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Factores familiares y su relación con el estado nutricional en la edad escolar

por distintos procesos del cambio que puedan facilitar y promover la adaptación de la familia a una situación determinada. La familia es un ente activo y es por ello que todo tipo de evento que cause tensión, ya sea que tenga origen dentro de la familia o fuera de ella repercute en este sistema. Se dice que frente a estos cambios se requiere un proceso de adaptación, con cambios contantes de las interacciones y de la reglas en miras a mantener tanto la continuidad de la familia, como el crecimiento de sus miembros. Para evaluar la funcionalidad familiar se ha elaborado instrumentos: Olson, Porther y Bell habían iniciado un análisis de funcionalidad con un grupo de escalas construidas con lenguaje asequible para niños desde los doce años de edad.vAunque en la actualidad hay más test como el de Apgar y El test FF-SIL, (Abelson & Fishburne, 2013).

 Ciertamente varias entidades nosológicas ameritan incluir este enfoque, particularmente las que atañen a grupos vulnerables destacando la importancia de constar con los conocimientos y habilidades para la obtención y uso de información familiar. (Medalie, 1987 & McWhinney, 1995 citados en Alba, 2012, págs. 1,183). La funcionalidad aparece asociada a diferentes características del sistema familiar: como la cohesión, flexibilidad, comunicación, estrés, conflictos, emociones, vínculos, entre otros, que actualmente contamos con varios instrumentos cuantitativos y cualitativos (Beavers & R., 1995) (Moos, Moos, & Trickett, 1989) (Olson, 1991)citados en (González Sala, Gimeno Collado, & Meléndez Moral, 2012).

 Por otra parte, los niños se han considerado los miembros más vulnerables a múltiples causas de morbilidad y mortalidad que incluyen las diferentes formas del síndrome de mala nutrición, particularmente desnutrición crónica y anemia por deficiencia de hierro, problemas prioritarios de salud pública en el Ecuador. Así tenemos que en un estudio realizado en México (1995), se concluyó que la disfunción de la dinámica familiar se asocia significativamente a la desnutrición primaria grave del niño (Taborda, 2011).

Si bien clásicamente se han estudiado como causas de déficit en el estado nutricional infantil a la disminución del aporte calórico proteico, aumento de las pérdidas nutricionales o aumento del gasto energético y como causas de sobre nutrición a la ingesta desordenada de alimentos y los problemas hormonales; poco o nada se ha hecho por investigar el entorno familiar.

Es así que este estudio surge ante la necesidad de ampliar la visión del estado da salud infantil, pues el estado nutricional no ha mejorado a pesar de las medidas adoptadas por las autoridades y el personal de salud a cargo ya sea en países en vías de desarrollo como en los desarrollados. El enfoque biopsicosocial centrado en la familia y su funcionalidad no sólo ayuda a conocer mejor los factores que intervienen en el estado nutricional infantil, sino que también permiten lograr una intervención efectiva para corregirlos.

 Es así que Cortés y Äviles, (2011) en su estudio Factores demográficos, crianza e historia de salud: Vinculación con la nutrición y el desarrollo infantil, encontraron que los niños de familias extendidas se aproximaban más a los parámetros normales de longitud, exteriorizan mayores recursos conductuales para el cuidado del infante que las nucleares, al compartir las responsabilidades de crianza y cuidado entre todos los integrantes, tanto jóvenes y adultos, constituyendo así una experiencia social más enriquecedora para el desarrollo del infante. (Cortés & Avilés, 2011).

 Además, en la edad comprendida entre 1 y 4 años el niño se encuentra en pleno desarrollo biológico, físico, psíquico y social; y por lo tanto requiere necesariamente que sus necesidades nutricionales sean cubiertas adecuadamente. Algo de gran importancia en nuestro país son los objetivos que como fueron planteados previamente de los cuales entre los siete de los Objetivos de Desarrollo del Milenio están el (erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, reducir la mortalidad en niños, mejorar la salud materna, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y combatir la VIH/SIDA, malaria y otras enfermedades) son relacionadas directamente a nutrición. La malnutrición tiene un impacto negativo en el desarrollo económico y perpetua la pobreza directamente a través de las perdidas en la productividad; e indirectamente a través del retraso en el desarrollo cognitivo y nivel de escolaridad alcanzado; y de las perdidas relacionadas con el aumento en el costo de servicios de salud (Medalie 1987).

 El estado de nutrición es un conjunto de funciones armónicas y solidarias entre sí, tiene lugar en todas y cada una de las células del organismo, de las cuales resulta la composición corporal, la salud y la vida misma.

