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Independencia funcional de pacientes con espasticidad secuelar a enfermedad cerebrovascular, tratados con toxina botulínica y fisioterapia

nervioso somático (musculo estriado) o autonómico (glándulas exocrinas y musculo liso). La aplicación de la toxina en el musculo inhibe la liberación de acetilcolina en la unión neuromuscular. El mecanismo de acción abarca dos vías, la primera bloquea, y la segunda afecta las fibras musculares esqueléticas. 14

Además, la toxina del Bacillus Botulinus debilita y relaja el musculo hiperactivo producido por el síndrome de motoneurona superior, produciendo cambios mecánicos en el musculo, ayudándolo a ser más elongado, permitiendo restaurar el balance muscular entre los músculos agonistas y antagonistas. 15 Tiene un efecto que se inicia progresivamente a los 2-3 días, hasta alcanzar su máximo aproximadamente al mes y mantiene la duración hasta los 4 meses, por lo que su efecto es transitorio debido al brote de nuevos terminales axonales. 16

Por su parte, la Toxina Botulínica tipo A (TBA) presenta las siguientes contraindicaciones:

Absolutas: Alergia conocida al medicamento, infección sistémica o en el sitio de inyección, embarazo y lactancia.

Relativas: Enfermedad neuromuscular asociada, coagulopatía asociada, uso de aminoglucósidos. Las limitaciones al uso de la toxina en el tratamiento de la espasticidad son: no tener asegurado un programa de rehabilitación integral, posterior a la aplicación, presencia de contracturas fijas, falta de cooperación del paciente, presencia de anticuerpos antitoxina botulínica. La toxina, es un medicamento seguro y fácil de usar, ayuda a reducir el uso de medicamentos antiespásticos orales y no presenta interacciones medicamentosas de importancia. 17

Es fundamental para obtener una óptima respuesta al tratamiento con toxina botulínica la adhesión a un programa activo de fisioterapia por parte del paciente, ésta podrá contar con distintas modalidades como ejercicios de estiramiento de la musculatura inhibitoria afectada, electro estimulación del grupo muscular opositor y músculos debilitados durante la actividad y ejercicios de elongación con peso buscando el desarrollo máximo de la función motriz de los músculos antagonistas.

En vista de la importancia con respecto a la enfermedad cerebrovascular (ECV) y sus secuela se han realizado a nivel internacional múltiples investigaciones referentes al tema: La American Heart Association (AHA) en Diciembre del 2013 publicó un artículo titulado “Heart Disease and Stroke Statistics2014 Update: A Report From the American Heart association.”, donde determinan que las mujeres tienen menor riesgo de enfermedad cerebrovascular (ECV) ajustado a la edad en relación a los hombres, demostrando que la edades comprendidas entre 45 y 84 años son de menor riesgo para las mujeres, resultado que tras alcanzarse los 85 años de edad suele invertirse, de la misma manera, se concluyó que dentro del periodo 2000 al 2010 hubo una alta frecuencia de enfermedad cerebrovascular (ECV) en las edades comprendidas entre 45 y 60 años disminuyendo luego de los 60 años. 18

Pedro J García Ruiz, en agosto del 2012 realiza revisión en “Aplicaciones de la toxina botulínica en neurología” donde indica que la toxina botulínica se usa rutinariamente en enfermedades relacionadas con exceso de contracción muscular, incluyendo distonía y espasticidad. 19

Al respecto Shaw, L. Et. Al., en mayo del 2010, en un ensayo controlado aleatorizado multicéntrico, titulado “BOTULS” donde se evalúa la efectividad clínica y el coste-efectividad de tratar la espasticidad de las extremidades superiores debido a una Enfermedad cerebrovascular, con la toxina botulínica tipo A, obteniendo como resultado, mejoría en el tono muscular en un mes, fuerza de las extremidades superiores a los tres meses, actividades funcionales de los miembros superiores en uno, tres y doce meses. 21

En este orden de ideas Anderson, L. y colaboradores, en octubre del 2013 realizaron una investigación titulada “Medida de la independencia funcional con escala FIM (Medida de Independencia Funcional) en los pacientes con eventos cerebrovasculares del hospital militar central de Bogotá, en el periodo Octubre 2010 Mayo 2011”, donde concluyeron que la enfermedad cerebrovascular (ECV) afecta la funcionabilidad del paciente y por lo tanto su calidad de vida, lo que hace importante la evaluación objetiva de la funcionabilidad ya que permite establecer metas individuales en rehabilitación, por lo cual las escalas de valoración funcional deben realizarse para hacer objetiva esta medición. 10

Majid Ghasemi, y cols. en Mayo 2013, realizaron artículo titulado “revisión bibliográfica sobre la eficacia y seguridad de la toxina botulínica: una inyección post stroke espasticidad”, donde concluyen que la toxina botulínica es un tratamiento efectivo para la espasticidad posterior a enfermedad cerebrovascular en comparación con otras opciones de tratamiento como terapias orales con diazepam, dantroleno sódico, baclofeno, clonidina, gabapentina, colocando como tratamiento de elección para reducir el tono muscular y la espasticidad post ictus la aplicación de toxina botulínica. 22

De acuerdo, a todos los estudios realizados previamente, en la efectividad de la toxina botulínica y escasa investigación en el Hospital Central de Maracay sobre esta terapéutica el equipo investigador se planteó como objetivo general: Evaluar la independencia funcional de pacientes con espasticidad secuelar a enfermedad cerebrovascular, tratados con toxina botulínica y fisioterapia en el Hospital Central de Maracay en el periodo 2011-2013 y como objetivos específicos determinar las características sociodemográficas, establecer las características clínicas de la muestra estudiada, evaluar la independencia funcional a través del test FIM con respecto al tiempo de