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Estrategia educativa para el desarrollo de la comunicación profesional-laboral en los alumnos del primer año de la Licenciatura en Tecnología de la Salud, perfil de Electromedicina

A propósito de estas aspiraciones, expresadas por autoridades de la educación a nivel mundial, se elaboró el conocido informe Delors (1997) que define aquellos pilares o saberes en los que se debe sustentar la educación de las nuevas generaciones. En el documento se expresa:

“Todo hombre deberá ser educado para aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir. (9)

 El primero indica que el hombre debe aprender a conocer, ello significa que debe llegar al dominio de acciones que le permita producir el saber, lo cual se conoce también como aprender a aprender. Este proceder aleja al alumno de la categoría de consumidor-reproductor y recopilador del conocimiento para ubicarlo en la de productor y utilizador.

Es indudable que este aspecto es en la actualidad una preocupación de los educadores del mundo y se conocen herramientas apropiadas para lograrlo a partir del llamado aprendizaje desarrollador.

También se define el aprender a hacer en el campo de las habilidades y competencias, lo cual constituye una tarea de la escuela dirigida hacia los procesos de aplicación, por lo que se denomina con mayor claridad como aprender a aplicar los conocimientos y habilidades intelectuales en diferentes circunstancias que se requieran.

Aprender a ser está relacionado con la formación ciudadana, la cual refleja todos los rasgos deseables en el individuo educado en normas de conducta, valores éticos, etc. demostrados en plena interacción social.

Todos los saberes expresados anteriormente se producen en los diferentes contextos en que el hombre se desarrolla, por ello la escuela, además de la familia y la comunidad, emprende tareas concretas e intencionadas que se expresan en la utilización del contenido de las asignaturas como soporte potenciador para fundamentar acciones específicas que le permitan al alumno hacer valoraciones y tomar posiciones específicas.

Cuando la escuela tiene en su poder un buen diagnóstico individual y grupal puede entonces, trazar estrategias educativas dirigidas tanto a lo particular de cada alumno, como a lo general grupal.

Es la escuela quien tiene las mejores condiciones para educar en la condición del saber ser porque cuenta con personal calificado para ello, aunque también la familia y la comunidad pueden contar con condiciones adecuadas con el apoyo de la propia escuela, lo cual se conoce como educación familiar.

Aprender a convivir está caracterizado por todas aquellas normas que exige la convivencia entre personas y que se produce en todos los contextos posibles, es decir, el de la familia, la comunidad, la escuela e incluso en lo laboral.

Se aprende a convivir en tanto se educa al hombre para ello. Las últimas normas de convivencias dirigidas o intencionadas con un sentido educativo se dan en la escuela, expresado ello en las normas de convivencia escolar.

Generalmente no se educa al alumno para las relaciones de convivencia, en las que se requiere además, de las habilidades profesionales y en general las competencias, otras habilidades que le permitan desarrollar la profesión aprendida, esto se refiere a habilidades profesionales generales o laborales. Estas habilidades están constituidas por acciones que se dan en las relaciones laborales y que acompañan a cualquier proceso, ya sea constructivo, de servicio, del quehacer científico y productivo, las artes etc.

Es criterio del autor, que en la formación laboral no puede dejar de estar presente el desarrollo de los siguientes aspectos:

  • Conocimientos y habilidades de la profesión adquiridos a través de un aprendizaje desarrollador.
  • Educación ciudadana integral adquirida de forma consciente y expresada en el modo de actuación cotidiano.
  • Habilidades profesionales generales referidas a las formas de actuación en el contexto de las relaciones laborales.

1.2 Concepciones teóricas acerca de la formación laboral.

Para lograr la formación laboral de profesionales con la capacidad de vivir en un mundo con tendencias al cambio, la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos (convivir), para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. Por supuesto, estas cuatro vías del saber convergen en una sola, ya que hay entre ellas múltiples puntos de contacto, coincidencia e intercambio.

Partiendo de lo anterior son muchos los que han investigado sobre la formación laboral, abordando diferentes definiciones que se orientan esencialmente hacia el aprender a conocer y el aprender a hacer. Las otras dos formas de aprendizaje dependen de circunstancias aleatorias, cuando no se les considera una mera prolongación, de alguna manera natural, de las dos primeras.

A continuación se definen algunos de estos conceptos:

  1. J. Cerezales, considera la formación laboral como:

«Proceso de transmisión y adquisición por parte de los alumnos del conjunto de conocimientos, habilidades, procedimientos y estrategias que se necesitan para analizar, comprender y dar solución a los problemas de la práctica social; encaminados a potenciar el “saber”, el “saber hacer” y el “cómo hacerlo; orientado por el sistema de valores adquiridos tanto en las clases como en la experiencia cotidiana. Está presente en todo el proceso educativo, tanto dentro como