 Sin embargo Taborda et al. (2011) en su estudio “Funcionalidad familiar, seguridad alimentaria y estado nutricional de niños del Programa Departamental de Complementación Alimentaria de Antioquia” evidencio que a familias con un mayor número de integrantes tienen mayor riesgo de que los niños puedan desarrollar desnutrición crónica y retraso en el crecimiento, al igual que un niño que viva en un hogar disfuncional tiene 1,14 veces el riesgo de desarrollar desnutrición crónica destacando la importancia de la caracterización de las familias y su funcionalidad. (Taborda-Restrepo, Pérez-Cano, & Berbesi-Fernández, 2011, págs. 13,14). Al igual que Pally y Mejía (2012) quienes encontraron como factor de riesgo significativo para la desnutrición hogares con la presencia de otros hermanos menores de 5 años, asociándose con la competencia por lo alimentos y disminución del tiempo de cuidado materno. (Pally Callisaya & Mejía Salas, 2012, pág. 95).Al actuar la familia como fuente de salud o enfermedad, nos manifiesta la importancia de conocer todas las características de la dinámica familiar tal como lo han expresado varios autores en investigaciones anteriores donde se asocia la funcionalidad familiar, conductas de riesgo y enfermedades como Florenzzano (Florenzzano, 1992), Huerta-Martínez (Huerta-Martínez N, 2001) y Vázquez-Nava (Vázquez-Nava F, 2003).

 De igual manera González et al. 2007, mediante la aplicación del APGAR a núcleos familiares de niños de 12 a 24 meses donde la menor puntuación fue un factor de riesgo de déficit longitud/edad, lo que demostraría que la disfunción familiar sería un factor de riesgo del estado nutricio del niño en el largo plazo, generando desnutrición crónica y retardo en el crecimiento linear. (González-Rico, Vásquez-Garibay, Sánchez-Talamantes, & Nápoles-Rodríguez, 2007, págs. 143,151) Sin embargo Sandoval-Montes et al. 2010, en su estudio “Obesidad en niños de 6 a 9 años. Factores socioeconómicos, demográficos y disfunción familiar” donde no identificaron asociación entre disfunción familiar y obesidad, pero hubo más familias disfuncionales y probablemente disfuncionales en los niños obesos. (Sandoval-Montes, y otros, 2010). Al igual que lo mencionan Bellot et al. (2010), donde en niños menores de 5 años más de 50% fueron niños eutróficos y en su mayoría pertenecían a familias normo funcionales al igual que los niños con sobrepeso. (Quintilla, & Vargas Loroño, 2010).

 Ciertamente la funcionalidad familiar se desarrolla dentro de un entorno dinámico que vive en constante cambio quizá ahí radica una limitante importante de las discrepancias actuales en relación a la funcionalidad y múltiples patologías o condiciones de vida como lo menciona (Flores González et al 2012) donde el 65.1% de los niños escolares con sobrepeso y obesidad presentaron algún tipo de disfuncionalidad en su núcleo familiar, de los cuales el 26.8% por ciento tenían peso normal que se contrasta con lo encontrado por (Cesani 2010), donde se sostiene la probabilidad de que los niños que pertenezcan a hogares con contextos desfavorables presentan más sobrepeso. (Flores & Sánchez 2012). Demostrando la necesidad de indagar aún más el papel que desempeña la dinámica de las familias en el desarrollo de enfermedades relacionadas con la nutrición, logrando indagar signos o síntomas de estas enfermedades desde etapas tempranas de la vida y evitando secuelas en este grupo vulnerable, principalmente en primer nivel de atención donde el Médico de Familia actúa como ente principal dentro del Modelo de Atención Integral de Salud (Olson 1991).

 Preocupados por estos graves problemas en nuestra realidad entidades internacionales como la UNICEF, PMA Y OPS trabajan juntos contra los problemas del estado nutricional del niño y la desnutrición infantil apoyando al Gobierno en la estructuración y diseño participativo de varias acciones integrales, en el fortalecimiento de procesos de educación nutricional y en la generación de espacios y redes de participación y vigilancia ciudadana para el cumplimiento del derecho de las niñas y niños a una adecuada nutrición.

Debido a que la desnutrición infantil representa un problema difícil de erradicar. Desde el vientre y hasta los cinco años se da una de las etapas más importantes en la vida de un ser humano, determinante para su desarrollo físico y mental. Es unja etapa definitiva, porque lo que allí sucede