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Estrategias de afrontamiento y actitudes ante la enfermedad crónica

Quiceno, et al., en el año 2009 (46) llevaron a cabo un estudio desarrollado en Colombia que tuvieron como objetivo identificar la relación existente entre estrategias de afrontamiento y estrés en un grupo de personas con VIH/SIDA de la ciudad de Medellín. Participaron 50 pacientes diagnosticados con Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y como resultado los autores afirman que las estrategias de afrontamiento más utilizados fueron refrenar el afrontamiento, expresión emocional, religión, búsqueda de apoyo profesional, control emocional y evitación comportamental, como se puede observar, son estrategias de afrontamiento centrado en la emoción.

El autor Carrobles et al., en el año 2003 (47) muestra tras un estudio que un estilo de afrontamiento activo con una confrontación adecuada de las emociones estaría relacionado con un mejor nivel de la función inmune, y que el afrontamiento activo cognitivo conductual estaría relacionado con un mayor bienestar y unos estados afectivos positivos; mientras que el afrontamiento de evitación estaría relacionado con estados afectivos negativos y un menor apoyo social percibido. Este mismo autor afirma que aquellos pacientes de VIH/SIDA que han

afrontado activamente la enfermedad y están mejor adaptados psicológicamente toleran mejor el tratamiento antirretroviral, presentan mejores tasas de adhesión al tratamiento e informan de un mejor bienestar subjetivo.

El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (48) menciona a la enfermedad del Parkinson como a un grupo de enfermedades llamadas trastorno del movimiento. Son cuatros los síntomas principales: temblor, rigidez, lentitud en los movimientos y deterioro del equilibrio. Es una enfermedad crónica que muchos investigadores piensan que la enfermedad es una consecuencia de una combinación de susceptibilidad genética y exposición a uno o más factores ambientes que desencadenan la enfermedad.

El objetivo del estudio llevado a cabo por investigadores en la Alianza del Parkinson (49) es conocer la relación entre los estilos de afrontamiento y su implicación en la calidad de vida de los pacientes con Parkinson, para llevar a cabo el estudio reunieron una muestra de 85 personas con Parkinson que fueron reclutados por la Alianza de personas con Parkinson provenientes de Estados Unidos, Canadá, Francia, Sudáfrica y Reino Unido. Todos los participantes realizaron dos cuestionarios: el cuestionario “Coping with Health Injuries and Problems” (CHIP) y el “Parkinson’s Disease Questionaire-39” (PDQ-39). Los resultados obtenidos son que las estrategias de afrontamiento tienen un impacto directo en la calidad de vida de personas con Parkinson, y que aquellas estrategias usadas a resolver el problema (centrado en el problema) con una actitud positiva se asocia con mayores niveles de calidad de vida que aquellos que afrontan la enfermedad a través de estrategias centrado en la emoción y teniendo una actitud pasiva. Además, los resultados mostraron que manteniendo una actitud positiva y expectaciones positivas sobre la salud tiene el mayor impacto positivo en la calidad de vida que cualquier otro mecanismo de afrontamiento.

Discusión

De acuerdo con la revisión bibliográfica llevada a cabo sobre se ha encontrado que aquellas estrategias de afrontamiento centradas en el problema se asocia con una mejor adaptación y control sobre la enfermedad crónica y además de un bienestar psicosocial percibido por el enfermo crónico mejor, mientras que aquellas estrategias centradas en la emoción se asocia con una percepción de fatalismo, catarsis y desadaptación a la enfermedad. Por lo tanto, en esta revisión bibliográfica coincide con la afirmación del autor Ms. Pakenham et al, 1997, en el cual las estrategias de afrontamiento orientado al problema tiene mejor resolución y ajustamiento que las que están orientadas a la emoción.

Respecto a la relación entre los estilos de afrontamiento y la calidad de vida, se ha encontrado en los estudios revisados que aquellos pacientes que utilizan un afrontamiento activo dirigido a resolver el problema perciben una mejor calidad de vida que aquellos que se centran en emplear estrategias centradas en la emoción. Los estudios analizados afirman que el enfermo trasplantado de riñón tiene una mejor calidad de vida global respecto a aquellos enfermos renales que utilizan la hemodiálisis y la diálisis peritoneal debido a una mayor autonomía y decisión sobre la enfermedad y de la utilización de un afrontamiento centrado en el problema. En aquellos enfermos con cáncer se afirma que las estrategias de evitación hacia la enfermedad correlacionan negativamente con la percepción de la calidad de vida; además de consecuencias desfavorables con un mayor deterioro psicosocial.

En los enfermos de EPOC que a menor afrontamiento emocional parecer haber influencias positivas en el bienestar físico y social en pacientes con EPOC, y que sugiere que los pacientes con EPOC con estilo de afrontamiento de evitación se relaciona con una calidad de vida pobre. De igual manera ocurre en aquellos enfermos cardiópatas crónicos en el cual se demuestra que el afrontamiento centrado en la emoción evidenciado en poca búsqueda de solución de problemas, predice una peor calidad de vida. En los enfermos de fibromialgia los resultados obtenidos ponen de manifiesto que el uso de estrategias de afrontamiento pasivas o dirigidas a la emoción ante el dolor (por ejemplo, la religión) se asocia con un mayor grado de desadaptación, coincidiendo con diferentes trabajos o con estudios que muestran cómo el uso de estrategias de afrontamiento pasivas se asocian con una sintomatología depresiva empeorando la calidad de vida de los sujetos, así como con una adaptación negativa al dolor.

Lo mismo ocurre en aquellos enfermos de artritis reumatoides donde el dolor es el síntoma central y los resultados predicen un porcentaje de leve a moderado del ajuste en indicadores de dolor, depresión y ansiedad; y además, que el dolor está muy relacionado con la discapacidad y un peor estado de ánimo en los pacientes.

En los pacientes diabéticos se ha encontrado que aquellos diabéticos que afrontan de modo conductual (afrontamiento centrado en el problema) presentan menores niveles de estrés mientras que aquellos que se centran en el estilo afectivo (centrado en la emoción) parecen más estresados y además, que aquellos adolescentes con DM1 que afrontan la enfermedad centrados en el afecto no se aproximen al problema y por tanto, adhieran menos a las conductas pilares del tratamiento, y por tanto se traduce en un peor control del plan terapéutico. Sobre los enfermos con VIH/SIDA que emplean un estilo de afrontamiento centrado en la emoción se puede afirmar que mostraron un perfil psicológico con un mayor grado de ansiedad y niveles de depresión significativamente más altos que los otros grupos crónicos, así como una autoestima significativamente menor.

También afirma que los pacientes seropositivos manifestaron mayor preocupación por su salud, mayor grado de interferencia de la enfermedad en su vida y una percepción de apoyo emocional menor que en enfermos oncológicos y pacientes con otras enfermedades crónicas. En el caso de las personas con Parkinson, se muestra que las estrategias de afrontamiento tienen un impacto directo en la calidad de vida de personas con Parkinson, y que aquellas estrategias usadas a resolver el problema (centrado en el