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Concienciación de la importancia de la cadena de supervivencia y formación en técnicas de resucitación cardiopulmonar entre la población joven

Concienciación de la importancia de la cadena de supervivencia y formación en técnicas de resucitación cardiopulmonar entre la población joven

La parada cardiorrespiratoria es una emergencia que potencialmente puede revertirse si se inician maniobras de reanimación cardiopulmonar y desfibrilación de forma inmediata. Sin embargo, cuando esto ocurre en el domicilio o vía pública, la mayoría de los testigos no inician estas maniobras por falta de conocimiento, por lo que es necesario difundirlo entre la población general, ya que son técnicas de fácil aprendizaje y ejecución.

Concienciación de la importancia de la cadena de supervivencia y formación en técnicas de resucitación cardiopulmonar entre la población joven

Beatriz Fernández Blanco

RESUMEN.

Una forma eficaz y eficiente de que este conocimiento pueda llegar a toda la población es introducir su enseñanza durante la educación obligatoria, como recomiendan sociedades científicas. La evidencia nos dice que los alumnos adquieren mejor los conocimientos y son más duraderos en el tiempo, cuando son los profesores los que imparten la materia.

Este trabajo analiza mediante un estudio cuantitativo descriptivo transversal, la opinión del personal docente sobre este tema. Cabe destacar la importancia que los profesores le dan, por lo que se podría suponer la colaboración por parte de ellos a la hora de implantar un programa de formación en técnicas de resucitación cardiopulmonar en los centros educativos.

PALABRAS CLAVE.

  • Paro cardiaco extrahospitalario.
  • Resucitación cardiopulmonar.
  • Educación primaria y secundaria.
  • Docentes.
  • Desfibriladores.

INTRODUCCIÓN.

La cadena de supervivencia es el conjunto de procesos que deben realizarse a una persona en parada cardiaca, de forma ordenada, consecutiva y en un periodo de tiempo lo más breve posible. Consta de cuatro eslabones, de los cuales el primero consiste en el reconocimiento de la parada cardiaca y la activación precoz de los servicios de emergencias, los eslabones centrales integran las técnicas de Reanimación Cardiopulmonar Básica (RCP-B) y la desfibrilación, y el cuarto y último eslabón es la Reanimación Cardiopulmonar Avanzada (RCP-A). Esta última será llevada a cabo por el personal sanitario de emergencias, mientras que los tres eslabones primeros pueden y deben realizarse por parte de los testigos. (1,2)

Según estudios publicados, solo un 15% de la población mayor de 18 años que reside en España conoce en qué consiste la cadena de supervivencia. (3)

La parada cardiaca es la causa más frecuente de muerte súbita y principal responsable de la mortalidad en el infarto agudo de miocardio, constituyendo por su incidencia y alta mortalidad, un problema de salud de gran magnitud en los países desarrollados. En España se calcula que se producen alrededor de 30000 muertes por parada cardiaca al año, cifra que va creciendo cada año por el aumento de factores de riesgo cardiovascular. De todas las paradas cardiacas que se producen, un elevado porcentaje ocurren en el domicilio y en la vía pública, y en presencia de testigos, sin embargo menos del 25% inician maniobras de resucitación cardiopulmonar por no tener los conocimientos que les permitan ponerlas en marcha.

La supervivencia actual en España, tras una parada cardiaca se sitúa en torno al 5%, mientras que en países donde la realización de técnicas de resucitación cardiopulmonar por parte de testigos es alta, la tasa de supervivencia puede llegar hasta un 40%. Iniciar de forma precoz las técnicas de resucitación cardiopulmonar, no sólo mejora la supervivencia de la persona que sufre la parada cardiaca, sino que también disminuye las secuelas neurológicas de los supervivientes. De hecho, por cada minuto de retraso en iniciarlas, las posibilidades de supervivencia disminuyen entre un 8-10%; pasados 10 minutos, la reanimación no suele tener éxito, y si lo hace, las secuelas neurológicas son elevadas. (4)

Resulta evidente la importancia que tiene el hecho de que toda la población esté concienciada y conozca la cadena de supervivencia para así poder actuar correctamente, poniendo en marcha de forma precoz los primeros eslabones, que consisten en el reconocimiento de la emergencia, activación de los servicios de emergencias y realización de las técnicas de RCP-B. (5)

De toda la población en general, los jóvenes son la población diana ideal para el aprendizaje de las técnicas de resucitación cardiopulmonar por varios motivos: los jóvenes, a diferencia de los adultos, son más asequibles, retienen mejor los conocimientos y habilidades adquiridas, ya que es la etapa de la vida con mayor capacidad de aprendizaje, y estos conocimientos son más duraderos en el tiempo. Además, se motivan con facilidad, lo que significa que los conocimientos y habilidades transmitidas, no solo llega a la población diana, sino también a su entorno: padres, hermanos, amigos, etc. (6)

Marco teórico.

