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La evolución humana en la visión filosófica de Teilhard de Chardin

oculta, pero secretamente activa —y que un buen día emergió triunfante de entre las demás – sin duda en el corazón mismo de estos Neandertaloides, cuyo haz fecundo y probablemente muy antiguo hemos señalado más arriba. Dentro de toda hipótesis hay un hecho cierto y que todo el mundo admite.

El hombre que observamos en la tierra, al final del Cuaternario, es verdaderamente ya el Hombre moderno, y además en todos los aspectos. Anatómica? entre, en primer lugar, sin duda alguna posible. Esa (frente alta, con órbitas reducidas; esos parietales ampliamente abombados; esa cresta occipital débil y bien entrada bajo el cerebro que se dilata; esa mandíbula libre, con mentón prominente; todos estos caracteres tan marcados en los últimos habitantes ya definitivamente los nuestros.

CONCLUSIONES Y APORTE FINAL

CONCLUSIONES:

Para dar respuesta al asunto implícito en el estudio es preciso darle unas pinceladas a algunos aspectos de gran relevancia y que ofrecen una riqueza profunda sobre la experiencia científica y filosófica de este gran hombre. Teilhard intenta ver al hombre desde las coordenadas espacio-temporales en que está situado, esto significa que para comprender al hombre no se le puede aislar de la realidad que vive, sino hay que situarlo en el corazón del mundo que está en proceso de evolución. Su objetivo es ver el hombre desde la perspectiva cósmica. Hasta ahora la filosofía se ha ocupado ampliamente de los problemas cosmológico y antropológico, éste último ha pasado a ser el centro de la filosofía moderna y contemporánea.

En la relación hombre-cosmos se descubre una gran paradoja: el hombre pertenece al cosmos, nace y se realiza en él, pero al mismo tiempo lo trasciende, va más allá del determinismo físico. Su existencia: reflexión y transformación del mundo, lo convierte en el espíritu vivo del cosmos. Biord R, (1985) en su estudio “Teilhard de Chardin 30 Años Después” señala que: sentido al hombre

Teilhard sentía dentro de sí una imperiosa exigencia de buscar un sentido al hombre y al mundo, que sus investigaciones científicas le hacían descubrir en proceso de evolución. Su hiperfísica como una visión de la totalidad era sin duda algo novedoso y hasta atrevido. (Pág. 43).

Ahora bien, Teilhard será ante todo un enamorado de la Humanidad, con una fe inquebrantable en su éxito se acercar al origen del hombre para otear sus posibilidades. Desde la ciencia tiene la intuición de un mundo en evolución, en el cual la realidad no está hecha, sino está haciéndose. Tiene una fe inamovible en el progreso humano y en la acción transformadora de la naturaleza. Pero también alimenta una profunda fe en Dios.

Para dar respuesta al objetivo general de este estudio documental como fue Analizar la Evolución Humana según la Visión de Teilhard de Chardin, es oportuno remar sobre el análisis encontrado en el objetivo específico referido a examinar el concepto del hombre, develar la evolución humana y su alcance humanista evolutivo en el cual se concluye lo siguiente:

  1. De la contribución principal de la temática de contenido ofrecida por Teilhard de Chardin se puede inferir que su idea principal representa una respuesta trascendental a los problemas planteados por el contexto circunstancial en que vivió.
  2. Este gran hombre de profundidad científica ha sabido realizar en sí una magnífica síntesis dinámico-vital en que quedaban integradas su apasionante punto de vista científico, su reflexión humano-filosófica y su profunda delicadeza en la cual alcanzaba a Dios desde el devenir cósmico. Este método teilhardiano está centrado en la inquietud creciente de ver el desarrollo cósmico e interpretarlo en su totalidad.
  3. Ver al hombre como ser cósmico implica estar atentos a observar la totalidad de la realidad en su devenir y constitución, insertar al hombre en este desenvolvimiento de las fuerzas físicas. Las ciencias nos hacen descubrir una realidad esencialmente dinámica, lo que nos muestra que una interpretación del hombre si quiere ser verdadera deberá captar todo este dinamismo humano en el devenir cósmico.
  4. El origen del ser humano es un proceso continuo de personalización. El hombre se está haciendo, progresa y trasciende. Hacerse hombre es hacerse persona, realizar el propio proyecto vital en su originalidad y unicidad, por medio de un camino de unión del yo al abrirse al encuentro interpersonal con el otro, la familia, la sociedad y por ende a la Humanidad en su totalidad.
  5. Desde este cambio de conciencia a la autoconciencia, la personalización propuesta por Teilhard se presenta como un camino orientado al ser más. Es una tendencia constitutiva que la lleva a crecer continuamente, un proceso de personalización abierto a nuevas posibilidades, a encontrarse con un marco filosófico que busca la libertad y asumir personalmente la construcción de sí mismo, y de la Humanidad.
  6. La condición humana más importante es ser-siempre-más, ya que, esto nos llevará a una opción por un centro trascendente y real que recoge y totaliza irreversiblemente toda la energía humana del ser en evolución.
  7. Este Punto Omega, término de la evolución, es Dios que consuma todas las personas en la plena comunión consigo mismo. Comunión en la cual todos al unirse a Dios continúan siendo personalmente lo que son en cuanto tal.
  8. No todo termina sino que queda abierta la interrogante acerca del futuro del hombre. ¿Sabrá la persona asumir la evolución y hominizarla?, ¿querrá el hombre acrecentar la Humanidad, hacerla progresar por medio de la unión? ¿Llegará algún día el momento de la convergencia? Teilhard se muestra optimista frente al futuro, y tiene razones para ello. La antropogénesis se nos presenta hoy más que nunca como un reto para el Hombre.
  9. La persona humana ahora se abre a un sistema social, tecnológico que le permitirá definir roles, establecer normas para convivir y compartir.
  10. La Evolución cambia el paradigma de un ser determinado a uno indeterminado, que no solo es motivado sino que entra en contacto con diversos factores sociales y psicológicos donde su comportamiento estará condicionado por creencias, sentimientos y actitudes.
  11. Las relaciones humanas fructifican en la productividad y al incremento de la efectividad de todo proceso evolutivo.
  12. Ser más es hacerse permeable al dialogo que permite el intercambio de información y fluidez en las relaciones humanas

En virtud de este proceso evolutivo, se une un proceso único y universal que abraza toda la realidad humana que al confrontarlo con los aportes de Biord R, (1985) vemos que “Teilhard de Chardin ha sido un hombre de ruptura que se ha adelantado a su tiempo abriendo caminos nuevos” (Pág. 44). En el mismo orden de ideas al revisar este aporte y al compararlo con invitaciones realizadas sobre el tema en estudio encontramos que Urosa J (1976) en si investigación titulada