
  • Comprobar que la sonda no esté obstruida: ni doblada, ni enrollada, ni taponada por sangre o moco.
  • Conviene fijar la sonda al muslo con esparadrapo evitando que esté tensa para prevenir tirones y lesiones.
  • Cada día mover suavemente la sonda en sentido rotatorio para evitar adherencias. No movilizar la sonda de dentro hacia fuera o viceversa.
  • Utilizar los sistemas cerrados de recolección de orina, debido a las ventajas demostradas para prevenir la infección de orina.
  • Signos de alerta de que algo va mal:
    • Orina espesa, turbia y con mal olor.
    • Fiebre
    • Inflamación de la zona alrededor de la entrada de la sonda.
    • Sangrado dentro o alrededor de la sonda.
    • Si se recoge poca o ninguna orina a pesar de beber la cantidad adecuada de líquidos.
    • Fuga de orina alrededor de la sonda.
    • Cese brusco en la salida de orina a la bolsa acompañado de fuertes dolores en la zona del bajo vientre.
    • Dolor, enrojecimiento o supuración en la zona de salida de la sonda.
    • Espasmos vesicales (deseo doloroso de orinar y la orina sale alrededor de la sonda).
    • Salida accidental de la sonda.

Si ocurre alguno de estos signos hay que dar el aviso al personal de Enfermería.

CONCLUSIONES

El uso del catéter urinario es restringido, el personal de Enfermería lo colocará en pacientes en los que sea estrictamente necesario, aun así, es un dispositivo muy extendido en la población hospitalizada y comunitaria.

Por ello la educación sanitaria es una parte esencial del trabajo enfermero en pacientes que se ven obligados a llevar una sonda vesical durante un periodo de tiempo determinado o indefinido. La adquisición de conocimientos aumenta la confianza del paciente contribuyendo a una mayor aceptación de la situación, permitiéndole realizar de una forma más cómoda sus actividades normales, contribuyendo así en su calidad de vida. Cuando por causas físicas o psíquicas la situación del paciente no sea la adecuada para recibir la educación sanitaria, ésta se imparte al cuidador principal.

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