Peter Safar es “el padre de la reanimación moderna”. Ya por 1958, Safar y Elan describieron la ventilación de rescate y en 1960 presentaron las maniobras de apertura de la vía aérea y la ventilación boca a boca. Fue uno de los pioneros en la introducción de las maniobras de RCP en parada cardiaca. En 1978, su grupo de investigación demostró la efectividad de la adquisición de habilidades en RCP-B en jóvenes entre 15 y 16 años. Posteriormente, demostraron que los niños de entre 10 y 12 años eran capaces de realizar las maniobras de forma correcta en el 100% de los casos utilizando la técnica de entrenamiento con un maniquí. (7)

En 1960, Noruega inició la enseñanza de la RCP a los niños en la escuela.

En 1973, se celebró en Washington una de las primeras conferencias nacionales sobre “Estándares en RCP y cuidados cardiovasculares de emergencia (ECC)”, donde una de las conclusiones fue que todos los escolares deben empezar a recibir algún entrenamiento anual en emergencia, accidentes y RCP.

En 1990, se reconoció la importancia de la enseñanza y la formación de la RCP en las escuelas, y en 1998, la AHA comenzó una evaluación de la RCP en las escuelas de Estados Unidos.

En la actualidad, algunos países como Canadá cuentan con programas nacionales que permiten la formación anual de miles de estudiantes en técnicas de RCP-B.

Numerosas instituciones y sociedades internacionales de reconocido prestigio como el European Resuscitation Council (ERC), la American Heart Association (AHA) o el International Liaison Committee On Resuscitation (ILCOR) recogen entre sus recomendaciones, actualizadas cada cinco años, que la enseñanza de la RCP-B se introduzca durante la enseñanza obligatoria.

En España son varios los programas de formación que se han realizado y se vienen realizando por las distintas comunidades autónomas, bajo lemas como “Tus manos pueden salvar la vida de tu amigo”, “Tus manos pueden salvar vidas”, “El ABC que salva vidas”, etc. Todos estos programas son organizados de forma puntual por servicios de emergencias, colegios profesionales sanitarios, etc., con la colaboración de sociedades científicas, empresas, fundaciones, etc., y la mayoría impartidos por personal sanitario. Con todos ellos se han obtenido muy buenos resultados educativos pero es un porcentaje muy bajo de población a la que se consigue formar y estos conocimientos acaban olvidándose. (8,9)

Según estudios publicados, los alumnos aprenden mejor cuando son los profesores los que imparten las clases. La evidencia científica nos dice que para que un programa formativo se mantenga de forma cíclica, deben ser los propios profesores, debidamente formados, los que impartan este tipo de formación. Además, como parte de este aprendizaje se olvida al cabo de un año, se hace necesaria la realización de reciclajes periódicos, y esto sólo puede llevarse a cabo dentro de la comunidad educativa. (10)

Pero, ¿qué opinan los profesores?

El objetivo principal de este estudio es conocer la opinión del personal docente en relación a este tema, ante la necesidad de implantar un programa de formación en técnicas de RCP-B dentro del currículo básico de la Educación Secundaria Obligatoria.

Otro objetivo es recoger información sobre lo que se está haciendo en la actualidad en los centros educativos sobre concienciación de la importancia de la cadena de supervivencia y formación en técnicas de resucitación cardiopulmonar entre la población joven.

MATERIAL Y MÉTODOS.

Se trata de un estudio cuantitativo, descriptivo transversal que se realiza en el periodo comprendido entre el 1 de marzo y el 31 de mayo, ambos de 2015.

El ámbito de estudio es la Comunidad Autónoma de Extremadura. La muestra son todos los institutos públicos de la comunidad autónoma donde se imparte Educación Secundaria Obligatoria (ESO), siendo un total de 131, 81 en la provincia de Badajoz (61,83%) y 50 en la provincia de Cáceres (38,17%), de los cuales han participado el 25%.

El instrumento utilizado es un cuestionario (Anexo 1) que consta de 10 preguntas dirigido a las directoras/directores de los Institutos de Educación Secundaria (IES) de la comunidad autónoma, dando la opción de ser rellenado por cualquier persona responsable de la educación de los jóvenes del centro educativo. Al final del cuestionario se incluye un apartado de sugerencias para tener en cuenta cualquier opinión del personal docente relacionada con el tema.

Los datos recibidos se introducen en una base de datos para su análisis estadístico a través del programa SPSS, obteniendo los resultados que a continuación se describen.

RESULTADOS.

Según los resultados obtenidos, cabe destacar la importancia que el personal docente da al tema en cuestión. Más del 50% considera que el hecho de implantar un programa de formación en técnicas de RCP-B en los centros educativos, debería tener carácter obligatorio.

Una amplia mayoría del personal docente, cree que quien debería impartir esta formación es el personal sanitario.