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Factores de riesgo y autocuidados de las Personas Usuarias de Drogas Inyectables

prevenir el VIH/SIDA; estas acciones promovieron la modificación de las conductas de riesgo, evidenciando que es un proceso social, más que una decisión individual. ⁹

En la lógica del autocuidado de la salud sobre las PUDI, existe un referente reciente del tema, elaborado por Ovalle-Marroquín, quien desde una perspectiva fenomenológica recolectó experiencias asociadas a las prácticas simbólicas, que analizadas desde la perspectiva de la salud, se puede establecer que son la esencia de muchas de las conductas de riesgo. Las experiencias trastocan el tema de la autodestrucción por la asunción frecuente de severos riesgos de salud. También se evidenció, que frente a la exclusión y rechazo social de las instituciones, así como del personal de salud, al no contar con apoyo, las PUDI optan por la autocuración. Se observó que las autocuraciones son estrategias recomendadas por los pares, con el objetivo de enfrentar situaciones riesgosas asociadas con el consumo sin asistencia médica. ¹²

Con base en lo anterior se puede establecer que las autocuraciones que ejecutan las PUDI, entendidas como prácticas de autocuidado, son fuertemente motivadas por el rechazo, el abandono social y la discriminación por parte del personal de salud. ¹²

También existe una oscilación de los usuarios entre la autodestrucción y la supervivencia, ya que por un lado autoinfligen severos daños corporales al inyectarse drogas de manera compulsiva, y a la vez, realizan actividades autocurativas para disminuir daños. Este fenómeno revela la motivación ambivalente de las PUDI hacia su salud. ¹²

Para reforzar lo antes dicho, a favor del efectivo cambio de comportamiento en personas que usan drogas, existen más estudios que destacan que los usuarios asumen prácticas de reducción de daños, que requieren de autoconocimiento y autocontrol, por ejemplo; evitan el uso de determinadas drogas difíciles de controlar, analizan la calidad de las sustancias o algunos evitan mezclar drogas, además optan por la experimentación motivada por el placer y no por la necesidad. ¹³

Desde la perspectiva sanitaria, el consumo de drogas es una enfermedad cuya certeza es un autodaño irremediable del propio individuo, el cual es visto como un desahuciado temporal o permanente, en función de sus periodos de adicción. Esta interpretación un tanto radicalizada, trunca la posibilidad de visualizar otras relaciones terapéuticas y médicas para los usuarios y las sustancias. ¹⁴

La construcción social que se ha generalizado sobre el adicto, es la de un sujeto carente de conciencia y conocimientos, o en su defecto, la de una persona desmotivada e incapaz de cambiar. Replanteando esta idea, los estudios aquí mencionados reconocen en los sujetos una capacidad de agencia que busca incidir favorablemente en el mundo que les toca vivir. Desde esta lógica se desanclan concepciones impuestas por las ciencias de la salud para apreciar a los usuarios de manera diferente. Es en este sentido las PUDI asumen prácticas de autocuidado para mantener la integración social y afectiva, aun en el contexto de consumo de drogas. ¹³

Resumidamente se observa que las PUDIS asumen severos riesgos de salud que tienen su origen al momento de inyectarse sustancias, siendo la posibilidad de adquirir VIH uno de los más peligrosos. Sin embargo, la posibilidad de sufrir una sobredosis puede llevar al usuario a la muerte. Además tienen la posibilidad de adquirir VHC, abscesos cutáneos e intramusculares. Cabe mencionar que el hecho de administrarse heroína y otras sustancias, genera dependencia biológica y síndromes de abstinencia que causan deterioro físico, cognitivo y social al individuo, sin mencionar el estigma por parte de la sociedad en general, además de instituciones sanitarias. Resulta delicado hacer evidentes los peligros anteriormente señalados, ante el bajo nivel de respuesta hacia los problemas de las PUDI por parte de las instancias de salud, y los bajos recursos económicos y humanos invertidos en Latinoamérica.

Pese a estas adversidades biológicas y sociales a las que se enfrentas los consumidores de drogas, existe evidencia que indica que enfrentan los peligros de manera consciente. En la medida que su medio y situación se los permite, las PUDI mitigan riesgos y ejecutan autocuidados preventivos para preservar su salud. Estas evidencias también muestran que las PUDI modifican comportamientos de riesgo, por conductas más saludables. Este último dato es esperanzador, ya que se hace evidente que es posible lograr avances en lo individual y lo colectivo, y que responden positivamente ante los programas de salud. Estos hallazgos podrán sustentar la implementación de recursos y estrategias epidemiológicas para reducir la morbimortalidad en esta población.

Referencias bibliográficas

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