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Formación Científica en el estudiante de Medicina

través de la confrontación de información recopilada en fuentes bibliográficas y en la propia práctica médica, alcanza mayores niveles de sistematización en la medida que los estudiantes operan con dicho contenido en un proceso reflexivo, a través de diversas estrategias didácticas que le permiten la apropiación consciente y autorregulada, llegando a descubrir aquellos aspectos que posibilitan las respuestas y soluciones a los problemas de partida.

En tal sentido, se coincide con D. Bock (citado por Fuentes, 2001) cuando afirma que son objetivos de la formación científico – profesional, el dominio de la lógica de la construcción científica; la innovación permanente y la solución de problemas, aplicando los avances de la investigación y sobre la base del desarrollo de competencias.

“La formación científico- profesional es el proceso dirigido al desarrollo de capacidades y de la competencia investigativa, de los futuros profesionales, sobre la base de la conciencia actitudinal, conceptual – valorativa y estratégica del proceso de investigación científica.” (Dusú, 2004).

Quiere decir que en el desarrollo de las asignaturas propias de la disciplina de Morfofisiología, el proceso de enseñanza aprendizaje debe ser guiado en relación con los requerimientos de la formación científica, dirigido a preparar a los educandos en el dominio consciente de la lógica de la construcción científica que puedan aplicar, de manera creativa, en la detección, anticipación y solución de los problemas de salud que se presentan durante el ejercicio de la profesión, estimulando así su actitud investigativa y de acuerdo con la naturaleza epistemológica de las ciencias morfofisiológicas.

En consecuencia, la formación de las competencias investigativas que resultan del proceso de enseñanza – aprendizaje de las asignaturas morfofisiológicas debe darse en un proceso científico – profesional que incorpora a los estudiantes de forma activa y directa al estudio de los problemas que emergen de la realidad profesional para abordarlos desde una determinada perspectiva epistemológica e instrumentar estrategias, que permitan su transformación social, así se entiende la formación de un estudiante competente, para que pueda desempeñarse en el ejercicio de la profesión, aplicando creativamente los contenidos morfofisiológicos, en relación con los de las ciencias clínicas en tanto aprenden conceptos, habilidades y desarrollan valores que les permitan abordar los problemas de salud con el rigor que aportan los métodos teóricos de la investigación.

De tal manera, la dinámica del proceso formativo de esta disciplina debe estar impregnada de los requerimientos didácticos que desarrollan en los estudiantes los conocimientos, habilidades y valores que determinan la actitud investigativa. Al respecto, se reconoce que la formación de la actitud investigativa en los estudiantes “precisa del estímulo a los estudiantes en la utilización de métodos fuera de lo convencional, que requieran el uso de su capacidad inventiva, de innovación y creatividad, aprovechamiento de la curiosidad natural del estudiante como factor en el descubrimiento de nuevos conceptos, categorías, y el despertar del espíritu investigativo, búsqueda de los referentes o pretextos que hagan comprensible la inducción, la deducción, el razonamiento y la participación activa del estudiante, orientación o reorientación de la actividad del docente, para formar al estudiante en el conocimiento crítico, cambiando el modelo de la memorización y la repetición, relación de los saberes con el mundo real.” (Gómez, 2002)

Se asume el enfoque didáctico de Fuentes (2001), para definir competencias profesionales, como aquellas expresiones didácticas de las cualidades del sujeto, en que se sintetiza el ser, el saber y el hacer del profesional, así como el desarrollo de sus capacidades y aptitudes al desempeñarse como futuros profesionales.

Siendo la competencia profesional una configuración didáctica que sintetiza la riqueza de la profesión y del profesional, en tanto resultado de las relaciones dialécticas que se establecen entre el problema profesional, el objeto de la profesión y el objetivo del profesional, como expresión totalizadora de las cualidades que debe poseer el egresado para su desempeño profesional y social en un contexto histórico concreto, permitiendo su actualización permanente en relación con el desarrollo de la sociedad. (Fuentes y otros, 2004)

En tal sentido, la competencia investigativa es una derivación de las competencias profesionales, de tal manera, se define que el proceso de formación científica de los estudiantes de la carrera de Medicina, debe orientarse al desarrollo de la competencia investigativa, en los componentes académico, laboral e investigativo a lo largo de dicha carrera. En el caso de la presente investigación, se hace necesario determinar la competencia investigativa desde la disciplina Morfofisiología, aun cuando la misma no está totalmente reconocida en el plan de estudio de la carrera. Esta competencia integraría las habilidades, conocimientos, valores, capacidades, cualidades, convicciones, del ciclo básico en función del desempeño investigativo de los estudiantes.

El desarrollo de competencias indagativas, argumentativas e innovativas constituyen una premisa para el éxito del proceso investigativo, (Fuentes y Cruz, 2004) y están sustentados en las actividades genéricas de la investigación que son la problematización, la teorización y la instrumentación. (Dusú, 2004).

En el escenario docente, la investigación se puede constituir en estrategia de enseñanza y aprendizaje, pues permite el logro de los requisitos necesarios para que el alumno desencadene procedimientos de búsqueda, organización, presentación, análisis, verificación, e interpretación de datos e informaciones, es decir el logro de una formación científica. (Díaz, 2007)

Una formación científica basada en métodos científicos propios de las ciencias que sustentan la profesión, no sólo sitúa al estudiante en la perspectiva de la asimilación de los adelantos de la ciencia, sino que además contribuye a que se convierta en un conocedor crítico y reflexivo de su propia práctica científica; en general, le capacita para su desempeño profesional, lo cual significa que como esencia en su relación con los procesos formativos engloba el conocimiento y concientización del qué, el cómo y el por qué del aprendizaje conceptual, procedimental y actitudinal, lo que permite la formación de un pensamiento teórico que contribuye a dar solución creativa a los problemas de salud y con ello profundizar en el enriquecimiento de las ciencias biomédicas.

Características comunes de la Ciencia y el conocimiento científico y formación científica

Racionalidad: apelan a la razón y está constituido por conceptos,