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Fisioterapia basada en la evidencia científica. Métodos, recursos y repercusiones

 

Fisioterapia basada en la evidencia científica. Métodos,  recursos y repercusiones

RESUMEN:

El acceso a una información válida, actualizada tanto en el diagnóstico, como en la prevención y en el tratamiento de diferentes patologías es imprescindible para proporcionar un servicio de calidad basado en la evidencia científica.

Hoy en día, gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, obtenemos diversos recursos que nos  facilitan revisiones sistemáticas y guías de práctica clínica, ayudándonos a superar algunas de nuestras dificultades para realizar una práctica basada en la evidencia.

Fisioterapia basada en la evidencia científica. Métodos,  recursos y repercusiones

AUTOR: María Inchusta González. Fisioterapeuta. Servicio Navarro de Salud. Osasunbidea.

PALABRAS CLAVE: fisioterapia, evidencia, calidad y recursos.

INTRODUCCIÓN:

La búsqueda de la calidad, el avance y la progresión en la ciencia y el crecimiento de nuestra profesión hacen que la fisioterapia basada en la evidencia científica sea de gran interés.

La práctica de fisioterapia basada en la evidencia es la integración de:

  • La mejor evidencia clínica externa, obtenida a través de la investigación científica.
  • La propia experiencia clínica.
  • El contexto del paciente incluyendo sus preferencias y expectativas.

ORIGEN:

La fisioterapia basada en la evidencia es el resultado del empleo en fisioterapia del modelo existente de Medicina Basada en la Evidencia (MBE).

Cuando hablamos de Medicina Basada en la Evidencia (MBE) cabe destacar varias figuras:

Archie Cochrane, investigador médico británico, quien en 1972 subrayó a través de su libro la Eficacia y Eficiencia: Reflexiones al azar sobre los Servicios de Salud, la importancia de la utilización de pruebas de ensayos controlados aleatorios por su fiabilidad en la información para una medicina más eficiente y eficaz. Esto impulsó al desarrollo posterior de la Cochrane Library, una base de datos de revisiones sistemáticas y la creación del centro Cochrane del Reino Unido y el internacional Cochrane Collaboration.

Por otro lado, Gordon Guyatt fue quien utilizó por primera vez el término de Medicina Basada en la Evidencia (MBE). Guyatt junto a sus compañeros de la universidad de Mc Master en Ontario, David Sackett, Brian Haynes, y Petter Tugwell, explicaron, simplificaron y organizaron los principios básicos de la Medicina Basada en la Evidencia (MBE) para la práctica clínica en el libro Epidemiología clínica: Una ciencia base para la medicina clínica.

OBJETIVOS:

Con su aplicación se persiguen principalmente dos objetivos:

  • Potenciar todas las aptitudes y competencias del fisioterapeuta tanto en la investigación como en su experiencia clínica para que las integre en su práctica profesional.
  • Garantizar una asistencia de máxima calidad.

MÉTODOS:

Los métodos principales de los que disponemos para la práctica basada en la evidencia son:

  • La revisión sistemática.
  • Las GPC (guías de práctica clínica)

La revisión sistemática consiste en una lectura y síntesis crítica de la literatura biomédica original y más relevante relacionada con el tema.

Las guías de práctica clínica son documentos que recogen las recomendaciones desarrolladas en base a la evidencia científica para ayudar al profesional sanitario y a los pacientes en la toma de decisiones más adecuada para resolver un problema clínico en el momento y lugar en el que se presenten dudas.

El  Institute of Medicine,  una organización de EEUU no gubernamental, sin ánimo de lucro,  establece una serie de características propias de una buena GPC (guía de práctica clínica):

  • Validez: las recomendaciones deben basarse en una minuciosa revisión bibliográfica. A su vez al aplicarse en el contexto para el que se creó debe producir los resultados y costes esperados.
  • Fiabilidad o repetitividad: una elaboración de la guía realizada por otros profesionales usando la misma evidencia científica y metodología debería llegar a las mismas recomendaciones.
  • Reproducibilidad: su utilización por diferentes usuarios ante un contexto clínico parecido conlleva a una aplicación similar de las recomendaciones.
  • Aplicabilidad clínica: Las recomendaciones propuestas se adecuan a los contextos y poblaciones para los que está definida la guía.
  • Flexibilidad: en ella deben reflejarse todas las alternativas de manejo posibles siempre que sean razonables. Igualmente recogerá las excepciones para su aplicación.
  • Claridad: utiliza un lenguaje comprensivo y preciso y una estructura bien definida que facilite su uso.
  • Participación multidisciplinar: elaborada por los diferentes profesionales que puedan estar implicados en el tema.
  • Revisión planificada: debe mostrar las novedades en el tema y asegurar una actualización de las recomendaciones.
  • Documentación: debe incluir proceso de elaboración, personas que han colaborado y la evidencia científica analizada.

DIFICULTADES

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